Netanyahu da marcha atrás y retrasa (por ahora) su polémica reforma judicial
Su ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Ben Gvir, ha pactado con él aplazarla, pero no suspenderla. Israel se había echado a las calles para protestar contra el plan del Gobierno.
Marcha atrás para Netanyahu y su equipo de gobierno. El Ejecutivo de Israel ha decidido retrasar la polémica reforma judicial ante las protestas que recorrían el país y las tensiones internas.
“Por responsabilidad nacional, decidí suspender la segunda y tercera lectura de la ley (de elección de jueces) en esta sesión de la Knéset (Parlamento) para dar tiempo a tratar de llegar a un acuerdo amplio, en preparación para la legislación durante la próxima sesión parlamentaria”, ha comunicado el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en un mensaje televisado al país.
En concreto, la tercera y definitiva lectura parlamentaria de la reforma judicial se paralizará hasta la próxima sesión de la Knesset o Parlamento israelí, prevista para el mes de mayo.
Además, Netanyahu ha resaltado que su Ejecutivo “jamás aceptará una guerra civil” derivada de la crisis política actual y ha advertido de que esta situación supone “una amenaza real para la unidad nacional”.
El ministro de Seguridad Nacional anunció el retraso de la reforma
Antes, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, líder del partido Otzma Yehudit y actual ministro de Seguridad Nacional había anunciado el acuerdo para posponer la reforma hasta el verano. Según Europa Press, el mismo Gvir habría amenazado al primer ministro, Benjamin Netanyahu, con salirse del Gobierno de coalición si paralizaba la medida.
Ben Gvir habría cedido a retrasar la reforma judicial hasta el verano a cambio de la formación de una "Guardia Nacional" bajo el Ministerio de Seguridad Nacional que lidera, una medida podría ser aprobada en la próxima reunión del gabinete de la coalición, ha informado el diario The Jerusalem Post.
Los sucesos ocurridos en el país en las últimas horas han cambiado los planes del Gobierno. Entre el domingo y el lunes entre 500.000 y 600.000 personas tomaron las calles de forma masiva tras 12 semanas consecutivas de protestas.
El cese del ministro de Defensa, Yoav Gallant, el primer miembro del Ejecutivo en oponerse públicamente a la nueva norma, desató la ira social.
Este lunes se esperaba que Netanyahu compareciera a primera hora de la mañana, pero su discurso fue aplazado debido a las amenazas por parte de algunos de sus socios ultraderechistas y ultraortodoxos sobre la posibilidad de retirarle su apoyo si cedía y suspendía la reforma. Finalmente, el primer ministro ha decidido llevar a cabo el mencionado mensaje televisado.
Su socio ultraderechista Ben Gvir sostenía previamente que "la reforma judicial no debe ser detenida", subrayando que "no hay que rendirse ante la anarquía, mientras que su compañero de filas y ministro Patrimonio, Amichai Eliyahu, defendía que el partido no estaba preparado para detener la legislación.
De salir adelante, la reforma daría al Gobierno control total sobre el nombramiento de jueces, incluidos los del Tribunal Supremo, y limitaría en gran medida la capacidad del tribunal de anular legislación que viole la Constitución, al tiempo que permitiría al Parlamento modificar leyes que consiga anular con una mayoría simple de 61 de los 120 diputados.