Francia convierte el Día del Trabajo en una "histórica" protesta contra Macron: 300 detenidos y más de 100 policías heridos
Hasta 2,3 millones de participantes según los sindicatos en unas 300 marchas a coro contra la reforma de las pensiones impulsada por el presidente francés, entre otras reivindicaciones.
Emmanuel Macron esperaba un Primero de Mayo difícil y sus expectativas posiblemente se hayan visto desbordadas. Cientos de miles de franceses han tomado las calles de las principales ciudades para hacer fuerza contra su plan de pensiones aprovechando una jornada de por sí habitual para las reivindicaciones laborales.
Cerca de 300 movilizaciones populares, con París como gran foco con decenas de miles o cientos de miles de participantes sólo allí según quien lo cuente. Los presentes han recordado al presidente el desencanto social por una reforma de las pensiones que amplía la edad laboral, entre otras medidas.
Las cifras también han sido parte de la 'batalla' entre la oposición y el gobierno este 1-M, como detalla la edición francesa del HuffPost. Así, mientras los sindicatos hablan de hasta 2,3 millones de asistentes en todo el país y más de medio millón en París, el Ministerio del Interior lo reduce hasta 782.000 a nivel nacional y poco más de 100.000 en la capital.
En la capital y otros puntos como Lyon o Nantes se han registrado enfrentamientos entre radicales y agentes, así como diversas cargas policiales, en línea con lo vivido desde hace tiempo.
El balance de daños es cuantioso. El ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, ha informado de 108 agentes heridos, 19 de ellos hospitalizados, y 291 heridos. "Si la gran mayoría de los manifestantes eran pacifistas, en París, Lyon y Nantes en particular, la Policía se enfrenta a matones extremadamente violentos que venían con un objetivo: matar policías y atacar la propiedad de los demás", ha denunciado el ministro Darmanin en Twitter.
Después de meses de paros, manifestaciones, caceroladas y otros actos reivindicativos, este 1 de mayo los sindicatos se han hecho fuertes en decenas de municipios galos. Lejos de llegar a un acuerdo con Macron, que se niega a cambiar los aspectos fundamentales de una reforma validada por el Constitucional, aseguran que no cesarán de protestar hasta que "la reforma sea retirada".
En un reciente discurso a la nación, en tono conciliador e intentando calmar los ánimos, Macron pidió comprensión una ley "necesaria" y se abrió a negociar con sindicatos y patronal algunos aspectos, asegurando que la entrada en vigor de la norma quedaría aplazada a otoño.