Europa se frota las manos con una debacle histórica de Marruecos
El país africano se encuentra ya en el sexto año de una sequía extrema.
Marruecos afronta su sexto año inmerso en una profunda y gravísima sequía que está condicionando todo tipo de actividades agrícolas y que suponen uno de sus puntos fuertes en la economía del país.
Pero la falta de agua está llevando al límite las capacidades del campo marroquí, que se ve cada vez más asfixiado y ya durante este año notará las consecuencias de forma considerable, especialmente en el sector del trigo.
Para compensar la falta de lluvia que ha mermado gravemente la producción del trigo, Marruecos ha anunciado que extenderá las importaciones, lo que puede repercutir favorablemente en los mercados europeos, como el francés, que recientemente tuvo que aplazar varios envíos con destino China.
Ya durante el pasado verano, el gobierno marroquí anunció que aumentaría las importaciones de trigo a cerca de 2,5 millones de toneladas hasta el mes de septiembre, una cifra que se duplicará hasta finales de junio de 2024.
Europa tiene varios frentes
Pese al mal momento de Marruecos, que a priori podría favorecer los intereses europeos, desde Bruselas no se percibe con tanto optimismo, ya que cuenta con varios frentes abiertos que pueden dificultar esta nueva oportunidad de negocio.
Por un lado, Argelia, país con el que Europa ya perdió su cuota de mercado y que ahora compra trigo ruso, mientras que por otro estaría precisamente Rabat, ya que Moscú se ha entrometido también en los negocios entre el Reino alauí y Europa debido a intereses en las importaciones desde el mar Negro. Todo esto dificultará en gran medida el negocio que Europa podría hacer con Marruecos.
Si se atiende a los datos aportados por London Stock Exchange Group, desde que se inició la temporada actual, Rabat ha recibido 140.000 toneladas de trigo procedentes de Moscú, una cifra similar -en proporción- a los 1,8 millones de toneladas enviadas por parte de la Unión Europea al vecino sureño desde julio de 2023.
Año fatídico para Marruecos
En lo que no hay duda, teniendo en cuenta los datos ofrecidos por el ministerio de Agricultura marroquí, es de que este momento es el peor de los últimos 17 años en lo que respecta al cultivo de cereales, y que le obligará a importar cerca del 75% de sus necesidades anuales -unos 10 millones de toneladas-.
En cualquier caso, esta situación no ha pillado por sorpresa a nadie. Más, si se tiene en cuenta la reducción de las predicciones por parte del ministerio respecto a la producción de trigo a dos millones de toneladas -estimaban alcanzar los 5,51 millones de toneladas (+62% respecto a 2023)-, teniendo en cuenta las nulas precipitaciones en el país comparado con el pasado año. Una cifra que, en cualquier caso, no se podrá alcanzar.
Oportunidad de oro para Europa
Con todo, la oportunidad que se le abre a Europa no es nada desdeñable, y si se miran las importaciones de Marruecos procedentes de Europa en los últimos dos meses, vemos que el país africano ha importado 1,4 millones de toneladas de trigo 'europeo', lo que supone un aumento del 7% interanual.
Todas estas importaciones proceden de Francia, Alemania, Ucrania, Rumanía y Rusia en menor medida, de acuerdo con datos del Instituto Nacional marroquí. De acuerdo con Rachid Benali, presidente de la Confederación Marroquí de Agricultura y Desarrollo Rural, "la producción prevista será inevitablemente menor que la de la temporada anterior porque las condiciones climáticas no eran las adecuadas, especialmente en los primeros meses (de octubre a diciembre)".