Putin tiene en sus manos las placas solares del futuro
También puede provocar que China pierda el dominio mundial que tiene en la producción de placas fotovoltaicas.
El cambio climático y las crisis energética generada con el estallido de la guerra en Ucrania, al menos en el seno de la Unión Europea, ha derivado en el creciente interés de los consumidores por saber cuánto cuesta la instalación de placas solares en casa o por encontrar alternativas económicas y viables para aprovechar la luz del Sol para generar la electricidad suficiente para acercarse al autoconsumo o reducir su dependencia de la red.
La disputa por controlar el mercado de las placas solares ha estado dominada durante mucho tiempo por China, pero un ambicioso proyecto que tiene el respaldo del Gobierno de Japón podría amenazar eses monopolio. Sin embargo, en los planes nipones para dominar el escenario mundial de la energía solar se ha cruzado la Rusia de Vladimir Putin, principal productor de las perovskitas, un material que los japonenes consideran su arma secreta para mejorar la eficacia de los paneles solares.
La perovskita es un mineral relativamente raro que está compuesto, principalmente, por titanio y calcio. El material tiene propiedades muy interesantes de cara a la producción a escala de los paneles solares: absorben la luz de manera eficiente y son relativamente baratas de producir, algo que las convierte en una alternativa atractiva al silicio, el material que se ha usado hasta ahora para producir placas fotovoltaicas. Además, se pueden fabricar en diferentes colores, lo que las hace potencialmente útiles para otras aplicaciones, como las pantallas y los sensores.
Las células fotovoltaicas que usan los principios de las perovskitas, inventadas por el científico japonés Tsutomu Miyasaka, se han desarrollado lo largo de la última década hasta obtenerse los datos suficientes como para admitir su potencial para convertir la luz solar en electricidad de manera más eficiente y a menor costo. En comparación con los paneles de silicio, son más delgadas, flexibles y ligeras, lo que amplía las posibilidades de instalación en balcones, marquesinas y otros lugares donde la flexibilidad es crucial.
Japón, decidido a asaltar el trono de la producción mundial de placas solares, ha invertido más de 400 millones de dólares para producir en masa las células fotovoltaicas basadas en la perovskita. Empresas como Sekisui Chemical y EneCoat Technologies, según Ecoticias, están liderando este camino, apoyadas en la ventaja estratégica con la que cuenta Japón para fabricar estas células: es el segundo productor mundial de yodo.