La 'Mano Muerta': el artefacto nuclear del fin del mundo construido en la Guerra Fría que Putin esconde como último as
Este mecanismo que parece salido de una película de James Bond existe, sigue activo y es una prueba de la tensión invisible que se vivió durante la Guerra Fría
Rusia cuenta actualmente con un número aproximado de 1.600 armas nucleares tácticas desplegadas, además de otras 2.400 armas nucleares estratégicas vinculadas a misiles balísticos intercontinentales. Esto posiciona a Rusia como la mayor potencia nuclear a nivel global, un dato que a muchos pone los vellos de punta teniendo en cuenta sus últimas amenazas hacia Occidente tras los recientes acontecimientos con la guerra en Ucrania.
Aunque seguramente conocías más o menos la capacidad nuclear de Rusia, lo que seguramente desconocías era que todas estas armas están integradas en el sistema "Dead Hand" ("Mano Muerta") o "Perimeter" (Perímetro), un mecanismo automatizado de control de armamento nuclear.
Mano Muerta: origen y motivos detrás de su creación
El sistema "Perímetro", también llamado "Dead Hand", es una reliquia de la Guerra Fría que persiste en la actualidad como un componente clave de la estrategia nuclear rusa. Este sistema fue diseñado para garantizar una respuesta nuclear automática en caso de que la infraestructura de mando y control de la Unión Soviética fuese destruida por un ataque sorpresa. Según los expertos, Perímetro actúa como un "seguro" contra el fracaso total de las líneas de comunicación convencionales, asegurando que un contraataque devastador sea inevitable.
La motivación principal para desarrollar este sistema surgió durante los años 80, cuando los avances en los misiles balísticos lanzados desde submarinos (SLBM) por parte de Estados Unidos incrementaron significativamente el riesgo de un ataque de decapitación. La llegada de sistemas como el Trident D5, con su alta precisión, redujo el tiempo de advertencia a tan solo minutos, dejando a los líderes soviéticos con poco margen para tomar decisiones. Perímetro garantizaba que incluso si el liderazgo soviético era eliminado, el sistema podría tomar decisiones y lanzar una represalia nuclear de forma independiente.
Funcionamiento y operatividad
Una de las características más impactantes de "Perímetro" es su capacidad para operar casi sin intervención humana. El sistema evalúa múltiples parámetros, como la actividad sísmica, niveles de radiación y señales de detonaciones nucleares, para determinar si se está llevando a cabo un ataque a gran escala. Si se cumplen las condiciones predefinidas, Perímetro puede lanzar misiles de comando especializados que transmiten órdenes a los silos nucleares y centros de mando restantes, iniciando automáticamente un contraataque.
Aunque normalmente permanece inactivo, se activa en situaciones de crisis, funcionando como un mecanismo de disuasión "por si acaso". Según algunas fuentes, la operación final podría requerir una confirmación humana, mientras que otras sostienen que el sistema podría completar su misión de forma completamente automática.
Una herramienta de disuasión y estabilidad
Más allá de su capacidad destructiva, el sistema se concibió también como una forma de evitar decisiones impulsivas en momentos de alta tensión. Según el desarrollador Vladimir Yarynich, Perímetro proporcionaba a los líderes soviéticos un margen de tiempo para analizar la situación, al saber que incluso un ataque fulminante no impediría una represalia.
Esta dualidad entre su potencial para la destrucción masiva y su propósito de enfriar decisiones apresuradas lo convierte en un símbolo de la complejidad de la disuasión nuclear en el contexto de la Guerra Fría.
Su legado en la actualidad
Aunque diseñado hace décadas, el sistema sigue operativo en Rusia. Esto refleja la importancia que se le otorga como una herramienta de disuasión frente a posibles agresores. En un mundo donde las tecnologías nucleares y de defensa continúan avanzando, la existencia de Perímetro recuerda la fragilidad del equilibrio estratégico global y las peligrosas dinámicas de la guerra nuclear.