Los espías rusos trataron de comprar la película sobre Putin para que no viera la luz

Un polémico biopic de Vladímir Putin llegará a los cines el próximo 10 de enero. La producción de Putin, nombre del filme, destaca después de haber utilizado inteligencia artificial para colocar el rostro del presidente en el cuerpo del actor polaco Slawomir Sobala. Además, han recibido solicitudes de compra por parte de los servicios de inteligencia rusa.

Según publica el medio noruego VG, el intérprete ha ganado gran popularidad en su país por "doblar a Putin en anuncios y parodias de televisión, y además también en un musical". "El público necesitaba ver al verdadero Putin en la pantalla", afirma el director, Patryk Vega, en una entrevista al diario británico The Telegraph, y recogida por el digital.

Es difícil interpretar al mandatario ruso y la solución fue "dejar que Sobala estudiara el lenguaje corporal de Putin durante dos años y luego usar la inteligencia artificial (IA) para poner la cara de Putin sobre el intérprete". Cuando el director habló con la prensa sobre su proyecto cinematográfico durante el festival de Cannes la primavera pasada, sentenció que la inteligencia rusa había intentado hacerse con el guion.

"Tuve una experiencia muy divertida con los servicios secretos rusos. Tomaron todos los números de teléfono de mi equipo y comenzaron a manipularlos", afirma el cabecilla del rodaje. "Les escribieron cosas del tipo: 'Soy asistente de un congresista en Dakota del Sur. A mi jefe le gustaría pagar 100.000 euros por una proyección de la película". 

Sin embargo, y de acuerdo a la información difundida por el medio, "el director no se dejó intimidar". "Inicié una conversación con ellos y fingí ser un diseñador de vestuario. Empecé a negociar un precio de casi 200.000 euros. Les dije que tenían que enviarme una cuota inicial de 10.000. Estuvieron de acuerdo y les di la dirección de la Agencia de inteligencia polaca Wywiadu". Finalmente, fueron identificados.

"Putin solo entiende un idioma, y es la fuerza. La psicología nos enseña que ceder ante un agresor solo alimenta su agresión. Por lo tanto, Occidente debe dejar de engañarse a sí mismo creyendo que el apaciguamiento hacia Putin puede traer algunos beneficios reales", concluye en la conversación el cineasta.