Georgia y Osetia del Sur, 15 años de invasión rusa: las claves de una herida que sigue abierta
Moscú sigue manipulando en territorios soberanos georgianos, tras el brutal choque de cinco días en 2008 que dejó el 20% del país ocupado y unos 600 muertos.
Este 8 de agosto, Georgia celebra un triste aniversario. En un día como el de hoy, en 2008, comenzaba un conflicto que llega a los 15 años siendo una herida abierta, por curar. Ese día, las tropas georgianas entraron en la pequeña Osetia del Sur, con apenas 30.000 habitantes, con el objetivo de restablecer el control sobre la rebelde región y con el argumento de que había que actuar con inmediatez porque Moscú se estaba preparando para ocupar militarmente el territorio.
Rusia respondió con ataques aéreos contra objetivos militares georgianos en territorio del país caucasiano y desplegó sus tropas en Osetia del Sur, en una operación que el Kremlin denominó como "imposición de la paz" y que enseguida expulsó a los georgianos de la región.
No contentas con el resultado, las fuerzas del Kremlin penetraron en territorio de Georgia tanto desde Osetia del Sur como desde la también secesionista Abjasia, y llegaron con sus tanques hasta la ciudad de Gori, a sólo 75 kilómetros de Tiflis, antes de retirarse por completo de la antigua república soviética.
Posteriormente, el Kremlin reconoció la independencia de Abjasia y Osetia del Sur, una decisión secundada también por Venezuela, Nicaragua, Nauru y Siria, pero que ha sido condenada mayoritariamente por la comunidad internacional. Ambos territorios han funcionado desde entonces, en la práctica, como estados independientes. Han solicitado integrarse en la Federación Rusa, aunque por ahora los del presidente Vladimir Putin no ha aceptado la petición.
Mientras, Tiflis, que rompió entonces relaciones diplomáticas con Moscú, sigue sin reconocer la independencia de ambos territorios, en lo que cuenta con el respaldo de EEUU y la Unión Europea, y considera que las tropas rusas son fuerzas de ocupación.
Georgia perdió 412 personas en la guerra, de ellos 170 soldados y funcionarios de Interior; mientras Rusia sufrió 67 bajas entre sus militares en la ofensiva del Ejército georgiano. En cinco días, Rusia hizo mucho daño y dejó ocupado el 20% del territorio georgiano, hasta el día de hoy.
Human Rights Watch afirmó que todas las partes "cometieron numerosas violaciones de las leyes en situaciones de guerra" durante el conflicto. En su principal informe sobre este conflicto, publicado en 2009, también se decía que en los días posteriores a la retirada de las tropas de Tbilisi, las fuerzas de Osetia del Sur "destruyeron deliberada y sistemáticamente aldeas de etnia georgiana". Mientras tanto, otro informe independiente encargado por la UE, también de 2009, descubrió que Georgia había iniciado el conflicto con Rusia, pero que Moscú estaba detrás de una larga historia de provocación y reaccionó de forma desproporcionada.
De dónde viene todo
El caso de Georgia se acabó replicando en 2014 en la península de Crimea, en Ucrania, ocupada y anexionada ilegalmente por Rusia, que además ayudó a sublevados prorrusos en la zona del Donbás. Hay lecciones que no se aprendieron, pese al origen diferente de cada conflicto.
El de Georgia viene de cuando a Osetia del Sur se le acusó de ponerse del lado del Kremlin, después de que el Ejército Rojo invadiera Georgia a principios de la década de 1920. A principios de la década de 1990, cuando se produjo la desintegración de la Unión Soviética hizo que Georgia se independizara de Moscú.
La posterior llegada al poder del nacionalista georgiano Zviad Gamsakhurdia contribuyó a avivar el sentimiento separatista en Osetia del Sur. Después de varios brotes de violencia, reclamó la independencia de Georgia en 1992. Algunas fuentes aseguran que poderosas figuras dentro del ejército ruso, molestos por la desintegración de la Unión Soviética, animaron a los habitantes de Osetia del Sur a rebelarse para debilitar a Georgia y vengarse de su partida.
Después de tres años de violencia esporádica, Rusia, Osetia del Sur y Georgia firmaron en 1992 un acuerdo de alto el fuego con una fuerza tripartita para el mantenimiento de la paz. Como resultado, terminó convirtiéndose en una región autónoma dentro de la Georgia soviética, con Osetia del Norte, al otro lado de las montañas del Cáucaso, como parte de Rusia.
Georgia se enfureció por el fortalecimiento de los lazos entre Rusia y Osetia del Sur en abril de 2008, mientras que a Moscú le molestaba la ambición de Tbilisi de unirse a la OTAN y a la Unión Europea. Ese mismo verano, ambos se acusaban mutuamente del refuerzo militar en la zona.
Los enfrentamientos entre las tropas georgianas y las fuerzas separatistas estallaron entonces hace 15 años y nada se ha resuelto aún.
Los incumplimientos
Estados Unidos denunció esta pasada madrugada el incumplimiento por parte de Rusia de los acuerdos de cese del fuego en 2008 en Georgia, a la vez que expresó su solidaridad con el país invadido. El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, señaló en un comunicado que Washington sigue decidido en exigir que Rusia cumpla con la retirada de sus fuerzas a las posiciones que mantenían antes del inicio del conflicto y que permita el paso sin impedimentos de la ayuda humanitaria, como estipula el acuerdo de cese el fuego de 2008.
"Rusia también tiene que cambiar su reconocimiento de la llamada independencia de las regiones de Georgia Abjasia y Osetia del Sur. Estas acciones son esenciales para que centenares de miles de personas desplazadas internamente puedan volver a sus hogares con seguridad y vivir con dignidad", añadió Blinken. El secretario de Estado también señaló que "como en Ucrania, la gente de Georgia han sufrido las consecuencias del desdén ruso hacia la ley internacional y el deseo de dominar sus vecinos".
Retirada... pero temporal
En la frontera no reconocida entre Georgia y Osetia del Sur la presencia militar rusa se ha reducido drásticamente en los últimos meses pero no, no es una retirada, sino un desplazamiento de tropas para fortalecer el despliegue en la guerra de Ucrania, informa Euronews.
Rusia parece estar trasladando a Ucrania militares que tenía desplegados en otros lugares para responder a su necesidad acuciante de fuerzas en la invasión, vieja de 18 meses. Se ha visto en Chechenia y se ve ahora en Osetia. "Lo que quedó claro en Ucrania es que las fuerzas rusas tienen una gran escasez de personal militar entrenado. De hecho, han tomado personal entrenado de todos los lugares y lo han involucrado en la guerra. Lo mismo ocurrió en la región de Tsjinvali. Ahora, cuando monitoreamos las bases, podemos ver claramente que queda muy poco personal allí, y esas fuerzas de ocupación retiradas están muy probablemente en Ucrania", afirma Lasha Beridze, coronel de reserva del Ejército georgiano.