Navalni espera una condena 'estalinista'
El opositor a Putin, que se encuentra encarcelado desde 2021 tras un intento de envenenamiento, espera hoy condena en un caso por extremismo y rehabilitación del nazismo. Ya le pesa una pena por fraude y desacato, de nueve años.
El opositor ruso Alexei Navalni, que se encuentra encarcelado desde principios de 2021, ha asegurado este jueves horas antes de acudir a los tribunales que espera que la Justicia rusa le imponga este viernes una condena "estalinista" por cargos relacionados con extremismo y rehabilización del nazismo.
"(Los fiscales) piden 20 (y me darán) 18 o algo así. No importa mucho, porque el caso del terrorismo sigue a toda velocidad. Pueden ser otros diez años (más)", ha explicado en un mensaje en la red social X, conocida anteriormente como Twitter.
Navalni ha recalcado que el régimen ruso pretende "intimidar" y "meter miedo" a millones" de personas con su proceso penal. El opositor ruso, que acudirá este viernes a los tribunales, ha afirmado así que la ciudadanía se opone "a la corrupción, la guerra y la anarquía" a la par que está a favor de un cambio en el poder a través de unas elecciones justas.
"Al inflar los casos de financiación del extremismo, las autoridades han logrado que se haya vuelto 'un poco arriesgado' apoyar a nuestra organización desde dentro de Rusia", ha dicho, agregando que sus partidarios deben valorar sus acciones de protesta.
El opositor ruso fue imputado en junio por crear una "comunidad extremista", incitar al extremismo, fundar organizaciones que infringen los derechos de los ciudadanos, financiar el extremismo, llevar a menores a realizar "actos peligrosos" y "rehabilitar el nazismo".
Navalni, crítico con el Kremlin y el presidente ruso, Vladimir Putin, ya cumple una condena de nueve años por delitos de fraude y desacato vinculados a la recaudación de fondos para las actividades del Fondo Anticorrupción (FBK), una organización fundada por él mismo y catalogada de "extremista" por Moscú.
Navalni fue encarcelado en enero de 2021 cuando regresó a Moscú desde Berlín, donde había estado recuperándose de un envenenamiento que él y los gobiernos occidentales atribuyeron al servicio de seguridad de Putin.