Alertan de los cuatro países asiáticos que han convertido los mares en cárceles flotantes
Y de los efectos que tiene esta estrategia para los océanos.
Denuncia abierta contra los principales países acusados de convertir los mares en auténticas cárceles flotantes para sus pescadores. Se trata de una vieja y conocida crítica ante el sector marítimo-pesquero de naciones asiáticas que históricamente se han aprovechado de prácticas que atentan contra la dignidad humana, los derechos laborales y acaban por fomentar el expolio y las pesquerías y de los propios ecosistemas marinos.
Estamos hablando de la denuncia que ha vuelto a formular la oenegé ambientalista Oceana y que recoge El Faro de Vigo. A través de la reciente publicación de un informe, se han expuesto casos flagrantes como el de un arrastrero chino que zarpó en abril de 2021 del puerto de Ningbo para desplazarse hasta aguas del Pacífico, entre EEUU y Rusia.
Tres meses más tarde -poco menos de lo que dura una 'marea' para un pescador español según la especie y arte-, realizó la primera de las 26 descargas de lo que llevaba metido en bodega. Eso no quiere decir que regresase a puerto para ello. Todo lo contrario. Lo hizo en alta mar trasbordando a otro buque para mantenerse en el caladero. ¿Cuánto tiempo pasó pescando ininterrumpidamente esa embarcación? Regresó en mayo de 2023, 758 días más tarde, lo que equivale a más de dos años después.
Los cuatro países a la cabeza de estas prácticas
Oceana apunta en su informe a que más de 2.700 barcos pesqueros pasaron más de 180 días en el mar, fundamentalmente de flotas asiáticas. Según la citada información, por países, es el dragón rojo el que lidera este ranking. Así, la mayoría de barco que pasaron una media de 350 días sin volver a puerto eran chinos (1.500). Les siguen los de Taiwán (265), Japón (99) o Corea del Sur (98).
"El tiempo prolongado en el mar, en el que los buques permanecen en el agua durante meses y a veces años, también mantiene a los trabajadores lejos de la costa. En la actualidad, se estima que 128.000 pescadores están atrapados en situaciones de trabajo forzoso en el mar en todo el mundo", asegura la organización.
"Pasar largos periodos de tiempo en el mar sin ir a puerto limita las oportunidades de que las autoridades inspeccionen y hagan cumplir las regulaciones, lo que permite que la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) continúe sin cesar al tiempo que socava la gestión pesquera existente", añaden desde la oenegé.