Israel mata a los palestinos de forma impune e injustificada en Cisjordania, denuncia Amnistía
La organización internacional sostiene que Tel Aviv aprovecha que el mundo mira a Gaza para desatar una "violencia brutal" en otros territorios.
El territorio palestino de Cisjordania se encuentra inmerso en una creciente ola de violencia y represión militar desde el ataque del 7 de octubre perpetrado por Hamás, lo que ha aumentado de forma significativa el número de "homicidios ilegítimos" a manos de las tropas israelíes, denunció este lunes Amnistía Internacional (AI).
Entre el 7 de octubre y el 31 de diciembre de 2023, 299 palestinos murieron de forma violenta en Cisjordania, un 50% más de víctimas mortales que en los primeros nueve meses del año. Mientras que a fecha de 29 de enero ya han muerto 61 personas, 13 de ellas menores, según cifras de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Se aprovecha que el mundo mira a Gaza para desatar una "violencia brutal" en otros territorios, señala.
En este contexto, Amnistía Internacional ha investigado "cuatro casos representativos" en los que las fuerzas israelíes no solo usaron fuerza letal sin necesidad de ella, causando la muerte de veinte palestinos, siete de ellos menores, sino que en algunos de ellos también impidieron a equipos médicos prestar ayuda.
"Estos homicidios ilegítimos constituyen una violación flagrante del derecho internacional de los derechos humanos y se están cometiendo con impunidad", declaró Erika Guevara Rosas, directora de Investigación de Amnistía.
Una de esas muertes es la de Taha Mahamid, de 15 años, a quien las fuerzas israelíes mataron a tiros delante de su casa cuando salió a comprobar si ya se habían marchado tras una redada militar de unas 30 horas en el campo de refugiadas de Nour Shams, en la urbe cisjordana de Tulkarem, el pasado 19 de octubre.
Durante la operación, otras 12 personas murieron, seis de ellas menores, y quince fueron detenidas. Según Israel, un policía de fronteras también perdió la vida y nueve resultaron heridos tras el lanzamiento de un explosivo.
Según testigos y vídeos examinados por Amnistía, "Taha iba desarmado y no representaba ninguna amenaza para los soldados" cuando recibió tres disparos delante de su casa.
"La primera (bala) le alcanzó en la pierna. La segunda en el estómago. La tercera en un ojo. No había enfrentamientos, no había conflicto”, relató su hermana Fatima.
Un testigo aseguró a Amnistía Internacional que cuando Ibrahim Mahamid, el padre de Taha, intentó poner a salvo a su hijo herido, las fuerzas israelíes le dispararon en la espalda, lo que pudo ser verificado en vídeo. Mahamid sufrió daños graves en los órganos internos y fue ingresado en cuidados intensivos.
"Ni Taha ni Ibrahim Mahamid representaban una amenaza para las fuerzas de seguridad ni otras persona cuando dispararon contra ellos. Este uso innecesario de fuerza letal debe investigarse como posibles crímenes de guerra (detrás) de un homicidio intencional", denunció hoy la ONG.
Aproximadamente 12 horas después del homicidio de Taha, el Ejército israelí irrumpió en la vivienda y mantuvo encerrados durante 10 horas a sus familiares, además de agujerear la pared de dos habitaciones para situar a francotiradores.
Un testigo narró a Amnistía que los soldados registraron la casa, golpearon a un familiar y uno de ellos llegó a orinar en la puerta.
El 13 de octubre, también en Tulkarem, una multitud de unas 80 palestinos desarmadas se manifestaba en solidaridad contra la guerra en Gaza cuando las fuerzas israelíes, situadas en una torre de vigilancia militar, abrieron fuego.
Al menos cuatro personas fueron heridas, según informaron dos periodistas a Amnistía, que también recibieron disparos pese a ir identificados. Un soldado israelí disparó a otro manifestante en la cabeza, que murió más tarde.
En otro incidente ocurrido el 27 de noviembre en Beitunia, cerca de Ramala, las fuerzas israelíes "usaron fuerza excesiva" contra una multitud de personas que se disponían a dar la bienvenida a los presos excarcelados de la prisión de Ofer, como parte del acuerdo entre Israel y Hamás de noviembre.
El ejército uso munición real y balas recubiertas de caucho contra la multitud, además de drones para lanzar botes de gas lacrimógeno y excavadoras militares, causando la muerte de un residente; además de impedir la llegada de una ambulancia.
"La obstrucción de la asistencia médica por las fuerzas israelíes durante sus operaciones en los Territorios Palestinos Ocupados es una práctica habitual", denuncia Amnistía sobre esta violación del derecho internacional humanitario.
Israel aumentó sus redadas en Cisjordania ocupada en 2022, y las intensificó aún más en paralelo a la guerra en Gaza, con incursiones que a menudo desembocan en enfrentamientos armados con milicias locales y dando lugar al mayor pico de violencia en la zona desde 2002, en lo peor de la Segunda Intifada.