EEUU, Israel y Egipto trabajan en un alto el fuego en el sur de Gaza para hoy
De esta forma podría entrar ayuda humanitaria para los palestinos desde el paso de Rafah, el único no controlado por Tel Aviv. También podrían salir extranjeros, pero no es aún el pasillo humanitario que necesitan los gazatíes para escapar de los ataques.
Llega una mínima esperanza de Oriente Medio: Estados Unidos, Israel y Egipto estarían ultimando este lunes un alto el fuego en el sur de Gaza. Sin embargo, las informaciones están siendo contradictorias: la agencia Reuters había informado de que esa tregua comenzaba a 9 de la mañana, hora local (las 10.00 horas en España), pero Israel ha acabado por desmentirlo. Los contactos están llevándose a cabo, pero no hay decisión tomada.
La idea es dejar de lanzar ataques para que se puede abrir en paralelo el cruce fronterizo de Rafah y que entre la ayuda humanitaria que está en la parte egipcia, informa Reuters citando dos fuentes de seguridad de este país. La oficina de medios de Hamás afirma que no tiene información sobre el acuerdo.
La oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha emitido un comunicado muy breve en el que afirma que "actualmente no hay ningún alto el fuego ni ayuda humanitaria en la Franja de Gaza a cambio de la salida de extranjeros". Pese al desmentido de la oficina de Bibi, la prensa israelí apunta que varios ministros del Likud, el partido de Netanyahu, se oponen "de forma vehemente" a un alto el fuego en Gaza para permitir la entrada de ayuda a través del paso de Rafah, en la frontera con Egipto.
La Agencia EFE había afinado que, además de la entrada de ayuda humanitaria, la apertura de Rafah permitirá también la salida de extranjeros del enclave palestino, que se encuentra en una situación "catastrófica" por los bombardeos de Israel en represalia por el ataque por sorpresa del islamista Hamás, dijeron a la agencia española fuentes de seguridad egipcias.
"El cruce será abierto hoy, pero no hay confirmación de la hora", afirmaron las fuentes, que pidieron el anonimato por la sensibilidad de este tema, negociado en una ronda diplomática por Antony Blinken, el secretario de Estado de Washington, que hoy recala de nuevo en Tel Aviv.
Mientras, Israel continúa acumulando tropas cerca de Gaza de cara a una inminente invasión terrestre de la Franja como represalia del ataque del pasado 7 de octubre del grupo islamista palestino Hamás contra objetivos israelíes. En diez días de guerra, los muertos en la Franja superan los 2.670, la cifra más alta en la historia del enclave -que ya cuenta más muertos que en la contienda de 2014 que duró 55 días- y los heridos suman 9.600. En Israel fallecieron más de 1.400 personas, la gran mayoría civiles, por el ataque de Hamás, la peor matanza en la historia del país.
Las fuentes indicaron que durante la supuesta apertura de hoy entrará "ayuda árabe y egipcia" a la Franja y se permitirá la salida de los extranjeros. Hasta el momento, el Gobierno egipcio no ha confirmado esta información.
Las autoridades egipcias anunciaron que no permitirían la entrada a su país de los extranjeros en Gaza si previamente no se facilitaba el ingreso de ayuda para los 2,2 millones de personas hacinadas en la franja.
La ayuda humanitaria, incluidas medicinas para los hospitales en Gaza, se encuentra ahora mismo esperando para cruzar desde Egipto por el paso de Rafah, la única salida del enclave palestino que no está controlada por Israel y que conecta con la península del Sinaí egipcio. Además, el paso está dañado desde que el martes pasado Israel lo bombardeó, en su operación de réplica a Hamás tras los ataques del 7 de octubre en su territorio.
La ONU ya no puede más
El comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, ha afirmado en las últimas horas que su personal "ya no puede brindar asistencia humanitaria" a los civiles en Gaza, debido al asedio impuesto por las autoridades israelíes al territorio palestino, controlado por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
"Mientras hablo con ustedes, Gaza se está quedando sin agua y electricidad. De hecho, Gaza está siendo estrangulada y parece que el mundo ahora mismo ha perdido su humanidad", ha explicado en una conferencia de prensa que ha convocado, según ha aseverado, "para dar la alarma".
Lazzarini, que ha indicado que "pronto" los gazatíes se quedarán sin alimentos ni medicinas, ha recordado que Israel no ha permitido la entrada de "una sola gota de agua, ni un grano de trigo, ni un litro de combustible" durante los últimos ocho días".
Por ello, el número de personas que busca refugio en las instalaciones de la agencia en el sur del territorio "es absolutamente abrumador": "Ya no tenemos la capacidad para ocuparnos de ellos", ha remarcado, haciendo referencia al ultimátum israelí de abandonar el norte del enclave.
"Ante nuestros ojos se está desarrollando una catástrofe humanitaria sin precedentes. Debemos recordar que ya antes de la guerra, Gaza ha estado bajo bloqueo durante 16 años y, básicamente, más del 60% de la población ya dependía de la asistencia alimentaria internacional", ha lamentado.
Además, las condiciones sanitarias "son espantosas", ya que cientos de personas comparten un solo baño, mientras que los ancianos, menores, mujeres embarazadas y personas con discapacidad "se les está privando de su dignidad": "Esto es una vergüenza total", ha manifestado.
"Esto no tiene ningún tipo de precedentes. Seguimos recordando que el Derecho Internacional Humanitario debe estar ahora en el centro de las preocupaciones. Las guerras, todas las guerras, incluso esta guerra, tienen leyes", ha indicado, antes de recordar que estas normas "establecen los estándares mínimos".
Así, ha subrayado que la protección de civiles -incluidos trabajadores humanitarios- no es negociable y ha tachado de "horrendo" el ataque de las fuerzas armadas israelíes. "El ataque y la toma de rehenes son una violación flagrante del Derecho Internacional Humanitario, pero la respuesta al asesinato de civiles no puede ser matar más civiles", ha declarado.
Mientras que ha pedido levantar el asedio "antes de que sea demasiado tarde", tras condenar la medida y calificarla de "castigo colectivo", ha reiterado que "todas las partes deben facilitar un corredor humanitario" para llegar a todos aquellos que necesitan ayuda.
"La UNRWA y las agencias de ayuda humanitaria deben poder hacer su trabajo y salvar vida. Debemos hacerlo de forma segura, sin arriesgar nuestras propias vidas", ha expresado Lazzarini, que ha señalado que la UNRWA recibe "cada hora más y más llamadas desesperadas pidiendo ayuda de personas de toda la Franja", pero ha señalado que la agencia ha perdido a 14 miembros de su personal y la mayoría de los empleados están desplazados o fuera de sus hogares.
La agencia recuerda que hace una semana que Israel no permite la entrada de suministros humanitarios en Gaza, donde la planta de agua y sus redes de distribución han dejado de funcionar, por lo que la población se ve obligada a utilizar agua sucia de pozos, con el consiguiente riesgo de enfermedades transmitidas por el agua. Gaza también sufre un apagón eléctrico desde el 11 de octubre, que también afecta al suministro de agua.