¿Qué hace el presidente de la Cámara de EEUU? La importancia de la destitución de McCarthy

¿Qué hace el presidente de la Cámara de EEUU? La importancia de la destitución de McCarthy

El republicano, al que han echado sus propios correligionarios republicanos en un paso sin prececentes, era la tercera autoridad del Estado.

Kevin McCarthy comparece ante la prensa después de ser destituido de la Cámara Baja de Estados Unidos, anoche.J. Scott Applewhite / AP

Estados Unidos ha vivido esta madrugada un momento histórico: la destitución del republicano Kevin McCarthy como líder de la Cámara de Representantes. Nunca antes había sido apartado de su función quien, en la práctica, es la tercera autoridad del Estado. La votación quedó 216 a favor y 210 en contra. Lo más rocambolesco es que no han sido los opositores demócratas los que le han cortado la cabeza, sino sus propios correligionarios, un grupo de conservadores del ala más dura, del movimiento Make America Great Again (MAGA). 

Se trata de una familia del ahora irreconocible Partido Republicano que apoya el expresidente Donald Trump, que se lo ha quitado de encima porque, a su juicio, es blando de más. Su pecado: haber llegado a un acuerdo provisional el pasado sábado para evitar un cierre del Gobierno. Demasiado favor para Joe Biden que merecía castigo. El congresista Matt Gaetz, que iba a degüello a por McCarthy desde mucho antes, esprintó desde ese día y se ha cobrado su pieza. El hasta ahora líder de la Cámara Baja llegó al cargo en enero de 2021 tras 15 votaciones que fueron bloqueadas de manera sucesiva por sus opositores dentro de su misma formación, Gaetz incluido, quien se abstuvo en los dos últimos. En esa ocasión McCarthy también hizo historia al ser el primero en un siglo en no ser elegido a la primera. Ahora lo hace por salir demasiado pronto. 

La votación de anoche da paso otro proceso potencialmente caótico para nombrar al próximo presidente. McCarthy, que apenas llevaba 10 meses en el cargo tras la victoria republicana en las elecciones de mitad de mandato de noviembre de 2022, ya ha dicho que no se volverá a presentar. De momebto, será reemplazado de forma temporal por el también conservador Patrick McHenry, representante del décimo distrito de Carolina del Norte. Demócratas y republicanos pueden presentar ahora a sus propios candidatos, que deben superar la mayoría de los votos emitidos para alzarse con ese cargo.

Mucho peso

No es un debate menor, ni formal, ni meramente institucional. El de presidente de la Cámara es un papel inmensamente poderoso, que permite un control casi total sobre las funciones de la entidad. La Constitución de EEUU establece directamente este papel, el de supervisar la Cámara de Representantes del Congreso. El portavoz es tradicional e históricamente un miembro en funciones del partido mayoritario, aunque esto no es un requisito constitucional. Por lo tanto, además de liderar la Cámara de Representantes, también es líder del partido mayoritario en la cámara.

A nivel práctico, el portavoz establece la agenda legislativa de la Cámara, controla las asignaciones de los comités, establece el calendario de votación y de trabajo y es responsable de mantener a los miembros de su partido unidos detrás de iniciativas importantes.

Ejercido con eficacia, este cargo es uno de los más poderosos de Washington. Dependiendo de la composición partidista del Congreso, los portavoces pueden hacer o deshacer la agenda de todo un presidente estadounidense, obstaculizar la oposición y encabezar las iniciativas legislativas más importantes de su partido.

Un elegido astuto y eficaz podrá reunir a sus miembros detrás de la agenda de su partido y controlar a los legisladores rebeldes repartiendo incentivos o castigos. Por ejemplo, la expresidenta de la Cámara de Representantes y antecesora de McCarthy, Nancy Pelosi, que renunció a su cargo cuando los republicanos tomaron el control de la Cámara el 3 de enero de 2023, era considerada una de las presidentas modernas más efectivas, todo un huracán, un pilar para los demócratas. Su marcha ha resentido a la formación. 

