Alemania y Turquía aparcan la 'guerra del kebab' para cerrar un gran negocio de armas

Alemania y Turquía aparcan la 'guerra del kebab' para cerrar un gran negocio de armas  

Un millonario acuerdo reaviva las exportaciones de armas alemanas hacia Ankara tras años de restricciones.

Un ferry pasa junto a uno de los buques que forman parte de la flota naval turca.Chris McGrath

Pese a los roces que existen entre Berlín y Ankara por culpa de la conocida como guerra del kebabuna disputa que va más allá de lo gastronómico y enfrenta a ambos países por el control de un negocio multimillonario en la Unión Europea, el gobierno de Olaf Scholz ha aprobado, por primera vez en muchos años, a un acuerdo que supera los 336 millones de euros para la exportación de armas a Turquía, según revela el semanario Der Spiegel.

Así, el Consejo de Seguridad Federal, órgano encargado de tomar las decisiones sobre las exportaciones de armas en Alemania, ha autorizado la entrega de 100 misiles antiaéreos y 28 torpedos a Turquía para modernizar la flota turca. El acuerdo, por otro lado, marca un cambio importante en la relación entre ambos países tras años de restricciones por parte de Berlín en la exportación de armamento a Ankara como consecuencia de las tensiones políticas por las decisiones tomadas por el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan y su distanciamiento de Europa, después de solicitar su adhesión a los BRICS, el foro político y económico de países emergentes dominado por China y Rusia, y apoyar a actores como Hamas, movimientos que generaron cierta inquietud entre los miembros de la OTAN.

Si se desglosa el albarán de pedido, las empresas alemanas MBDA y Thyssenkrupp son las principales beneficiadas de este acuerdo. Así, se enviarán a Turquía una batería de misiles RAM, utilizados para la defensa aérea de buques, con un valor estimado de 100 millones y 28 torpedos SeaHake por 156 millones. El acuerdo también contempla la modernización, por 79 millones  de euros más, de los submarinos U209 y de los motores de las fragatas.

Pese a las diferencias políticas, Alemania sigue dependiendo de Turquía en temas clave, como la gestión de la migración. Ankara es uno de los principales puntos de tránsito de migrantes hacia Europa, lo que le otorga un papel crucial en las negociaciones con la UE. El gobierno de Olaf Scholz, presionado por las últimas victorias de la ultraderecha en las citas electorales más recientes, ha dado un giro radical a su política migratoria y admite que Turquía es una pieza clave. La ministra del Interior, Nancy Faeser, anunció hace unas semanas que se había alcanzado un acuerdo con Ankara para acelerar la deportación a territorio turco de los migrantes que se encuentran en situación irregular en Alemania. No obstante, poco después, Erdoğan negó públicamente que existiera tal convenio.

Un restaurador turco de Berlín corta la carne que utilizará en la elaboración de un kebab.Jens Kalaene

Bruselas, epicentro de la guerra del kebab

Mientras Berlín y Ankara negocian la compraventa de armas y cuestiones migratorias, en Bruselas se desarrolla otra disputa, una batalla gastronómica y económica por un negocio millonario. Turquía ha pedido a la Unión Europea que reconozca el döner kebab como una especialidad tradicional protegida, al estilo de la pizza napolitana o el jamón serrano. Una solicitud que, de prosperar, limitaría el uso de la denominación döner  a los productores que respeten los métodos tradicionales de preparación turcos. 

Los productores temen que las estrictas normativas impuestas por Turquía limiten su capacidad para seguir comercializando los kebabs bajo esa denominación. La propuesta turca establece, por ejemplo, que las lonchas de ternera y cordero que se cortan para la elaboración de este plato deben tener entre 3 y 5 milímetros de grosor. En cambio, las de pollo no podrán superar los 2 milímetros.

Alemania, a través de su Ministerio de Alimentación y Agricultura, ha presentado una objeción formal a la propuesta turca para apoyar a los productores locales, que creen que el concepto döner forma parte de la cultura gastronómica alemana, especialmente en ciudades como Berlín, donde se ha convertido en un plato icónico de la comida callejera. 

La Comisión Europea está evaluando el caso y las negociaciones entre Turquía y los países opositores, como Alemania, podrían prolongarse durante meses. De no alcanzarse un acuerdo, la disputa podría impactar negativamente en las relaciones comerciales entre Turquía y la Unión Europea, que ya se encuentran tensionadas por otras cuestiones.