Finlandia entrará en la OTAN este martes y Rusia fortalecerá su "potencial militar" en esa frontera
La organización atlántica contará así con 31 miembros y ampliara en 1.340 kilómetros las fronteras que mantiene con el país de Vladimir Putin.
La unidad de occidente y de la OTAN en sus posiciones contra la invasión rusa de Ucrania gana este martes un nuevo eslabón. Finlandia entrará a formar parte de la alianza Atlántica, y con ella ya serán 31 socios. "Mañana acogeremos a Finlandia como el trigésimo primer miembro de la OTAN, haciendo a Finlandia y a nuestra alianza más fuertes", ha señalado el secretario general aliado, Jens Stoltenberg, en una rueda de prensa este lunes.
Tras la ceremonia de izado de la nueva bandera en el cuartel general de la alianza, se producirá la que será la primera reunión en la que el país nórdico participara como miembro de pleno derecho. La nueva adhesión llega tras unos meses de tensión y tiras y aflojas con el socio que más reticencias ha mostrado para que se materializada, Turquía, que finalmente ha dado su brazo a torcer.
Helsinki cuenta con 1.340 kilómetros de frontera que linda con Rusia. Stoltenberg ha resaltado que el país de Vladimir Putin fue "a la guerra contra Ucrania con el claro objetivo de tener menos OTAN" y a cambio está obteniendo "lo contrario". Traas el inicio de la invasión, Rusia llegó a amenazar con medidas "técnico-militares" a Finlandia y Suecia si se unían a la OTAN, una amenaza que, por el momento, parece que ha quedado en nada.
Sin embargo, la respuesta del Kremlin no se ha hecho esperar. Moscú ha anunciado que va a reforzar su "potencial militar" en la frontera occidental y noroccidental. El ministro de Exteriores ruso, Alexandr Grushkó, declaró al canal RIA Novosti que "en caso de que se emplacen en Finlandia fuerzas y medios de otros países de la OTAN, daremos pasos adicionales para garantizar la seguridad militar de Rusia".
61.000 efectivos que "no preocupan" a Moscú
Stoltenberg ha afirmado que Finlandia aportará una fuerza adicional con sus 61.000 efectivos "bien entrenados y bien equipadas", además de un "amplio" numero de reservistas. La suma finlandesa llega, además, en el 74º aniversario de la alianza atlántica, que se fundó el cuatro de abril de 1949.
Aunque Moscú ha tratado de restar importancia a la decisión tomada por Finlandia y Suecia de sumarse a la OTAN, sí ha expresado en varias ocasiones su insatisfacción al respecto y ha advertido que tomará medidas en dependencia de la situación.
El presidente ruso, Vladímir Putin, señaló que Rusia no tiene "inquietudes ni reclamaciones territoriales" con estos países, que pidieron su adhesión a la Alianza Atlántica tras el comienzo de la campaña militar rusa en Ucrania.
"No hay nada que nos pueda preocupar respecto a la pertenencia de Finlandia y Sueca a la OTAN. Si eso es lo que quieren, pues adelante", añadió el presidente ruso, que sin embargo, no descartó "determinadas tensiones" si estos países "generan amenazas".
Ucrania y China, primeros asuntos a tratar
Aparte de la inclusión del nuevo socio, los minitros de Exteriores de la OTAN se reunirán este martes con su homólogo ucraniano, Dmitro Kuleba, que les informará sobre la situación bélica que se vive en su país y con el que abordarán nuevamente el apoyo militar de los aliados a Kiev.
Este encuentro tendrá lugar en el marco de la comisión OTAN-Ucrania, la plataforma de diálogo más importante que se mantiene en estos momentos entre los interlocutores. Abordarán, igualmente, la manera en que pueda hacerse más factible el futuro ingreso del país de Volodímir Zelensky a la alianza. Stoltenberg defendió la necesidad de tener "una perspectiva a más largo plazo, en la que no miremos solo cómo podemos ayudar a Ucrania inmediatamente (…), sino cómo puede acercarse más a la OTAN".
Por eso, espera que los ministros de Exteriores aliados expresen la necesidad de empezar a elaborar un programa de reformas plurianual con Ucrania, para "modernizar" sus instituciones en materia de seguridad y defensa -incluida la lucha contra la corrupción-, y de cara además a facilitar la transición de los equipos militares de la era soviética a los que cumplen con los estándares de la OTAN.