Ramzan Kadirov, el brutal líder checheno que ayuda a Putin y que Ucrania dice que ha muerto
El jefe de la República Chechena, que pelea por el Kremlin con sus 3.000 hombres en Ucrania, torturador y asesino según los grupos de derechos humanos, niega estar en coma con un vídeo, pero Kiev insiste: ya no está vivo.
¿Está vivo? ¿Está muerto? ¿Se encuentra convaleciente o sano y en pie de guerra? Las especulaciones sobre el checheno Ramzan Kadirov se han disparado después de que el representante de la Inteligencia militar de Ucrania, Andrii Yusov, afirmase que se encontraba en coma. Luego anunció su muerte.
Ahora, vía Telegram, se ha publicado un vídeo en el que Kadirov niega su fallecimiento. "Aconsejo mucho a los que no puedan distinguir la verdad de la mentira en Internet que se den una vuelta al aire libre y pongan sus pensamientos en orden", afirma. Pero Kiev no cede: afirma que ha muerto, no herido por su participación en la guerra de Ucrania, sino por el agravamiento de dolencias previas. Las imágenes del militar caminando con su chubasquero por un entorno verde, ¿de cuándo serían, entonces?
Que viva o muera es importante porque Kadirov no es un cualquiera en el organigrama político ruso y, más aún, en el defensivo. Es conocido como un aliado incondicional del presidente Vladimir Putin e incluso se refiere a sí mismo como su "soldado de infantería". Toda la lealtad, por tanto. El mandatario ruso lo ha ascendido incluso a teniente general, en señal de agradecimiento por el servicio que le están prestando él y sus hombres, la milicia de 3.000 uniformados que sólo responden ante él, los kadirovits.
Su última gran tarea ha sido sofocar la revuelta del grupo Wagner, con el que coincidía en algunos posicionamientos, sobre todo en poner más carne en el asador de la guerra, en dinero, en efectivos y en medios. Pero fue más listo que Yevgueni Prigozhin, no sacó tanto los pies del tiesto y se mostró más como un Pepito Grillo envalentonado, lo que Putin sí ha sabido disculpar y hasta darle manga ancha para hacer lo que crea conveniente en el campo de batalla.
Kadirov, de 46 años, jefe de la República de Chechenia, musulmán convencido, padre de 12 hijos, con fama de torturador y asesino, es una figura muy significativa para Rusia, para Ucrania y para todo el Cáucaso, del que procede. Nacido el 5 de octubre de 1976 en el oblast autónomo checheno, se unió inicialmente a los separatistas islámicos que buscaban la independencia a principios de los años 1990, tras el colapso de la Unión Soviética. Esto es, empezó peleando contra Rusia.
Tras el hundimiento soviético, Moscú libró dos guerras brutales para impedir que Chechenia se independizara. La primera guerra chechena terminó en 1996, después de que las fuerzas rusas intervinieran para impedir la secesión de la república, de mayoría musulmana. Después de una segunda guerra (1999-2009), el nuevo presidente de Rusia, Putin, colocó Chechenia bajo el control directo del Kremlin e instaló al padre de Ramzan Kadirov, Akhmad, como jefe de la administración de la región.
Para entonces, a finales de la década de 1990, Akhmad y su hijo Ramzan ya habían abandonado por completo el movimiento separatista y habían cambiado su lealtad hacia Rusia. Conveniencias. En 2003, Akhmad Kadirov se convirtió en presidente de Chechenia y nombró a su hijo jefe de seguridad. Así comenzó también su carrera política.
Desde entonces, Ramzan Kadirov ha controlado una milicia de chechenos prorrusos que siempre ha oscilado entre los 2.500 y los 3.000 miembros, aparentemente comprometidos con la represión de cualquier elemento separatista que quedase en su territorio. Se cree que esta milicia ha cometido abusos generalizados contra los derechos humanos, desde secuestros hasta torturas, asesinatos y extorsiones, no sólo se activistas, opositores o críticos, sino también de sus familiares, como represalia. También se cree que Ramzan participó personalmente en esos crímenes. La periodista rusa Anna Politkovskaya, asesinada en 2006, no dejó de apuntar a esta tesis hasta en su última entrevista, dos días antes de que unos sicarios la acribillaran en el ascensor de su bloque.
Tras la muerte del presidente y padre Kadirov en un atentado terrorista con bomba, en mayo de 2004, fue su primer ministro en funciones quien le sucedió en el cargo. Serguéi Abrámov lo mantuvo cerca, como su segundo. Los analistas, sin embargo, consideraban a Kadirov como el verdadero líder de facto de Chechenia, sobre todo por su poder entre los uniformador y también porque estabac onsiderado uno de los favoritos de Putin. Fue pronto, en 2004, cuando el dio el título de Héroe de la Federación Rusa.
