La venganza de Orbán: el veto de Hungría aplaza a enero la ayuda de la UE a Ucrania
Después de ausentarse en la votación para aprobar la apertura de negociaciones de adhesión con Ucrania, Hungría bloquea la ayuda de 50.000 millones de euros.
El veto del primero ministro húngaro, Viktor Orbán, a la ayuda de 50.000 millones de euros para Ucrania en el próximo presupuesto comunitario ha impedido este jueves que los jefes de Estado y de Gobierno de la UE pudieran cerrar un acuerdo para revisar el marco financiero de 2024-2027, lo que aplaza la negociación -y por ello la confirmación del apoyo a Kiev-- hasta el próximo enero.
La primera jornada del Consejo Europeo que se celebra en Bruselas ha permitido a los Veintisiete anunciar un acuerdo para la apertura de negociaciones de adhesión con Ucrania tras vencer un primer bloqueo de Orban, que ha abandonado la sala a sugerencia del canciller alemán, Olaf Scholz, en el momento de la votación para evitar pronunciarse en contra y permitir así que la decisión saliera adelante por consenso.
Sin embargo, tras varias horas de negociación sobre la revisión del presupuesto, los líderes han podido constatar que Hungría mantenía su rechazo a la propuesta sobre la mesa y, aunque continuarán el Consejo Europeo durante el viernes, no retomarán la discusión presupuestaria hasta enero o febrero del próximo año, en una cumbre extraordinaria.
La última propuesta de acuerdo recibió un "fuerte apoyo de 26 Estados miembro", según ha confirmado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que ha señalado que "sólo un líder no ha podido respaldarla", por lo que han decidido retomar este debate a principios de 2024, cuando tratarán de lograr la unanimidad, incluyendo a Orbán, para hacer posible implementar esta propuesta. "Quiero mandar un mensaje positivo y tranquilizador, porque tenemos las herramientas para garantizar que somos de confianza; los ucranianos pueden contar con nuestro apoyo", ha apostillado Michel en declaraciones a la prensa tras finalizar la reunión en la madrugada de este viernes.
Budapest, por tanto, mantiene bloqueado el nuevo programa con el que la UE quiere facilitar a Ucrania el pago de necesidades urgentes como la renovación de infraestructuras dañadas en ataques rusos y para mantener en funcionamiento sus servicios públicos.
Durante las semanas y los días previos a la cumbre se ha especulado con que el resto de líderes sortearan el veto húngaro a través de un acuerdo intergubernamental que aislara a Hungría, pero la opción preferida sigue siendo incluir el paquete de asistencia a Kiev dentro del presupuesto de la UE.
También el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, se ha mostrado "optimista" respecto a las opciones de lograr un acuerdo a Veintisiete, incluida Hungría, a pesar de que un acuerdo sobre el presupuesto le parece "mucho más complicado" de lo que ha sido acordar la apertura de negociaciones de adhesión. El mandatario holandés ha considerado que "aún hay tiempo" para el acuerdo y apuntado que la reunión de líderes podría celebrarse "a finales de enero".
Fuentes diplomáticas han añadido que el representante húngaro dejó claro que rechazaba de pleno cualquier aportación de "dinero fresco" para Kiev, por lo que el resto consideró que habrá más opciones de éxito si se dan "algunas semanas más" a la negociación y vuelven a verse en enero.
La propuesta de la UE que rechaza Hungría
El documento que cuenta el apoyo del resto de capitales recoge un nuevo paquete de ayuda a Ucrania de 50.000 millones de euros hasta 2027, de los cuales 17.000 millones de euros serán ayudas directas no reembolsables y los otros 33.000 millones llegarían en forma de créditos, que Bruselas captaría en los mercados de deuda.
Además, contempla reforzar con 9.600 millones los programas migración y gestión de fronteras, así como las partidas para la asistencia a refugiados sirios en Turquía, Jordania, Líbano, así como para los Balcanes y los países del Mediterráneo sur.
Por último, deja en 1.500 millones el dinero previsto para la plataforma pensada para invertir en el desarrollo de tecnologías limpias, aunque todo este sobre irá destinado a reforzar el Fondo Europeo de Defensa y contempla 2.000 millones para el Instrumento de Flexibilidad y 1.500 millones para la Reserva de Solidaridad y Ayuda de Emergencia (SEAR).
Si fuese aprobado, los Estados miembros tendrían que hacer aportaciones adicionales a las cuentas europeas por valor de 21.000 millones de euros y se reasignarían otros 10.600 millones de otras partes del presupuesto para pagar estas nuevas prioridades.