La historia del Boeing 747 de Arabia que se destroza en 16 vuelos
Si a Arabia tú vaaaaas...
La historia de la aviación está tan repleta de curiosidades como de excentricidades. No obstante, la siguiente historia pertenece indudablemente a la segunda. ¿Se imaginan haber encargado un avión por el precio de 350 millones de dólares y nunca haberlo usado? O mucho más increíble aún, ¿imaginan que esa aeronave acabase siendo desguazada después de haber surcado los cielos tan solo 16 veces?
Este es el caso de lo que le sucedió a Arabia Saudí, cuando encargó una aeronave para el ministro de Defensa y príncipe heredero, Sultán bin Abdulaziz. Según el digital Xataka, este Estado del Golfo Pérsico, encargó un "Boeing 747-8 de la categoría 'BBJ', es decir, un 'Boeing Business Jet' específicamente diseñado para los clientes más exigentes, quienes desean personalizarlo al máximo".
Este interés por hacerse con uno de los aviones más icónicos de la historia responde a la ola que se puso de moda en la década de los 60. En una información recogida por CNN, se recoge que Arabia Saudí eligió la versión más avanzada jamás construida de este tipo de Boeing.
Sin embargo, en 2011, "poco antes de que el fabricante estadounidense entregara el avión que se le había encargado, el príncipe heredero murió". No obstante, como el proceso de construcción ya estaba iniciado no se canceló el pedido y cuando la aeronave estuvo lista realizó el vuelo de prueba y quedó listo con el número N458BJ.
Recomprado para desguazar
Su destino fue la base EuroAirport Basel-Mulhouse-Freiburg, en Francia. Allí se esperaba que fuese dotado de un lujoso interior, puesto que este modelo se entrega sin mobiliario para ser adecuado al gusto de sus propietarios. Pasó varios años almacenado, hasta que en 2017, se intentó lograr su venta por 95 millones de dólares. Costaba 350 millones. Como nadie estaba dispuesto a desembolsar tal cantidad, regresó a Estados Unidos.
Tras diversas negociaciones, Boeing decidió volver a comprar el avión, sin que trascendiese el precio. El año pasado hacia un cementerio de aviones en Arizona, donde El contratista Pinal Airpark se está encargado de desguazarlo. 16 vuelos más tarde.