EEUU cree que Guterres es demasiado complaciente con Moscú según los papeles filtrados del Pentágono
Los documentos dicen, por ejemplo, que en la negociación del grano con Rusia estaba "socavando los esfuerzos más amplios para responsabilizar a Moscú por sus acciones en Ucrania".
Los documentos del Pentágono filtrados en las últimas semanas a redes sociales no dejan de dar titulares. El último lo desvela la BBC: Estados Unidos cree que Antonio Guterres, el secretario general de la ONU, es demasiado complaciente con Moscú. Los archivos consultados por la cadena británica sugieren que Washington ha estado siguiendo de cerca al político portugués en los últimos tiempos. Varios documentos describen comunicaciones privadas que involucran a Guterres y su adjunto.
Los documentos en cuestión conocidos este jueves contienen observaciones muy claras de Guterres sobre la guerra en Ucrania y, también, de varios líderes africanos. En los términos de la verdadera Inteligencia, no de la diplomacia. Por ejemplo, uno de los papeles se centra en el acuerdo de cereales del Mar Negro, negociado por la ONU y Turquía en julio tras los temores de una crisis alimentaria mundial, que se ha ido renovando puntualmente (aunque con negociaciones muy complejas) y que ahora mismo vuelve a estar en cuestión por amenazas de Rusia. En él se sugiere que Guterres "estaba tan interesado en preservar el acuerdo que estaba dispuesto a adaptarse a los intereses de Rusia", sostiene Paul Adams, el corresponsal diplomático de la BBC.
"Guterres enfatizó sus esfuerzos para mejorar la capacidad de exportación de Rusia", afirma el documento, "incluso si eso involucra a entidades o individuos rusos sancionados". Sus acciones de febrero, según la evaluación del Departamento de Defensa de EEUU, estaban "socavando los esfuerzos más amplios para responsabilizar a Moscú por sus acciones en Ucrania".
Los funcionarios de la ONU consultados por este medio se han mostrado enfurecidos por la sombra de sospecha lanzada contra su secretario general, al que no califican precisamente de blando. Aunque no ha habido reacciones oficiales a la información, una fuente ha defendido que Naciones Unidas trabaja "impulsada por la necesidad de mitigar el impacto de la guerra en los más pobres del mundo". "Eso significa hacer lo que podamos para reducir el precio de los alimentos", agregó la fuente, "y garantizar que los fertilizantes sean accesibles para los países que más lo necesitan". En este momento, y entre otras cosas por la invasión de Ucrania, el mundo pasa por una crisis de alimentos terrible, con 222 millones de personas en 53 naciones afectadas actualmente por inseguridad alimentaria. Un "tsunami", en palabras de la ONU.
Rusia se ha quejado con frecuencia de que sus propias exportaciones de cereales y fertilizantes se ven afectadas negativamente por las sanciones internacionales y ha amenazado al menos dos veces con suspender la cooperación con el acuerdo de cereales a menos que se aborden sus preocupaciones. Los granos y fertilizantes rusos no están sujetos a sanciones internacionales, pero Rusia dice que ha experimentado dificultades para asegurar el envío.
En la sede de Nueva York sienta mal que se haya hecho una mala "interpretación" estadounidense de los esfuerzos de Guterres, quien a su entender ha dejado clara su postura ante la invasión.
Pero no sólo hay polémica por el grano: hay documento, de mediados de febrero, que describe una conversación entre Guterres y su adjunta, Amina Mohammed, en la que el exprimer ministro de Portugal expresa en confianza su "consternación" por un llamamiento de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para que Europa produzca más armas y municiones en apoyo a Kiev. Ha sido muy comentado por los analistas internacionales el hecho de que los Veintisiete hayan alcanzado consensos importantes y rápidos sobre armamento ante este conflicto, algo que nunca había ocurrido en el seno de la Unión y que ha encolerizado a Vladimir Putin, el presidente ruso.
Guterres y Mohammed hablan en esa misma charla, también, de una reciente cumbre de líderes africanos. La nigeriana le dice a su jefe que el presidente de Kenia, William Ruto, es "despiadado" y que ella "no confía en él". Un comentario menor en mitad del escándalo de los papeles que apuntan a Ucrania, pero que está causando un enorme revuelo en el continente africano.
El origen del caso
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, prometió este martes que su país se toma "muy en serio" la investigación sobre los documentos secretos del Pentágono filtrados en redes sociales que han inquietado a algunos países aliados. Han trascendido cables sobre Ucrania, Canadá, China, Israel. Egipto o Corea del Sur.
Los documentos en cuestión, al parecer, permanecieron en la red Discord desde enero hasta principios de marzo, cuando un usuario publicó decenas de ellos en un grupo con un mayor número de miembros. Un hecho que da cuenta del despiste de la administración y que agrava aún más la seriedad del caso. Desde entonces, al menos una decena de archivos fueron difundidos. La semana pasada salió a la luz una versión editada de uno de estos documentos a través de la aplicación de mensajería rusa Telegram, por lo que ha habido voces que han señalado a Rusia como el origen de la fuga, sin que haya confirmación por el momento.
Posteriormente, los miembros del grupo de Discord procedieron a borrar la información compartida y sus propias cuentas ante el temor de represalias por parte del Gobierno estadounidense.
Esta pasada noche, el diario norteamericano The Washington Post ha publicado que el origen de la filtración podría estar en un joven que trabajaba en una base militar y que pasó la documentación a grupos de chat en los que participaba y en los que se reunía gente ultraderechista, religiosa y amante de las armas.