Putin toma posesión como presidente para un quinto mandato: "Juntos ganaremos, juntos venceremos"
El líder ruso ha jurado el cargo con la mano derecha sobre un ejemplar de la Constitución, que reformó en 2020 para eliminar el obstáculo legal que le impedía seguir en el Kremlin.
El líder ruso, Vladímir Putin, ha tomado este martes posesión como presidente para un quinto mandato de seis años durante una ceremonia oficial celebrada en el Gran Palacio del Kremlin. Putin, de 71 años, ha jurado el cargo con la mano derecha sobre un ejemplar de la Constitución, que reformó en 2020 para eliminar el obstáculo legal que le impedía seguir en el Kremlin.
"En el ejercicio de las facultades de presidente de la Federación de Rusia, juro respetar y proteger los derechos y libertades del hombre y del ciudadano, cumplir y defender la Constitución de la Federación de Rusia, proteger la soberanía y la independencia, la seguridad y la integridad del Estado, servir fielmente al pueblo", ha dicho.
Putin, en el poder desde el año 2000, juró el cargo escoltado por los jefes de la Duma o cámara de diputados y el Consejo de la Federación o Senado. De esta forma, Putin, quien fue reelegido el 17 de marzo pasado con un histórico resultado de más del 87% de los votos, podrá permanecer frente al Kremlin hasta 2030, con lo que sumaría 30 años en el poder.
"En estos días quiero dar las gracias a los ciudadanos de Rusia, en todas las regiones de Rusia y a los habitantes de nuestras tierras históricas que luchan por su patria. Quiero inclinar mi cabeza ante los héroes de nuestra operación militar especial", ha declarado Putin durante su discurso.
"Cuidar a Rusia y servir al pueblo es un gran honor, es una obligación y también es un deber sagrado, este es el contenido de mi trabajo durante los años anteriores, les prometo que de aquí en adelante los intereses de la seguridad de Rusia será lo más importantes para mí", ha indicado.
A continuación, ha señalado que "ahora, cuando estamos ante grandes desafíos, entiendo nuestro deber: defender nuestros valores, nuestros intereses nacionales. Estoy seguro de que vamos a atravesar este periodo difícil, seremos más fuertes y realizaremos nuestros planes que nos llevarán a cumplir nuestro objetivos: cuidar a nuestro pueblo".
En este punto, el presidente ruso ha ofrecido diálogo a Occidente en materia de seguridad y estabilidad estratégica, aunque ha defenido la creación de un nuevo orden mundial. "Nosotros no rechazamos el diálogo con los países occidentales. Depende de ellos", dijo tras jurar el cargo en una ceremonia oficial en el Gran Palacio del Kremlin.
"Hoy estamos dando una respuesta a nuestra historia milenaria, nuestros antepasados realizaron unos logros increíbles, nosotros podemos llegar a los más altos objetivos en nombre de nuestra patria. Vamos a obtener los mayores triunfos y vamos a realizar nuevos proyectos que van a transformar nuestro desarrollo", ha asegurado el mandatario. "Somos un pueblo único y juntos vamos a superar todos los obstacúlos, vamos a realizar todos nuestros proyectos y juntos ganaremos, juntos venceremos", ha concluido.
Al acto han asistido los principales altos cargos del país y los dirigentes de las cuatro regiones ucranianas anexionadas por Moscú (Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia). Contra todo pronóstico, el Kremlin invitó a la ceremonia a los embajadores de los países inamistosos, aunque Estados Unidos y la gran mayoría de países de la Unión Europea (UE) rechazaron la invitación.
EEUU y la UE cuestionaron la victoria electoral de Putin, pero no llegaron a reconocerlo como presidente ilegítimo como les pidió encarecidamente la oposición en el exilio. La victoria electoral de Putin se vio mancillada por la repentina muerte en una prisión ártica un mes antes de los comicios del líder opositor, Alexéi Navalni, quien había lanzado una campaña contra la reelección del líder ruso.
Además, cinco días después de la votación, Rusia fue escenario del mayor atentado terrorista en veinte años con la muerte de 145 personas en un ataque yihadista contra una sala de conciertos a las afueras de Moscú, del que Putin responsabilizó a Ucrania, aunque éste fue reivindicado por el Estado Islámico