Advierten de que este pequeño país sin salida al mar es el próximo en la lista de la destrucción de Putin

Armenia podría ser el próximo estado en caer ante la agresión expansionista de Vladimir Putin, según denuncian los defensores de esta antigua nación, que desean que prospere como una democracia al estilo occidental. El Ministerio de Asuntos Exteriores ha descrito como una "prioridad" frenar los esfuerzos rusos por desestabilizar su tierra y los activistas advierten que el futuro del país está amenazado.

En declaraciones al diario Express, el Gobierno del Reino Unido afirma haber apoyado los esfuerzos de Armenia por "salir de la órbita rusa", pero existe el temor de que la nación, de unos tres millones de habitantes, esté en peligro de "destrucción". David Grigorian, investigador principal de la Escuela de Gobierno Kennedy de la Universidad de Harvard y figura destacada de la Alianza Democrática Nacional de Armenia, advierte que que si Putin logra apoderarse del este de Ucrania, centrará se seguido su atención en Armenia.

Grigorian quiere que Armenia se una a la OTAN y afirma que "se está gestando un desastre ante nuestros ojos". Una de las principales preocupaciones es que Rusia podría apoyar una invasión de Armenia por parte del vecino Azerbaiyán, añade.

Armenia y Rusia fueron considerados aliados en el pasado, pero el mes pasado el Parlamento de Armenia dio el primer paso hacia su adhesión a la Unión Europea. El demonio para el Kremlin, claro.

El exministro de Defensa de Londres, Tobias Ellwood, explica que "el control de Rusia sobre Armenia se está debilitando y Putin no la abandonará sin luchar". Añadió que la decisión de Armenia de romper con la respuesta rusa a la OTAN -la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva- la ha convertido en blanco de la guerra híbrida de Moscú, que incluye ciberataques, golpes de Estado e intromisiones encubiertas.

"El Reino Unido debe mantenerse alerta, respaldar la soberanía de Armenia y contrarrestar la subversión rusa. Esto va más allá de Armenia: se trata de disuadir el próximo paso de Moscú en su estrategia de reconstrucción imperial", señala.

Armenia y Azerbaiyán, que han luchado por el control de la región de Nagorno-Karabaj, están, según se informa, a punto de firmar un tratado de paz, pero Grigorian afirma que esto podría ser el preludio de nuevos ataques. En septiembre de 2023, decenas de miles de personas de etnia armenia huyeron de Nagorno-Karabaj cuando Azerbaiyán la tomó en una ofensiva relámpago, y el académico argumenta que el nuevo acuerdo podría dejar a Armenia en una posición de debilidad estratégica. "Dada la realidad geopolítica y económica, Armenia dejará de ser un Estado viable si se permite que este acuerdo siga adelante", dice. Los próximos ataques, añadió, podrían producirse "en cuestión de meses".

Grigorian denuncia el acuerdo como un "plan para humillar a otra nación" que "quiere vivir libre de la tiranía rusa". Advirtió de que es una "fórmula para una nueva guerra, no para la paz". "Los amigos de Armenia en todo el mundo deberían alzar la voz contra la destrucción de Armenia, la primera nación cristiana que se vio sola ante una fuerza destructiva abrumadora. Defender a los más necesitados puede que no sea popular hoy en día, pero sigue siendo la moraleja". 

Reino Unido ha sido uno de los países que más han animado a Armenia y Azerbaiyán a firmar su acuerdo de paz “lo antes posible para asegurarlo”. Una fuente gubernamental afirmó al Express: "Nos oponemos firmemente a los persistentes intentos del Kremlin de utilizar la desinformación, las actividades delictivas y encubiertas y la corrupción para socavar la soberanía y los procesos democráticos".