El 'Oso' de Putin invade el espacio aéreo británico y Londres responde
Reino Unido moviliza a sus cazas tras detectar a un bombardero ruso acercándose a su territorio en un nuevo episodio de tensión entre Rusia y un miembro de la OTAN.
El Ministerio de Defensa británico confirmó el pasado viernes se ordenó el despliegue de dos aviones de combate Typhoon para interceptar un bombardero ruso Tupolev Tu-95, al que se le conoce como 'Oso', después de que los radares de Reino Unido detectasen al avión ruso aproximándose al espacio aéreo británico. Aunque no llegó a entrar dentro del territorio británico, su presencia en la zona de interés nacional sobre el mar del Norte activó la respuesta inmediata de las fuerzas británicas, según Digi24.
Este incidente en el espacio aéreo de Reino Unido, por otro lado, se produce pocos días después de que buques militares rusos cruzasen el Canal de la Mancha y la Royal Navy se viese obligada a escoltarlos. "Nuestros adversario no deberían subestimar la formidable capacidad ni la determinación de Reino Unido para defenderse", aseguró Luke Pollard, secretario de Estado para las Fuerzas Armadas, en un mensaje directo a Moscú.
El Tupolev Tu-95, apodado 'Oso', es más que un bombardero. Representa una mezcla del legado histórico y poderío que quiere proyectar el Kremlin. Diseñado en plena Guerra Fría, este avión, único en su tipo por emplear motores de hélice y contar con una capacidad de carga más que estimable, le permite adaptarse a misiones militares como vigilancia.
De hecho, este bombardero ruso ha participado en misiones de largo alcance, incluyendo operaciones en Siria desde 2015. Su longevidad y versatilidad lo convierten en una pieza clave del arsenal aéreo de Rusia, cuya vida operativa se proyecta hasta el año 2040. Su aparición en las proximidades del espacio aéreo de Reino Unido, por otro lado, refleja el creciente ritmo que han cogido las maniobras rusas en Europa.
En los últimos años, los encuentros entre aviones rusos y cazas de la OTAN se han vuelto cada vez más frecuentes, especialmente en zonas como el mar Báltico y el mar Negro. Este verano, en agosto de 2023, aviones británicos interceptaron a bombarderos rusos al norte de Escocia en el espacio aéreo gestionado por la Alianza Atlántica, lo que deja claro que estos incidentes no son aislados, sino parte de un patrón estratégico.