El vecino de España cancela su pedido y da por inaugurado el boicot al caza estadounidense
La incertidumbre sobre la fiabilidad de Washington empuja a Portugal a buscar alternativas europeas para renovar su flota aérea

El todavía ministro de Defensa portugués, Nuno Melo, ha dejado clara su posición sobre el futuro de la aviación militar en el país vecino de España: la imprevisibilidad de Estados Unidos obliga a reconsiderar la compra del F-35A Lightning II. En una entrevista publicada por el diario Público, replicada por Air Cosmos, Melo ha cuestionado la conveniencia de seguir dependiendo de Washington en mantenimiento y operatividad de su fuerza aérea.
"Los F-16 están en fin de ciclo y debemos reflexionar sobre su reemplazo", ha señalado, "pero en nuestras decisiones no podemos ser ajenos a la geopolítica circundante. La posición reciente de Estados Unidos, tanto en el contexto de la OTAN como en el ámbito geoestratégico internacional, nos debe hacer pensar en las mejores opciones". Melo ha subrayado que la fiabilidad de los aliados es un factor clave y que la falta de previsibilidad de Washington plantea problemas en cuanto a uso, mantenimiento y suministro de componentes.
El F-35A, principal apuesta estadounidense en el sector de la defensa, ha perdido así su estatus de favorito para reemplazar a los F-16AM/BM Fighting Falcon portugueses. En su lugar, Lisboa evalúa alternativas dentro de Europa, aunque la decisión final dependerá del desenlace político en el país. El 11 de marzo, el gobierno de Portugal sufrió una moción de censura que llevó al primer ministro, Luís Montenegro, a dimitir, abriendo el camino a elecciones anticipadas. Solo si el ejecutivo actual logra revalidar su mandato, la línea expuesta por Melo podría consolidarse.
Las opciones europeas no son muchas, pero cada una tiene implicaciones distintas. Airbus ofrece el Eurofighter, un caza diseñado y fabricado en Europa, aunque con la presencia de tecnología estadounidense, lo que podría suponer restricciones en exportaciones y mantenimiento si no se sustituyen esos componentes por alternativas europeas. Saab, por su parte, produce el Gripen, pero este también depende de Estados Unidos a través de su motor RM12, basado en el F404 de General Electric.
La única opción completamente desvinculada de la industria estadounidense es el Rafale de Dassault. Durante la entrevista, el ministro Melo evitó nombrar el modelo francés, aunque cuando se le preguntó directamente sobre la posibilidad de adquirir aviones franceses, se limitó a responder: "Es una discusión que no tendré aquí".
El desenlace de esta historia dependerá del futuro gobierno portugués. Si la nueva administración mantiene la postura de Melo, la industria militar estadounidense podría perder un cliente histórico en la Península Ibérica.