China amenaza al flamante bombardero de EEUU con un misil supersónico
Científicos del país asiático dan el salto en este tipo de tecnología, mientras que Washington se ha quedado rezagado, tras múltiples retrasos y sobrecostes.
Estados Unidos se ha quedado rezagado respecto a China en su programa de misiles hipersónicos tras múltiples retrasos en las pruebas y sobrecostes. Los recientes anuncios hechos por los científicos del país asiático evidencian una mejora tecnológica a la que Washington no llega aún y que no sólo supone un adelantamiento, sino una amenaza para sus intereses.
Es lo que ocurre con las investigaciones de la Universidad Politécnica del Noroeste, en Xian, donde se han llevado a cabo una simulación que permitiría a Pekín derribar al flamante bombardero estadounidense B-21 Raider, cuyo primer vuelo experimental se llevó a cabo a primeros de mes. Tal es su potencia. Según el estudio dirigido por el profesor Chen Jun y publicado por el periódico South China Morning Post, ahora la Fuerza Aérea China ya estaría en condiciones de detectar y disparar uno de esos misiles hipersónicos desde un avión furtivo avanzado.
Como afina La Razón, el B-21 Raider norteamericano puede volar a 1.000 kilómetros por hora, algo por debajo de la velocidad del sonido, "pero posee capacidad furtivo y se espera que pueda desempeñar un papel central en la estrategia de combate y penetración de la Fuerza Aérea de EEUU". Tiene un sistema de sigilo "más avanzado que el de los F-35 y el F-22", por lo que gana en capacidad para entrar en territorio enemigo con todo tipo de munición, una auténtica plataforma versátil de ataque desde el aire que ya está amenazado por los desarrollos del gigante asiático.
El rotativo hongkonés sostiene, además, que se ha desarrollado un nuevo material para la superficie de vehículos hipersónicos, que puede resistir las altas temperaturas y las reacciones químicas que se producen durante largos vuelos. Este material, de un grosor muy fino, se aplicó a la superficie del tipo de aeronave conocido en inglés como waverider, que utiliza las ondas de choque generadas por su propio vuelo para mejorar su sustentación.
La superficie no sólo mantuvo fríos los componentes clave dentro de la nave, sino que permitió que las señales inalámbricas entraran y salieran libremente, lo que hizo posible la comunicación durante todo el vuelo, según los expertos, que publicaron sus hallazgos en la revista científica Physics of Gases el mes pasado. Así, se permite a determinados aviones apagar el radar e inspeccionar el entorno mediante tecnologías de vanguardia gracias a esa capa nueva, capaz de captar señales eléctricas o térmicas de un objetivo en la distancia. Como si fuera un superhéroe con poderes de invisibilidad.
Esta nueva tecnología de protección térmica podría ayudar al desarrollo de otra generación de naves hipersónicas reutilizables con "mayor alcance y mayor velocidad", explicó el equipo dirigido por Ai Bangcheng, subdirector de la Academia China de Aerodinámica Aeroespacial en Pekín.
La carrera del momento
La carrera de los vuelos hipersónicos, que son aquellos que alcanzan una velocidad superior a cinco veces la velocidad del sonido, ha entrado en una nueva etapa, según Ai y sus compañeros, con "enormes desafíos y oportunidades".
En las últimas décadas, proyectos anteriores en países como Estados Unidos para desarrollar vehículos hipersónicos de larga distancia han encontrado el escollo de hallar un material que pudiese permanecer intacto en la superficie de una aeronave durante un vuelo hipersónico que durara una hora o más.
China ha invertido fuertemente en la investigación y desarrollo de tecnología hipersónica y, en 2021, el diario británico Financial Times informó de que el país asiático había lanzado un misil hipersónico con capacidad nuclear que dio la vuelta a la Tierra en órbita baja "sorprendiendo a los servicios de inteligencia estadounidenses".
Pero es que la semana pasada también se supo que China ha creado una nueva fuerza militar para el "espacio cercano", que dispondrá de armas hipersónicas y que dependerá directamente del más alto nivel militar, según explica un documento publicado recientemente por investigadores de la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa del país asiático. Este nuevo ejército, dice el equipo, será clave para la guerra del futuro donde los sistemas hipersónicos, casi imposibles de detectar y contrarrestar, serán protagonistas.