Deja el coche y se va a pie porque ha estado bebiendo pero la policía le para y le regala una multa
La historia que llega desde Génova es casi descabellada y surrealista.
Si bebes, no debes conducir. En eso estamos todos de acuerdo. ¿Y caminar? ¿Sí o no? La historia que llega desde Génova es casi descabellada y surrealista: la leyenda del bebedor obediente. Lo cuenta Repubblica.it.
Un hombre que se dio cuenta de que había bebido demasiado decidió dejar el coche aparcado cerca del club donde había pasado la noche y volver a casa a caminando. Pero el viaje era largo y decidió hacer autostop. Para su mala suerte, el único coche que se detuvo fue el de la policía. El hombre, pese a que no estaba conduciendo, recibió una multa de 102 euros por su estado de embriaguez.
En el registro de la denuncia se especifica que el multado tenía dificultad para caminar erguido, ojos rojos y balbuceaba. La Policía le imputó el artículo 688 del Código Penal italiano, que prevé una multa de 51 a 309 euros -rebajada a 102 euros- para quien esté ebrio en un lugar público.
Más adelante, la policía italiana también informó de que el hombre no tenía permiso de conducir y luego había arremetido contra los patrulleros que le habían visto caminando por la calle a altas horas de la noche. Por este motivo, informa la agencia Ansa, el joven fue multado y no por haber decidido irse caminando al estar borracho, como trascendió a la prensa italiana en un primer momento.
En España, un peatón será obligado a realizar un control de alcoholemia y drogas cuando esté directamente involucrado en un accidente de tráfico o cuando sea el responsable del mismo, haya realizado alguna infracción o se de alguna situación de gravedad en carretera.
En el caso en que el peatón diese positivo en la prueba de alcoholemia la sanción es muy parecida a la de los conductores, exceptuando la pérdida de puntos. Pero sí, podría ser sancionado con una multa de entre 500€ y 1000€ y en el caso de superar los 60mg/l, podría ser considerado como un delito.