China lanza el 'dron sigiloso' con sospechosas intenciones
Su velocidad supera los 3.700 kilómetros por hora.
Novedades en el potencial militar chino. El país presidido por Xi Jinping ya tiene activo su dron supersónico WZ-8, después de que anteriormente se hubiera expuesto su fuselaje en ferias y desfiles.
La operatividad de la aeronave se ha confirmado gracias a una imagen de satélite obtenida por el medio especializado Defense News en la que se puede apreciar al aparato en una de las pistas de la base aérea china de Lu'an.
Se trata de un dron que está diseñado para ser sigiloso y participar en misiones de espionaje. En ese sentido, los analistas señalan que podría ser utilizado para espiar países considerados por China como ‘enemigos, como Taiwán o Corea del Sur.
Uno de los elementos diferenciales de este dron es su velocidad, superior a 3.700 kilómetros por hora. Además, tal y como recoge El Confidencial, la aeronave cuenta con sensores electroópticos para tomar imágenes y un radar de apertura sintética para capturar imágenes en 3D (dos aspectos esenciales para completar con éxito las misiones de espionaje).
No obstante, el dron supersónico WZ-8 no tiene autonomía para despegar, y necesita ser lanzado desde un bombardero Xi'an H-6M. En consecuencia, el aparato lanzador necesita transportarlo hasta una altitud (se estima que el dron puede llegar a volar a una altura de 30.000 metros) y velocidad adecuadas para su funcionamiento.
Taiwán detecta 24 cazas y cinco buques de guerra chinos
La puesta en funcionamiento de este dron supersónico cobra especialmente relevancia en el actual contexto de tensión con Taiwán. De hecho, hace menos de una semana el Ministerio de Defensa de Taiwán anunció la detección de 24 cazas y cinco buques de guerra del Ejército de China en las inmediaciones de la isla.
Según Taiwán, 12 de los aviones traspasaron su espacio aéreo, por lo que las Fuerzas Armadas taiwanesas monitorearon la situación y respondieron con el despliegue de aeronaves, embarcaciones y sistemas de misiles terrestres.
El incremento de la tensión entre China y Taiwán se inició con el viaje a la isla de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, en agosto del pasado año, y la situación ha empeorado tras la visita de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing Wen, al país norteamericano, donde se reunió con varios congresistas estadounidenses a pesar de las advertencias de Pekín.