La resaca de la crisis de la coalición
Qué piensan en el PSOE y UP sobre lo que está pasando con la reforma laboral .
Jueves por la mañana. Se ven las caras Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y Nadia Calviño. Lugar: Trujillo. Es la cumbre bilateral con Portugal, que se celebra apenas 24 horas después de que se haya alcanzado, por fin, un acuerdo sobre quiénes se sentarán en la negociación sobre la reforma laboral. Sonrisas, caricias en la mejilla, fotos conjuntas.
Ese acuerdo llegaba a media mañana del miércoles. Díaz y Sánchez no hablaron, sino que lo cerraron los socialistas María Jesús Montero y Félix Bolaños con las ‘moradas’ Ione Belarra e Irene Montero en unas conversaciones tensas. El PSOE reclamaba como partido mayoritario estar presente en las reuniones con patronal y sindicatos, mientras que Trabajo resistía por su liderazgo y especialmente por el fondo del plan que quiere pactar con los agentes sociales.
Los socios llevaban desde el viernes por la mañana tensando la cuerda, en la mayor crisis entre el PSOE y UP desde la salida de Pablo Iglesias. Y la primera vez que Yolanda Díaz subía el tono y se enfrentaba públicamente al ala socialista después de llevar meses con la técnica de lavar los trapos en casa y no exponer las diferencias ante las cámaras y las redes. Todo se enrareció, todo se crispó, todo se lió, con otro fondo: la retirada del escaño del diputado de UP Alberto Rodríguez por parte de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet.
Ahora el quién ya está definido y toca empezar la nueva dinámica. El presidente del Gobierno ha citado a Nadia Calviño y a Yolanda Díaz el próximo martes en La Moncloa para marcar una postura común, la que tendrán que llevar sus equipos a las reuniones los miércoles con los agentes sociales. Allí la batuta le tocará al secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, hombre fuerte de Díaz, pero tendrá a su lado a un director general de la Vicepresidencia de Nadia Calviño.
A los socios les toca trabajar ahora para llevar a cabo una reforma laboral antes de que acabe el año, momento en el que hay que presentarla a Bruselas. Pero este choque ha dejado sus consecuencias en las dos partes, aunque las dos digan que no está en riesgo el Gobierno de coalición.
En la dirección de Unidas Podemos, según ha podido saber El HuffPost, piensan que con la reforma laboral se ha marcado un cambio de etapa por parte de su socio socialista y que ahora emplea una estrategia de “control de daños” con dos objetivos: que el presidente del Gobierno pueda patrimonializar el acuerdo ante una Yolanda Díaz emergente y también poder rebajar la ambición de UP en esta norma.
Los ‘morados’ creen que el PSOE vuelve a actuar como si tuviera mayoría absoluta e intenta aplicar el rodillo sin tener en cuenta a UP y a sus socios de investidura, por los que le preocupa también la tramitación de los presupuestos (aunque se hayan evitado las enmiendas a la totalidad). Lo que creen en la dirección de Unidas Podemos es los socialistas vuelven a viejas prácticas y a un modelo anterior, que se evidencia en las figuras que ahora dominan La Moncloa: Óscar López y Antonio Hernando.
Intuyen en la dirección de Unidas Podemos que los socialistas lo han hecho así ahora para que no pase como con otras leyes, como la de vivienda o la subida del salario mínimo (que apoyaron al final pero en las que se evidenció que era UP quien remaba a favor). Pero entienden que se ha vislumbrado durante estos días de tensión que Yolanda Díaz está en el lado de los sindicatos, en tanto que Nadia Calviño se sitúa más en la orilla de la CEOE. Por eso el análisis que hacen es que el PSOE está pensando también ya a las elecciones generales de dentro de dos años y ha buscado neutralizar a la vicepresidenta segunda, futurible candidata de ese espacio de izquierdas.
A la dirección de UP no le huele bien este cambio de estrategia del socio de coalición y creen que han ido a arañar a Díaz, pero insisten en que consideran que este rifirrafe ha servido para que se vea quién está con quién. Y consideran los ‘morados’ que ha sido una victoria de Díaz que en la mesa de negociación con los agentes tenga mayor rango el representante de Trabajo que el de la Vicepresidencia Económica.
Desde el ala socialista del Gobierno se niega que se intente tutelar a Díaz y, según comentan fuentes gubernamentales, era lógico que el socio mayoritario tuviera representantes en las negociaciones sobre la reforma laboral, la norma más importante durante este otoño y que es una promesa del propio presidente del Gobierno durante el congreso del partido. Niegan que se trate de una estrategia electoral.
Fuentes del ala socialista del Gobierno señalan que están “muy contentos” con el resultado de la negociación porque estarán todos los ministerios implicados. “Coordinación antes, durante y después de la negociación. Lógico y muy bien”, señalan desde el palacio presidencial.
Sobre el ruido que se ha montado durante toda la semana, desde el ala socialista hacen esta reflexión: “Estas cosas pasan en las coaliciones. No pasa nada”. Desde los asientos del PSOE se incide en que no era un problema de liderazgo, sino de coordinación y de metodología. “Aquí nadie habla de contenidos”, señalan fuentes de Moncloa rechazando que sea una cosa de fondo y recalcan que se va a cumplir el acuerdo de coalición pactado con UP.
“Aquí no se rompe la coalición”, señalan los socialistas, que insisten en que su intención es aguantar hasta 2023, recordando la importancia de que se haya allanado el camino para los presupuestos generales al no presentar enmiendas a la totalidad los grupos de ERC y PNV en el Congreso. Desde el PSOE además insisten en que quieren sacar las normas, como la reforma laboral, desde el máximo consenso, intentado que todos los agentes sociales den su visto bueno. No quieren una reforma laboral que fracture como la de Mariano Rajoy en 2012. Tres palabras se repiten constantemente en el lado socialsita: coordinación, diálogo y consenso.
El PSOE y Unidas Podemos, días de terapia con la vista puesta en la reforma.