El aliado de Putin pide asesinar a los familiares de los delincuentes fugados
El líder checheno Ramzan Kadirov recurre a la brutalidad sin sonrojarse.
El líder checheno Ramzan Kadirov, un aliado clave del presidente ruso Vladimir Putin, ha pedido la ejecución de familiares de presuntos delincuentes que no pueden ser encontrados. Así de claro y de brutal.
Durante una reunión del Ministerio del Interior de la República Chechena el pasado 30 de diciembre, Kadirov dijo a los comandantes de seguridad que los familiares son destinatarios aceptables de castigo para los sospechosos de delitos que no son detenidos.
"Si alguien, un oficial o un turista, atenta contra la seguridad pública, y ni siquiera encontramos al infractor, no seguiremos buscándolo, pero sí encontraremos a sus familiares", afirmó Kadyrov, según traducciones a las que ha tenido acceso la revista Newsweek.
Lo avaló recurriendo a tradiciones ancestrales, poco ligadas a leyes o derechos humanos. "Como es costumbre desde tiempos inmemoriales, si uno de los familiares ha hecho algo malo y no se puede encontrar al criminal, su hermano, su padre, sería asesinado".
Según se informa en la revista norteamericana, estos comentarios estaban relacionados con los planes de la región para garantizar la seguridad pública durante las vacaciones de navidad. "Por lo tanto, nuestra enemistad de sangre se pagará muy rápidamente. De lo contrario, una persona mata a otra y vive impunemente, y sus familiares empiezan a renunciar a ella", afirmó Kadirov.
"Ninguna renuncia de un familiar es efectiva hasta que matemos a alguien de su familia y tomemos el derecho a la enemistad de sangre", remacha.
Un fiel del Kremlin
Kadirov es un aliado cercano de Putin, quien lo nombró para gobernar la agitada Chechenia en 2007. El jefe de la República Chechena, que pelea por el Kremlin con sus 3.000 hombres en Ucrania, es un torturador y un asesino según los grupos de derechos humanos, a quien Kiev dio por muerto de forma equivocada en septiembre pasado.
En 2003, se convirtió en presidente de Chechenia y nombró a su hijo jefe de seguridad. Así comenzó también su carrera política. Desde entonces, Kadirov ha controlado una milicia de chechenos prorrusos, aparentemente comprometidos con la represión de cualquier elemento separatista que quedase en su territorio.
Se cree que esta milicia ha cometido abusos generalizados contra los derechos humanos, desde secuestros hasta torturas, asesinatos y extorsiones, no sólo se activistas, opositores o críticos, sino también de sus familiares, como represalia. También se cree que Ramzan participó personalmente en esos crímenes. La periodista rusa Anna Politkovskaya, asesinada en 2006, no dejó de apuntar a esta tesis hasta en su última entrevista, dos días antes de que unos sicarios la acribillaran en el ascensor de su bloque.