Expertos británicos en guerra alertan de que Rusia tiene todos los ingredientes para lanzar una amenaza radiactiva
El incendio en la central nuclear de Zaporiyia aviva nuevamente las tensiones en mitad de la guerra rusa en Ucrania, iniciada hace casi dos años y medio.
Rusia denunció el domingo un ataque ucraniano contra la central nuclear de Zaporiyia, controlada por las fuerzas de Moscú desde el inicio de la guerra en Ucrania hace casi dos años y medio. Kiev, por su parte, culpa a Rusia e insta a la comunidad internacional a actuar ante la amenaza que supone la ocupación rusa para la mayor planta de este tipo en Europa.
"Como consecuencia de un bombardeo de la ciudad de Energodar (que acoge la planta nuclear) se originó un incendio en un componente del sistema de refrigeración de la central atómica de Zaporiyia", escribió en Telegram el gobernador local impuesto por Rusia, Yevgueni Balitski.
El incidente aviva nuevamente las tensiones entre Ucrania y Rusia, países en guerra desde que el segundo invadió al primero en 2022 y que se culpan mutuamente de ataques o actos de sabotaje en la planta. Por razones de seguridad, los reactores fueron apagados en 2022, pero aún requieren ser enfriados de forma constante. La única línea eléctrica que le queda suministra la electricidad necesaria para evitar una fusión del reactor.
El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, ha pedido en numerosas ocasiones que se establezca un perímetro de seguridad alrededor de la planta. Por ahora, el organismo, tras inspeccionar la torre de refrigeración dañada en la planta nuclear, no ha podido determinar la causa del incendio.
El incendio en la central nuclear de Zaporiyia ha reavivado los temores entre los analistas ante la posibilidad de que Rusia la utilice como una "bomba sucia" en medio de la guerra. Un día después del incendio, el centro de estudio británico Royal United Sevices Institute (RUSI) difundió un análisis fechado en septiembre de 2023.
En él se destaca que los riesgos para la central nuclear "no solo están relacionados con la amenaza de sabotaje ruso, sino también con el deterioro gradual de la instalación en las condiciones extremas de funcionamiento actuales", según ha informado el medio Newsweek.
El RUSI afirmó que no se puede ni se debe descartar la posibilidad de que la central sea utilizada como "una bomba sucia gigante" mientras la instalación permanezca bajo el control de las fuerzas de ocupación rusas. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades definen una "bomba sucia" como una mezcla de explosivos, como dinamita y polvo o bolitas radiactivas, que hace que el material radiactivo se disperse en el área circundante al explotar.
"Moscú puede decidir provocar deliberadamente un mal funcionamiento de los principales sistemas de seguridad o atacar partes de la instalación para liberar material radiactivo en las zonas circundantes", apuntó el RUSI.
"El hecho de que la instalación esté en la primera línea de un conflicto militar y ya esté operando bajo una presión excepcional –en sus sistemas operativos clave (a saber, el suministro de agua y electricidad), así como en su personal ucraniano (que ha enfrentado acoso y está trabajando en una zona de guerra activa)– también significa que sería relativamente fácil para Rusia descartar un incidente planeado como un accidente sin culpa o culpar al ejército o al personal ucraniano", evaluó el grupo de expertos.