El abogado de Navalni señala que el opositor ruso está siendo envenenado lentamente
Ha perdido ocho kilos desde su último traslado a una celda de castigo, hace poco más de dos semanas. Tiene una afección estomacal no tratada.
La salud de Alexei Navalni se está deteriorando rápidamente. El opositor ruso, máximo exponente de la lucha contra Vladimir Putin, ha perdido ocho kilos desde su último traslado a una celda de castigo, hace poco más de dos semanas. Su familia y su abogado reconocen que temen por su vida y apuntan, directamente, a que podría estar siendo envenenado.
La vicepresidenta de la Fundación Anticorrupción de Navalny, Anna Veduta, ha informado de que el disidente ruso, de 46 años, enfermó el viernes pasado cuando lo dejaron salir de la celda de castigo, pero que el lunes lo volvieron a meter en una celda del mismo tipo por otros 15 días. "Creemos que le están administrando lentamente dosis bajas de veneno” en pastillas que le dan sin identificar, dijo Veduta, citada por la agencia AP.
El sábado pasado hubo que llamar a una ambulancia debido a sus dolores agudos de estómago, pero Navalni no recibió ningún diagnóstico, según ha escrito en Twitter uno de sus abogados, Vadim Kobzev, tras visitarlo en prisión. Sostiene que ha contraído una enfermedad estomacal "que nadie le trata" y denuncia que los paquetes con medicinas enviados por la madre de Navalni están siendo devueltos.
Teme, por ello, que el líder opositor ruso esté siendo envenenado de nuevo. Esta vez lentamente. Kobzev dijo que no descarta el escenario de que las autoridades estén dejando que la salud del opositor se deteriore "progresivamente", de forma buscada. "Exigiremos exámenes toxicológicos y radiológicos", afirmó.
A principios de año, Navalni dijo sufrir síntomas gripales sin acceso correcto a la atención médica. Sus simpatizantes denunciaron un intento del Kremlin de "matarlo" de a poco.
Navalni, que lleva años denunciando la corrupción que rodea al Gobierno y al presidente rusos, fue encarcelado hace dos años tras regresar a Moscú después de que fuera tratado en Alemania por un envenenamiento que tanto él como los Gobiernos occidentales atribuyeron a los servicios secretos rusos.
En marzo de 2022 fue condenado a nueve años de cárcel en régimen "severo", por acusaciones de "estafa", que él considera ficticias.