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Los expertos alertan: la paz de Putin sólo allana el camino para "borrar por completo la independencia de Ucrania"

Los expertos alertan: la paz de Putin sólo allana el camino para "borrar por completo la independencia de Ucrania"

"Estas propuestas no son una receta para una solución sostenible. Por el contrario, el plan de paz de Putin es, de hecho, un llamamiento a la capitulación total de Kiev".

Vladimir Putin, celebrando la Navidad ortodoxa, el pasado 6 de enero, en Moscú.Sputnik / Vyacheslav Prokofyev / Pool via REUTERS

"El plan de paz de Putin es en realidad un llamamiento a la capitulación de Ucrania". Desde el titular, con contundencia, queda clara la tesis de Serhii Kuzan, presidente del Centro de Cooperación y Seguridad de Ucrania (USCC), en una tribuna publicada en el tanque de pensamiento norteamericano Atlantic Council.

Kuzan, que fue asesor del Ministerio de Defensa de Ucrania entre 2022 y 2023 (años de invasión rusa) y como asesor del secretario del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania en 2014 (año del Euromaidán), reflexiona sobre el nuevo tiempo por venir, cuando aumentan las especulaciones sobre la posibilidad de que Ucrania y Rusia inicien pronto negociaciones de paz serias al llegar a la Casa Blanca Donald Trump. Y su lectura no es optimista para Kiev. 

Sostiene que "hay muy pocas señales de que el presidente ruso, Vladimir Putin, esté dispuesto a abandonar su objetivo de subyugar a Ucrania". "En cambio, es más probable que la fórmula de paz que actualmente promueven los funcionarios del Kremlin allane el camino para la siguiente etapa de la campaña de Putin para borrar por completo la independencia de Ucrania", añade.

Desde las fallidas conversaciones de paz de la primavera de 2022 durante la fase inicial de la invasión a gran escala, recuerda, Rusia ha insistido en que cualquier acuerdo de paz "debe incluir concesiones territoriales de Kiev junto con la neutralidad ucraniana y la desmilitarización integral del país". El propio Putin explicó las expectativas territoriales de Rusia en junio de 2024, "exigiendo que Kiev ceda cuatro provincias ucranianas parcialmente ocupadas, ninguna de las cuales está totalmente bajo control ruso". Esto significaría "entregar grandes cantidades de territorio ucraniano no ocupado, incluida la ciudad de Zaporiyia, con una población de alrededor de tres cuartos de millón de personas".

En numerosas ocasiones, "Putin y sus colegas del Kremlin han reafirmado sus condiciones, entre ellas la de que Ucrania abandone oficialmente su aspiración a ser miembro de la OTAN y acepte no entablar alianzas militares con potencias occidentales". También se espera que Kiev "acepte amplias limitaciones al tamaño de sus fuerzas armadas y a los tipos de sistemas de armas que se le permite poseer", dice.

"Estas propuestas no son una receta para una solución sostenible", afirma Kuzan. Por el contrario, dice, "el plan de paz de Putin es, de hecho, un llamamiento a la capitulación total de Kiev". "Las exigencias de Moscú están deliberadamente diseñadas para dejar a Ucrania aislada internacionalmente e incapaz de defenderse. Si se imponen estas condiciones a las autoridades ucranianas, no cabe duda de que Putin aprovechará cualquier pausa posterior en las hostilidades para rearmarse antes de reanudar la guerra en los próximos años", sostiene.

"Si se imponen estas condiciones a las autoridades ucranianas, no cabe duda de que Putin aprovechará cualquier pausa posterior en las hostilidades para rearmarse antes de reanudar la guerra en los próximos años"

Las "verdaderas intenciones" de Rusia se pueden ver en su "insistencia en que Ucrania abandone sus esfuerzos por unirse a la OTAN y acepte una neutralidad geopolítica permanente". Moscú afirma que esto es esencial para salvaguardar la seguridad nacional rusa, "pero las propias acciones de Putin sugieren lo contrario", denuncia el autor.

