Netanyahu, acorralado: Israel en la calle, crisis de Gobierno, huelga de aviones y toque de EEUU
La reforma judicial del primer ministro, avalado por ultras y religiosos, sume al país en una crisis desconocida que entra en una fase nueva, más asfixiante.
Benjamín Netanyahu está acorralado. El primer ministro de Israel y su gabinete, una suma a seis levantada sobre religiosos y ultranacionalistas, viven una crisis institucional sin precedentes por culpa de su empecinamiento en una reforma judicial que es una amenaza para la democracia, según sus detractores. Tras 12 semanas consecutivas de protestas, ayer entre 500.000 y 600.000 israelíes salieron a la calle de forma espontánea, tras el cese del ministro de Defensa, Yoav Gallant, quien se convirtió en el primer miembro del Ejecutivo en oponerse públicamente a la nueva norma.
Pero es que los sindicatos convocarán hoy una huelga general y ha empezado ya una parcial en el Aeropuerto Ben Gurión, las universidades paran, empieza a haber dimisiones y hasta Estados Unidos, el aliado fiel de Tel Aviv, reclama diálogo.
Las manifestaciones, que podrían ser las más multitudinarias hasta el momento, tuvieron lugar en distintos puntos del país, sobre todo en las ciudades de Tel Aviv y Jerusalén. En la capital, los manifestantes bloquearon el tráfico de la principal arteria de la ciudad, portando banderas israelíes y al grito de "Democracia, democracia".
En Jerusalén, grandes grupos rompieron uno de los cordones de seguridad en torno a la residencia del primer ministro, el barrio de Rehavia, y se enfrentaron con la Policía.
En paralelo, se registraron también multitudinarias manifestaciones de norte a sur del país, incluyendo grandes concentraciones en las ciudades de Haifa, en el norte del país, y Beer Sheva, en el sur. De punta a punta.
A diferencia de las protestas contra la reforma judicial que tienen lugar desde hace doce semanas, habitualmente planificadas con anticipación y en coordinación con las fuerzas de seguridad, las manifestaciones de ayer fueron espontáneas, lo cual debería inquietar al Gobierno. Los ánimos están muy caldeados y la chispa, prende.
El rechazo al despido de Gallant por parte de Netanyahu se expandió rápidamente por múltiples esferas de la sociedad israelí, incluyendo los sindicatos, que según medios locales podrían anunciar este mismo lunes una importante huelga. De momento, el aeropuerto internacional Ben Gurión, el principal de Israel, canceló hoy el despegue de vuelos tras decretarse una huelga de sus trabajadores, en el marco de esta presión. "Ordené la interrupción inmediata de los despegues", anunció el presidente de la unión de trabajadores del aeropuerto, Pinjas Idán.
Si bien los vuelos que ya habían comenzado el ingreso a bordo fueron autorizados a despegar, una portavoz de la Autoridad de Aeropuertos confirmó a EFE que por el momento se ha cancelado el resto de los despegues.
Además, las universidades del país anunciaron que interrumpirán las clases a partir de hoy y un grupo de alcaldes y líderes municipales anticiparon que llevarían a cabo una huelga de hambre.
Por otra parte, el cónsul israelí en Nueva York, Asaf Zamir, anunció, poco después del cese del ministro, su renuncia a su cargo. "Tras los acontecimientos de hoy, ha llegado la hora de sumarme a la lucha por el futuro de Israel para asegurar que continúe siendo un faro de la democracia y la libertad en el mundo", escribió a través de su cuenta de Twitter.
El exprimer ministro, Naftali Benet, también expresó su profunda preocupación por la situación y dijo que Israel enfrenta el mayor peligro desde la Guerra del Yom Kipur en 1973. Lo dice un ultranacionalista que ha sido hasta portavoz de los 600.000 colonos ilegales que residen en Jerusalén este y Cisjordania. Nada sospechoso.
El presidente de Israel, Isaac Herzog, ha hecho un llamamiento urgente al primer ministro Netanyahu a "actuar con responsabilidad y valentía" y detener "de inmediato" el proceso legislativo de la polémica reforma judicial que divide al país. "Por el bien de la unidad del pueblo de Israel, por el bien de la responsabilidad necesaria, les pido que detengan el proceso legislativo de inmediato", afirmó Herzog en un comunicado esta mañana.
La decisión del primer ministro de cesar al titular de Defensa llegó menos de 24 horas después de que este instara públicamente a interrumpir la polémica reforma.
"Lo digo en voz alta y públicamente, por el bien del Estado de Israel y de nuestros hijos, debemos frenar este proceso legislativo", dijo anoche Gallant durante una intervención televisada.
"Necesitamos detener las manifestaciones y protestas, y buscar el diálogo. Cualquier cosa que dañe la fortaleza del Ejército y el sistema de seguridad debe detenerse de inmediato", agregó, en alusión al masivo movimiento popular en rechazo a la reforma y al creciente número de reservistas del Ejército que se niegan a entrenar y a servir a modo de protesta por la misma medida.
El aviso de EEUU
Hay quien dice que la posición de EEUU será esencial para parar o acatar esta reforma y este Gobierno ultra. Que si Joe Biden mueve un dedo, Tel Aviv obedecerá. De momento, ya van llegando los primeros llamamientos. Washington instó este domingo a los líderes de Israel a encontrar un acuerdo "lo antes posible" para hallar una salida a la crisis. Una de las portavoces del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Adrienne Watson, indicó en un comunicado que un pacto entre los responsables israelíes es "la mejor vía" para el país y sus ciudadanos. "Estamos profundamente preocupados por los acontecimientos de hoy en Israel, que subrayan aún más la necesidad urgente de un acuerdo", afirmó.
La portavoz señaló que, como el presidente Biden, le dijo recientemente a Netanyahu, "los valores democráticos han sido siempre, y deben seguir siendo, un sello distintivo de la relación EEUU-Israel". "Las sociedades democráticas se fortalecen por los controles y equilibrios, y los cambios fundamentales en un sistema democrático deben ser buscados con el mayor apoyo popular posible", destacó Watson, quien reiteró el respaldo "inquebrantable" de EEUU a la seguridad y la democracia de Israel.
La polémica reforma
La reforma judicial, impulsada por Netanyahu y sus socios ultraderechistas y ultraortodoxos de coalición, busca otorgar más poder al Ejecutivo en detrimento de la Justicia, cuya independencia se vería socavada.
A pesar de las críticas desde incontables sectores y de las advertencias de su impacto no solo en la separación de poderes sino también en la economía de Israel, el Gobierno continúa avanzando con algunos de los pilares de la reforma, incluyendo una ley que otorgaría control de facto al Gobierno sobre el comité de selección de jueces.
El Gobierno tiene la intención de aprobar esta última ley esta misma semana, algo que ha motivado a los organizadores de las manifestaciones a intensificar las protestas.