Las claves de la semana: A vueltas con la democracia directa
Unos creen que es la panacea y otros que hay que recurrir a ella con cuidado porque su uso es muy parecido al de un cuchillo afilado, ya que corta tan bien el pan como las yugulares. Hablamos de democracia directa, de las consultas a las bases y, en particular, del PSOE.
Unos creen que es la panacea y otros que hay que recurrir a ella con cuidado porque su uso es muy parecido al de un cuchillo afilado, ya que corta tan bien el pan como las yugulares. Hablamos de democracia directa, de las consultas a las bases y, en particular, del PSOE.
Lo que piensa Pedro Sánchez al respecto ya lo imaginan. Si de él dependiera, hace tiempo que el PSOE tendría más de movimiento asambleario que de partido y habría acabado ya con sus añejas estructuras. Su fervor por la militancia es conocido. "Me eligieron las bases y no me iré hasta que lo decidan ellas". Siempre fue su máxima hasta que un Comité Federal le retiró la confianza. Conflicto entre legitimidades. Profunda brecha entre cuadros y militantes. De ahí los cálculos, de unos y otros, para las primarias. De ahí el desgarro que hoy vive el socialismo.
El asunto, de momento, es tabú para la gestora, lo mismo que todo lo que tiene que ver con el nuevo modelo organizativo, un capítulo que ha quedado excluido de la competencia del coordinador político de la ponencia marco que discutirá el congreso, Eduardo Madina, y que lleva personalmente el andaluz Mario Jiménez. Un nombre que, a efectos orgánicos, es sinónimo de Susana Díaz, quien nunca fue una entusiasta de las primarias y de la que sobra recordar por qué en 2014 decidió no competir por el liderazgo.
El debate está abierto. Dará juego, seguro. Y cuenten con que habrá quien pida un paso atrás en el compromiso de abrir a los simpatizantes las primarias para la elección de candidato a la Presidencia del Gobierno que recogen los actuales estatutos y que ya rigió en algunas Comunidades, como Valencia o Baleares. Al margen de lo que plantee la dirección interina, los aspirantes a las primarias del próximo mayo tienen fórmulas propias para evitar el choque entre legitimidades que provocó, en gran parte, la crisis previa a la dimisión de su último secretario general como consecuencia de que éste fuera elegido por voto directo de la militancia, y cuestionado por un Comité Federal cuyo mandato emanó del voto de los delegados en un congreso.
La fórmula López para el "Impeachmet"
Hoy mismo, en el transcurso de un mitin en Almería, Patxi López, que en entrevista con El Huffington Post se declaraba esta semana partidario de un modelo que combine diferentes sistemas de representación y decisión, anunciará algunas propuestas. Entre ellas, que los estatutos del partido obliguen a la Ejecutiva Federal a convocar una conferencia en la que se proyecte la estrategia anual del partido y dé cauce a la participación de las bases.
La más novedosa, sin duda, será la que propone que el Comité Federal mantenga, como hasta ahora, la competencia para plantear una moción de censura al secretario general, pero que sean los militantes quienes ratifiquen con su voto la reprobación. Así, con la fórmula López, en el "impeachment" a un secretario general las bases tendrían la última palabra.
Como la última palabra tendrán las direcciones de PSOE y PSC sobre el principio de acuerdo alcanzado entre sendas delegaciones de los partidos hermanos para que en adelante Ferraz tenga un mayor control sobre las decisiones que adopten los socialistas catalanes, incluidos los acuerdos pre y post electorales que alcancen con otras organizaciones políticas.
Menos delegados del PSC en el congreso
De momento y pese a las continuas amenazas de ruptura, la crisis se da por saldada. Ni el PSOE recuperará sus siglas en Cataluña ni los socialistas catalanes quedarán excluidos de las primarias para elegir secretario general. Lo contrario se hubiera interpretado como una nueva finta de la gestora para beneficiar la candidatura de Susana Díaz en uno de los territorios donde su proyecto político y de partido, a priori, despierta mayor recelo.
A cambio, los socialistas catalanes que quieran participar en la consulta tendrán que inscribirse en un censo previo. Sólo podrán votar, además, si cumplen con los mismos requisitos exigidos a un afiliado del PSOE, incluido estar al corriente de pago de la cuota de militante. Una condición que podría reducir notablemente el abultado censo del socialismo catalán y que permitirá, además, a Ferraz rebajar tanto la representación del PSC en el Comité Federal como el número de delegados en los congresos federales.
En cuanto a los acuerdos del PSC con otras organizaciones políticas, no será el máximo órgano entre congresos quien tenga que autorizarlos, pero sí una comisión bilateral de ambos partidos que, en adelante, funcionará de forma permanente.
Así acabó una semana que, para los socialistas comenzó con una falsa alarma sobre la fecha en que Susana Díaz anunciará su candidatura al liderato. No será, pese a lo dicho y escrito, el próximo 4 de marzo. Hay otro día que ya circula por los mentideros, el 18 de marzo. Sea cual sea, no hay mucho ya que explicitar porque la presidenta de Andalucía hace tiempo que ejerce de candidata. Pregunten aquí y acullá y comprarán que ya tiene hechos los cálculos, diseñada la campaña y configurado el equipo que le arropará en su desembarco.