Cuando su vecina Finlandia anunció sus planes de unirse a la OTAN en 2022, Putin no hizo ningún esfuerzo por bloquear el proceso y anunció que Rusia "no tenía problemas" con la adhesión de Finlandia. Luego fue aún más lejos y retiró la mayoría de las tropas rusas de la frontera con Finlandia. "Es evidente que Putin no ve a la OTAN como una amenaza para la seguridad de Rusia, sino como un posible obstáculo a sus propias ambiciones expansionistas en Ucrania".

Esas exigencias rusas de una Ucrania neutral y desmilitarizada "deberían ser igualmente inaceptables en Kiev y entre los socios occidentales de Ucrania". Aceptar las condiciones del Kremlin "significaría dejar a millones de ucranianos a merced de Putin, al tiempo que envalentonaría a Moscú e invitaría a más agresiones rusas". Desde Chechenia y Georgia hasta Crimea y Siria, "hay abundantes pruebas de las últimas dos décadas de que cada fracaso sucesivo en exigir responsabilidades a Rusia sólo alienta nuevas escaladas", recuerda.

Los "desafortunados esfuerzos de Occidente" por apaciguar a Putin ya han conducido "a la mayor y más sangrienta guerra europea desde la Segunda Guerra Mundial", recrimina. 

"Cualquier otro intento de apaciguamiento tendrá consecuencias igualmente desastrosas para la estabilidad y la seguridad futuras de Europa. De hecho, altos funcionarios europeos advierten ahora de que es cada vez más probable una confrontación militar con Moscú; el jefe de espionaje alemán, Bruno Kahl, predijo recientemente que Rusia podría intentar poner a prueba a la OTAN antes de que termine la década actual", insiste.

Mientras Rusia presiona por una Ucrania desarmada y neutral, los funcionarios ucranianos se preparan para posibles conversaciones de paz priorizando la necesidad de garantías de seguridad creíbles. En los últimos meses, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha señalado la disposición del país a comprometer temporalmente la integridad territorial para avanzar hacia una paz viable. Al mismo tiempo, los funcionarios en Kiev han subrayado que no hay margen para ningún compromiso similar en la cuestión de las garantías de seguridad.

El objetivo de Ucrania sigue siendo la adhesión a la OTAN, que en Kiev se considera "la única garantía creíble a largo plazo de la seguridad y la soberanía del país". Sin embargo, miembros clave de la alianza, entre ellos Estados Unidos y Alemania, siguen siendo profundamente reacios a aceptar las aspiraciones de Ucrania a la OTAN.

Como el camino de su país hacia la adhesión a la OTAN probablemente sea extremadamente difícil desde el punto de vista político, los funcionarios ucranianos también están explorando la posibilidad de garantías de seguridad bilaterales. En una entrevista reciente, Zelenski dijo que las garantías de seguridad para que Kiev ponga fin a la guerra de Rusia solo serían efectivas si Estados Unidos las proporciona. También criticó duramente el Memorándum de Budapest de 1994, por el que Ucrania entregó el tercer arsenal nuclear más grande del mundo a cambio de garantías de seguridad de Rusia, Estados Unidos y el Reino Unido que finalmente resultaron inútiles.

"Dadas las posiciones diametralmente opuestas de Rusia y Ucrania sobre la cuestión de la pertenencia a la OTAN, parece seguro que las garantías de seguridad serán el punto más problemático durante cualquier negociación futura para poner fin a la guerra", expone el analista. "¿Pueden los líderes occidentales idear una fórmula de seguridad creíble que salvaguarde la condición de Estado de Ucrania y disuada de nuevas agresiones rusas? A menos que lo hagan, las perspectivas de Ucrania serán sombrías y el resto de Europa se enfrentará a años de costosa confrontación con una Rusia resurgente", concluye.