El efecto ultra: así se ha desinflado la moción de censura de Vox
Abascal amagó con registrar en el Congreso la propuesta si el PP no lo hacía antes, pero los populares no están por la labor.
A Vox le sobran 17 de los 52 diputados que tiene para presentar una moción de censura contra Pedro Sánchez. En la mano de Santiago Abascal está el botón que complicaría la vida al líder del PP, Pablo Casado, si este no sucumbe a los cantos de sirena de la ultraderecha y la presenta antes.
El jefe de Vox amenazó con pulsarlo en el debate de la última prórroga del estado de alarma para desenmascarar a quienes apoyan en la Cámara la continuidad del Gobierno “ruinoso”. ¿Pero qué posibilidades tiene de salir adelante una moción amparada por Vox?
Una fuente popular a las órdenes de Casado en la Cámara que pide anonimato asegura que su formación no está pensando en una moción de censura al Gobierno. “No dan los números”, sintetiza. Para este diputado es el momento de pensar en salvar vidas y la economía del país, porque “vienen momentos muy complicados”.
“Todo el mundo entendería la moción en otras circunstancias, pasada la pandemia. Pero no ahora. Yo no he escuchado a la dirección comentarlo y si ha salido el tema entre mis compañeros ha sido de pasada”, explica esta fuente. En Vox, mientras, intentan dar con la tecla que ponga en un aprieto a los de Casado y el único sentido de la moción sería apretar al PP.
Otra fuente del partido de Abascal en la Cámara, que también pide anonimato, explica que el impulso del jefe de Vox por registrar la moción ha disminuido después de que los populares declinaran sumarse al ‘no’ a la última prórroga del estado de alarma. Esta fuente avisa: “De momento no hay moción”.
“No contemplamos el escenario de la censura para nada”, cuenta otro diputado popular, que justifica la sonda de Abascal en forma de moción así: “Vox necesita ponerse en el mapa con posicionamientos llamativos para copar la presencia mediática”. Pero cree que no pasará de ahí.
El reglamento de la Cámara deja claro que bastan 35 diputados, una décima parte del hemiciclo, para presentar una moción de censura. Pero esta debe llevar aparejada una propuesta de candidato a la presidencia del Gobierno. Es lo que se llama una moción de censura constructiva. En el caso de que Vox la presentara, debería preparar a Abascal como presidenciable.
Para apartar al presidente de La Moncloa, Vox necesita sumar 176 votos, la mayoría absoluta del Congreso. Por el momento la moción no deja der ser una herramienta más de la lucha política para presionar a su principal adversario, el PP, con quien compite por el mismo electorado y al que condiciona el discurso.
Lo cierto es que los números no salen ni en Génova ni en la sede de Vox. No existe, por el momento, una mayoría alternativa a la que aupó a Sánchez a pesar del juego de Ciudadanos en la última prórroga, que socorrió al Gobierno tras la espantada de los independentistas de ERC. Tampoco preocupa ya en el PP ese giro de Arrimadas, a pesar de que descolocó a sus 89 diputados, a los que robó protagonismo.
“Ya no se acuerda nadie de apoyo de Cs al Gobierno ni del rédito que pudo conseguir. Va todo muy rápido y el consenso general es de mala gestión del Gobierno”, explica uno de los diputados populares, que cree neutralizado el movimiento de Arrimadas, y que tampoco teme un ataque de la ultraderecha con la moción. “Ni es el momento ni es la situación idónea”, explica.
El PP está en demostrar que es un partido que ha gobernado España. Y algunas encuestas perciben una recuperación de los populares. No así el barómetro del CIS publicado este martes, que mantiene al PSOE como ganador de las elecciones generales si se celebran hoy con un apoyo del 31,1% y del 20,3% para Casado.
El instituto que dirige el sociólogo José Félix Tezanos deja a Unidas Podemos como tercera fuerza por delante de Vox (11,5% frente a un 11,3%) y a Ciudadanos en quinta posición (10,5%).
El trabajo de la ultraderecha en la Cámara durante la crisis
Mientras, desde que estalló la crisis, los de Abascal se han limitado en el Congreso a registrar 21 iniciativas relacionadas con el estado de alarma. La última una pregunta en el pleno dirigida al Gobierno sobre por qué no recurre a la Ley de Seguridad Nacional para manejar la desescalada en lugar de prorrogar el estado de alarma 50 días más.
Dos de las tres proposiciones no de ley que Vox ha llevado al pleno en todo este tiempo están relacionadas con la caza, permitida en la fase 1. Y en ellas instan al Gobierno a reconocer la actividad cinegética como una herramienta clave para mantener las poblaciones de determinadas especies en el medio natural, y a establecer medidas de control y de seguimiento de las especies durante el tiempo que dure el estado de alarma para comprobar las pérdidas que producen al sector agroganadero.
Pablo Casado también se ha preocupado de los ganadores. Por eso se ha dejado ver en varias visitas a explotaciones mascarilla en boca. El último ejemplo de la influencia de Abascal en el PP y en cómo pelean por los mismos votos.