Aunque el grupo demócrata que supervisó Pelosi contenía múltiples facciones, incluidos progresistas, moderados y demócratas de tendencia más conservadora, pudo utilizar las herramientas disponibles para el presidente Biden para mantener un frente unido cuando se trataba de la mayoría de las votaciones importantes. Ha habido choques en materias de ayudas sociales como educación o política exterior, de Cuba a Israel, pero su mano izquierda fue determinante. Su sucesor no ha podido frenar la oleada de crítica interna, que penaliza el entendimiento con el de enfrente. 

Reparto y poder

La Cámara de Representantes equivale a la Cámara Baja (la Alta es el Senado) y es parte del poder legislativo del Gobierno federal norteamericano. Los proyectos de ley de un Gobierno, en este caso, los de la Administración Biden, se originan en la Cámara de Representantes pero necesitan ser aprobados con la mayoría de votos de dos tercios del Senado para llegar a ser verdaderamente ley. Son, ambas, necesariamente complementarias no sólo para las nuevas normas, sino para derogar o reformar las antiguas.

La Cámara baja tiene varios poderes de uso exclusivo, como la autoridad para presentar proyectos de ley de ingresos, iniciar procesos de destitución en contra de funcionarios federales y elegir al presidente del país en caso de que haya un número igual de votos en el Colegio Electoral.

La Cámara de Representantes funciona en un ciclo de dos años, conocido como "sesión". El nuevo Congreso comenzó el 3 de enero de 2023 y los republicanos serán mayoría este tiempo. Lo primero que debe hacer una nueva sesión de la Cámara de Representantes es votar por un Presidente de la Cámara. Sin esa persona en su cargo, la Cámara no puede pasar a ninguna otra función, incluida la toma de juramento de los miembros. Ahora debe continuar celebrando votaciones hasta que se elija un presidente.

La votación para presidente requiere que el candidato reciba el apoyo de la mayoría de la Cámara, esto es, 218 votos. Generalmente se presume que el líder existente del partido mayoritario es la persona que asumirá la presidencia. En este caso, la pelea tiene muchos más matices porque la división es palpable y los ocho radicales que han reventado la votación han cambiado la historia. 

Para el partido minoritario, el jefe de su grupo es conocido simplemente como el "líder de la minoría". No tienen control sobre las funciones de la Cámara como lo tiene el Portavoz, sino que ejercen el poder dentro de su grupo para mantener a los legisladores unidos en oposición a la mayoría o promover esfuerzos bipartidistas. Actualmente, en este 118º Congreso, este cargo lo tiene el demócrata Hakeem Jeffries.

Desde enero, pasado, pues, el Congreso de EEUU está dividido, con los demócratas al frente del Senado -que desempeña un papel clave, por ejemplo, en la confirmación de cargos gubernamentales- y los republicanos liderando la Cámara de Representantes, que controla todo lo relativo a legislación fiscal y presupuesto. 

Los republicanos tenían mucha esperanza en esta división, porque puede llevar a un bloqueo legislativo de proyectos estrella de la Administración Biden, cuando el año que viene hay elecciones presidenciales. Los demócratas tenían esperanzas, tras las elecciones de mitad de mandado, de convencer a seis, siete, ocho republicanos de 435 congresistas y sacar sus proyectos adelante, pero vista la revolución de ayer, parece que los radicales se imponen y será complicado. 

También aspiraban a sacar cosas adelante a base de negociar mucho más con el adversario, por lo que habrá que hacer proyectos más consensuados o rebajados. La prórroga del sábado pasado es buen ejemplo, aunque sólo sea por 45 días. Ahora queda por delante el gran debate del presupuesto. Biden se ha mostrado dispuesto a trabajar con los republicanos en la Cámara Baja con el fin de obtener "resultados para las familias trabajadoras". Pero primero hay una crisis interna que resolver. 

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Licenciada en Periodismo y especialista en Comunicación Institucional y Defensa por la Universidad de Sevilla. Excorresponsal en Jerusalén y exasesora de Prensa en la Secretaría de Estado de Defensa. Autora de 'El viaje andaluz de Robert Capa'. XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla.