Los talibanes imponen nuevas leyes a los hombres: apuntan a la barba, jeans y miradas a mujeres

Los talibanes imponen nuevas leyes a los hombres: apuntan a la barba, jeans y miradas a mujeres

Los decretos aprobados por el régimen fundamentalista permiten que la policía religiosa pueda detener hasta 3 días a los sospechosos de saltarse las normas.

Un afgano luce una barba que cumple con las nuevas normas impuestas por los talibán.Reza/webistan

Mientras en Afganistán se consolida la política de discriminación total contra las mujeres, emprendida por el régimen fundamentalista talibán desde su vuelta al poder, hace ya tres años, los talibanes han empezado a imponer a los hombres estrictas normas que, entre otras cuestiones, regula su forma de vestir, su apariencia física o la forma de interactuar con la población femenina.  

Estas nuevas normas de comportamiento, introducidas en agosto, obligan a los hombres a llevar la barba de un largo mínimo equivalente al tamaño de un puño y también a evitar cualquier tipo de comportamiento que imite a los no musulmanes, como puede ser el uso de pantalones vaqueros o cortarse el pelo al estilo occidental. Los hombres en Kabul, según el portal griego LIFO, ya han empezado a dejarse crecer la barba y a cambiar su vestimenta para evitar que la policía los detenga o los someta a humillaciones públicas.

En las áreas urbanas de Afganistán, los hombre afganos se enfrentan ahora a la constante vigilancia de la policía religiosa que, con las largas túnicas blancas que la identifican, ya ha empezado a visitar las casas de los que no van con regularidad a la mezquita. Los nuevos decretos también permiten que las autoridades detengan hasta 3 días a los sospechosos de saltarse la normativa, mientras que la reiteración en las infracciones puede terminar en juicios basados en la ley islámica, cuyos castigos incluyen multas, encarcelamiento o, en los casos extremos, castigos físicos como los latigazos.

En Kabul, la situación es muy diferente a la de las áreas rurales más conservadoras, donde estas normativas se han aplicado durante años sin que los residentes las perciban como un cambio drástico. Sin embargo, en las ciudades de Afganistán, donde los estilos de vida más cosmopolitas eran comunes, los nuevos controles están generando tensiones y son muchos los afganos que rechazan medidas como la prohibición de mirar a mujeres que no sean sus esposas o familiares cercanas y los castigos por incumplirlas. "Todos somos musulmanes y sabemos lo que es obligatorio o no. Pero es inaceptable que se utilice la violencia contra nosotros", asegura al citado medio un afgano que vive al este del país. 

Los efectos de las nuevas reglas, que son una muestra del creciente poder del sector más conservador del régimen talibán, no solo se limitan al ámbito personal. Un taxista de 36 años en Kabul asegura que sus ingresos han disminuido un 70% desde la la entrada en vigor de las restricciones, en parte por las multas por transportar a mujeres sin compañía masculina. "La vida diaria se está volviendo cada vez más difícil", asegura el conductor.

Incluso en algunas oficinas gubernamentales se ha apoderado de una nueva sensación de temor. Son ya varios los funcionarios que han denunciado que han retenido su sueldo por no cumplir con los requisitos aprobados para las barbas. "Hemos oído que a algunos funcionarios, cuyas barbas eran más cortas que la longitud requerida, se les negó la entrada a sus trabajos", confirmó un funcionario del gobierno.

Las mujeres, que en los últimos tres años han soportado gran parte de las restricciones talibanas, ahora esperan que los hombres alcen la voz, aunque sea tarde: "Si hubieran protestado desde el principio, los talibanes no habrían tenido tanto margen para imponer estas reglas", confiesa una joven de Kabul. Sin embargo, otros se muestran escépticos sobre si las protestas pudiesen cambiar algo. Muchos hombres consideran ya abandonar el país ante el clima de creciente represión.