Kadirov, primer ministro, tuvo que esperar a alcanzar la edad mínima requerida de 30 años y a un accidente grave de su antecesor y fue así como en 2007 Putin lo nominó como presidente checheno, directamente. Sigue siendo el líder del territorio hasta el día de hoy, por más que las milicias contrarias, grupos terroristas y separatistas hayan intentado acabar con su vida al menos en diez atentados conocidos.
También hay especulaciones sobre si el propio Putin, en momentos de bajón, ha intentado envenenarlo. Se sabe que tiene problemas renales serios y, dicen inteligencias como la ucraniana, prefirió ser tratado en Emiratos Árabes Unidos antes que en Moscú por si acaso. La última vez que surgieron estos rumores fue tras sus críticas al Kremlin por la cesión de las ciudades ucranianas de Liman e Izium, en la actual contienda.
El hombre que dice estar vivo y no muerto ha gobernado Chechenia con mano de hierro. Cualquier persona que se considere crítica con las autoridades corre el riesgo de ser arrestada, procesada, condenada por cargos falsos, secuestrada o incluso asesinada. Los disidentes, los activistas de derechos humanos, los periodistas y los blogueros corren grave peligro. En su Informe Mundial 2022, Human Rights Watch escribe que "Ramzan Kadirov ha seguido reprimiendo sin piedad todas las formas de disidencia". Reporteros Sin Fronteras (RSF) también lo tiene nombrado "depredador de la libertad de prensa".
Cada vez más, las personas LGBTQ también están sujetas a una persecución masiva, también, una homofobia en aumento de quien impuso preceptos de la sharia o ley islámica en cuanto se hizo con las riendas. Va mucho más allá de vetar el juego o la producción de alcohol y los homosexuales son de los más afectados.
Putin ha confiado en Kadirov, en tiempos recientes, para mantener estable la república de Chechenia en el Cáucaso Norte y reprimir cualquier malestar. Lo ha logrado. De hecho, se ha comprometido a "cumplir cualquier orden militar del comandante en jefe de Rusia, Vladimir Putin". Gracias a esta lealtad inquebrantable, ha disfrutado de considerables libertades, gobernando Chechenia y expresando lo que piensa como quiere. No ha evitado, por ejemplo, criticar a los altos mandos de Rusia por los recientes reveses militares en Ucrania e incluso ha pedido el despliegue de armas nucleares de bajo rendimiento, una vuelta de tuerca con la que se sienten cómodos los mandos militares, los cercanos a Wagner y cierto tipo de magnate y oligarca que quiere un reclutamiento masivo y no parcial y una declaración de guerra, nunca hecha hasta ahora. Para dar ejemplo de lo que pide, anunció que enviaba a Ucrania a tres de sus hijos menores, de 14, 15 y 16 años, un extremo nunca confirmado.
Aunque algunos chechenos han estado luchando junto a los separatistas prorrusos en el este de Ucrania durante años, supuestamente como voluntarios, no fue hasta finales de febrero de 2022 que Kadirov declaró formalmente que se enviarían militares chechenos allí. En marzo, afinó que unos mil de esos 3.000 combatientes de que dispone personalmente estaban en Ucrania, una cifra imposible de verificar de forma independiente. Tampoco se ha podido saber si es cierto que él mismo ha peleado sobre el terreno; en sus redes ha dicho que estaba en suelo ucraniano en un par de ocasiones, pero en los foros militares proUcrania se le ha replicado que había elementos (desde una gasolinera a un reloj) que lo negaban. La guerra de la propaganda se juega en todos lados.
Las fuerzas de Kadirov son tan notoriamente brutales como conocedoras de las redes sociales, alardeando en línea de sus supuestos éxitos en el campo de batalla en Ucrania. Sin embargo, muchos expertos consideran que esto es propaganda montada y cuestionan su eficacia en combate. Estuvieron involucrados en el brutal asedio y eventual captura de Mariupol, eso es cierto, ha sido confirmado por fuentes exteriores, pero no han llegado al nivel de efectividad de los denostados Wagner.
Kadirov ha sido un firme partidario de la guerra contra Ucrania desde el principio, porque en su mente o en sus intereses cuadra el modelo que tiene Putin en la cabeza, como ha dicho en numerosas ocasiones. Ha amenazado a Polonia por el envío de armas a Kiev, ha insistido en las vías nucleares, amenaza con "acabar" con los aliados de Volodimir Zelenski... mientras comanda su club de fútbol -su locura-, el FC Terek de Grozni.
Ahora está por ver si reaparece y cómo reaparece, o si la información de Ucrania es cierta y las cosas cambian. Sería una pérdida muy sensible para Putin, en Ucrania y en Chechenia, demasiado para dos frentes abiertos.