5 millones de niños habrían visto interrumpidas sus clases tras el inicio de la guerra en Ucrania
Un 40% de los menores en países con emergencias y conflictos abiertos no han podido seguir estudiando, según datos conocidos en este Día de la Educación.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que ayude a garantizar las oportunidades de aprendizaje de la infancia en Ucrania y en los países de acogida de refugiados, cifrando en más de cinco millones los niños y niñas que han visto interrumpida su educación tras 11 meses de guerra.
Desde el 24 de febrero de 2022, cuando Rusia inició su invasión de Ucrania, más de cinco millones de menores de edad han visto interrumpida su educación, motivo por el que UNICEF ha pedido en el Día Internacional de la Educación un mayor apoyo internacional para garantizar que la infancia "no se siga quedando atrás".
"Las escuelas y los entornos educativos para la primera infancia brindan una sensación crucial de estructura y seguridad a los niños y niñas, y perder el aprendizaje podría tener consecuencias para toda la vida", ha señalado la directora regional de UNICEF para Europa y Asia Central, Afshan Khan.
"No hay botón de pausa. Simplemente no es una opción posponer la educación de los niños y niñas, y volver a ella una vez que se hayan abordado otras prioridades, sin arriesgar el futuro de toda una generación", ha agregado Khan.
El uso continuo de armas explosivas, incluso en áreas pobladas, habría llevado a que miles de escuelas, jardines de infancia y otras instalaciones educativas en todo el país hayan resultado dañadas o destruidas. Al mismo tiempo, muchos padres, madres y cuidadores son reacios a enviar a los niños y niñas a la escuela por motivos de seguridad, según ha podido detallar la agencia.
Dentro de Ucrania, UNICEF está trabajando con el Gobierno ucraniano para ayudar a que los niños vuelvan a aprender, en las aulas cuando se considere seguro y a través de alternativas en línea o basadas en la comunidad si la educación presencial no es posible.
"Aunque más de 1,9 millones de niños y niñas accedían a oportunidades de aprendizaje en internet y 1,3 millones de niños se inscribieron en una combinación de presencial y online, los recientes ataques contra la electricidad y otras infraestructuras energéticas han provocado apagones generalizados y han dejado a casi todos los niños y niñas en Ucrania sin acceso sostenido a la electricidad, lo que significa que incluso asistir a clases virtuales es un desafío continuo", ha advertido la organización en un comunicado.
En este sentido, ha recalcado que la situación fuera de Ucrania "también es preocupante", subrayando que dos de cada tres niños refugiados no están inscritos actualmente en el sistema educativo de los países de acogida.
Esto se debería, según UNICEF, a varios factores como la escasez de recursos educativos, y el hecho de que, al comienzo de la crisis y durante todo el verano, muchas familias de refugiados habrían optado por el aprendizaje en línea, en lugar de asistir a las escuelas locales, ya que esperaban poder regresar a casa rápidamente.
"UNICEF seguirá trabajando con el Gobierno de Ucrania y los gobiernos de los países de acogida para dar soluciones que ayuden a los niños y niñas en áreas de conflicto, así como a aquellos que han resultado desplazados de sus hogares, a continuar con su educación", ha indicado Khan.
Dentro de Ucrania, la agencia de la ONU reclama el fin de "los ataques" a las instalaciones educativas y otros bienes civiles, incluida la infraestructura energética de la que dependen los niños, niñas y sus familias. Asimismo, también ha pedido un mayor apoyo para garantizar que los niños y niñas tengan acceso a materiales y suministros educativos, de manera que puedan seguir aprendiendo y permanecer conectados con sus compañeros y maestros.
En los países de acogida de refugiados, UNICEF ha solicitado que se priorice la integración de los niños y niñas refugiados ucranianos en los sistemas educativos nacionales, especialmente en la educación infantil y primaria, con maestros cualificados, materiales educativos y espacios disponibles para apoyar su aprendizaje cara a cara, desarrollo y bienestar.
"Es importante que las autoridades pertinentes identifiquen y superen las barreras regulatorias y administrativas que dificultan el acceso de los niños y niñas a la educación formal en todos los niveles y aporten información clara y accesible a las familias de refugiados. Cuando el acceso al sistema educativo no se pueda garantizar de inmediato, UNICEF pide que se proporcionen otras vías de aprendizaje, especialmente para los niños en edad de asistir a la escuela secundaria", esgrime la misiva de la organización.
Los otros conflictos que perduran
Por su parte, la ONG Educo ha ampliado esta información, referida a todos los conflictos del planeta. La ayuda dedicada a educación en 2022 a países con emergencias humanitarias sólo cubrió, denuncia, el 28,9% de las necesidades y un 40% de la infancia que vive en zonas en guerra, conflictos o afectados por catástrofes naturales no han podido seguir estudiando en los últimos cinco años. En su informe con motivo del Día Internacional de la Educación, subraya que a nivel global se destina actualmente un 3% de los fondos humanitarios a educación en estos países.
Sin embargo, Educo calcula que el porcentaje debería alcanzar el 10%, como pide la Campaña Mundial por la Educación, de la que la ONG forma parte y coordina la actuación en España.
“En los contextos de emergencia humanitaria, se tiende a dejar la educación en un segundo plano. Obviamente, en un primer momento lo más urgente es asegurar la alimentación o la protección de los niños y niñas. Sin embargo, la educación también es urgente. Si no vuelven a estudiar cuanto antes, el riesgo de abandono escolar es muy alto, y con él, el trabajo infantil o los matrimonios precoces, afirma en una nota la directora general de la ONG, Pilar Orenes.
Orenes recalca que cada vez hay más emergencias humanitarias, más complejas y de mayor duración (guerras, desastres causados por la crisis climática...), donde "el derecho a la educación de la infancia no está garantizado”.
“Cuando las bombas han destruido tu escuela, cuando has tenido que huir con tu familia por la violencia o cuando las lluvias torrenciales han arrasado toda tu comunidad, tu derecho a la educación se esfuma. Si no hay un compromiso a nivel internacional ni se aumenta la inversión económica por parte de los países, estamos dejando atrás a miles de niños y niñas en todo el mundo”, añade
Los países donantes han incrementado sus ayuda al sector educativo en estos últimos diez años: en 2013, las contribuciones representaban el 1,9% del total de desembolsos y en 2022 suponían el 2,9%: se ha pasado de 163 a 721 millones de dólares, o sea, más de cuatro veces más, según el Financial Track System de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Sin embargo, las necesidades educativas en estos escenarios se han multiplicado por seis en la última década y, además, la infrafinanciación ha empeorado en los últimos cinco años donde en 2022 solo se cubrió el 28,9% de las necesidades.
Eso significa que, en los últimos cinco años, un 40% de niños, niñas y adolescentes que viven en contextos de emergencia no han podido seguir estudiando.
La inversión en educación en contextos de emergencia "no puede limitarse a garantizar que se retoman las clases y se forme a niños, niñas y adolescentes, sino que, además, deben incluir programas de educación acelerada para los que han perdido parte del curso escolar, atención a la salud mental y apoyo psicosocial para menores y personal educativo, así como asegurar el comedor o instalaciones de agua y saneamiento", concluye Orenes.
Desde hace más de 30 años, Educo lleva a cabo proyectos de educación en Europa, América, África y Asia, muchos de los cuales se desarrollan actualmente en contextos de emergencia, como en la región del Sahel, en los campos de refugiados rohinyás de Bangladesh o en la guerra de Ucrania.