La variante ómicron despierta un nerviosismo "racista" y la carrera por adaptar las vacunas
España ya ha identificado cuatro casos de la variante, que hasta ahora se asocia únicamente a síntomas leves de la enfermedad.
Las sombras de la nueva variante ómicron poco a poco se van cubriendo con información. La cepa asociada al sur de África entró a Europa mucho antes de lo que se creía, hace 11 días, y sigue expandiéndose por el mundo, en medio de un nerviosismo “racista” que culpabiliza a Sudáfrica y su entorno por alertar de los riesgos. Esa misma inquietud ha acelerado una carrera por adaptar las vacunas a la nueva situación, entre debates de si se refuerza la tercera dosis o se protege a los países más desfavorecidos.
La variante tiene en jaque a la comunidad internacional y se suma a la amenaza de una incidencia creciente en buena parte del planeta a semanas de la Navidad. De ómicron se conocen unos pocos contagios, pero se sabe que está oficialmente en cerca de una veintena de países, 11 de ellos en la Unión Europea: España, Portugal, Francia, Italia, Suecia, Países Bajos, Alemania, Austria, República Checa, Dinamarca y Bélgica. También ha sido secuenciada en Reino Unido, Australia, Canadá, Hong Kong, Israel, además de Sudáfrica y Botsuana, dos de los países donde comenzó a seguirse su pista.
Nuevos casos, pero todos leves o asintomáticos
España ha confirmado esta tarde tres nuevos casos: uno en Madrid, el segundo, y dos en Cataluña que llevaban en estudio desde el lunes, detectados tras un estudio microbiológico. Todos ellos, incluido el paciente detectado ayer, están en buen estado y apenas presentan síntomas.
Este cuadro clínico, asintomático o con unas molestias leves, es el que está caracterizando a los primeros infectados con la cepa ómicron. Los estudios llevados a cabo por la doctora Coetzee, la primera en alertar al mundo, revelaron una mayor fatiga y, en niños, la elevación del pulso; nada de las habituales pérdidas de gusto u olfato o una mayor mucosidad como se asociaba a la variante delta. “Es pronto para sacar conclusiones”, admitía de inmediato, una teoría que comparten los epidemiólogos consultados por El HuffPost.
El aviso de la doctora sudafricana llegó el pasado jueves 24 de noviembre, cinco días más tarde del primer rastro de ómicron en Europa, como ha confirmado hoy un laboratorio de Países Bajos. Esto confirmaría que el virus se extendió por el mundo antes de que las autoridades sanitarias pudiesen reaccionar y de que los Gobiernos acordasen sus primeras medidas inmediatas.
España fue de los primeros en moverse, junto con el resto de miembros de la UE. El pasado viernes acordaron la suspensión de vuelos con el sur de África, una restricción (salvo para traslado de españoles y andorranos) que este martes ha sido oficializado por el Consejo de Ministros y que se extenderá del jueves 2 al miércoles 15 de diciembre. El paquete de medidas incluye una cuarentena obligatoria para quienes procedan de estos siete países, directa o indirectamente y que durará diez días salvo que al séptimo se presente una prueba negativa.
Los riesgos van más allá de ómicron
Pero la nueva variante no es el único frente abierto aquí y en el resto del mundo. A última hora de la tarde del martes, Sanidad publicaba un documento donde recomienda limitar el número de participantes en los eventos navideños, justo después de saberse que España supera los 10.000 casos (una inmensa mayoría asociados a la variante ‘delta’) en un día por primera vez desde agosto.
Las comunidades insisten en pedir medidas, con una aplicación masiva del certificado covid, en algunos casos pendiente de la Justicia, que por ahora solo rompen Madrid (oh, sorpresa), Castilla-La Mancha y Extremadura.
Por ahora, el ministerio descarta más restricciones de cara a las fiestas, acogiéndose a los bajos datos de mortalidad y ocupación hospitalaria y pone el foco en reforzar la tercera dosis en los grupos de mayor riesgo. Desde la pasada semana, Sanidad viene remarcando lo “fundamental” de proteger a los “16 millones de personas vulnerables”.
El panorama inquieta de puertas para adentro, si bien es aún peor más allá de las fronteras nacionales. Por ello, las decisiones adoptadas por las principales potencias contra ómicron no gozan de unanimidad entre la comunidad sanitaria, que las cataloga como ineficaces e incluso “racistas” por lo de discriminatorias que tienen. Hasta la OMS se ha sumado a estas criticas por el cierre del tráfico aéreo, reprochando que “no se basa en pruebas”.
“Me preocupa profundamente que esos países sean ahora penalizados por otros por hacer lo correcto”, ha expresado el director general, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, que habla de medidas que no son eficaces por sí solas y “solo empeorarán las desigualdades”.
La efectividad de las vacunas, a debate
La múltiple mutación del virus supone un reto para las farmacéuticas, obligadas a actualizar sus fármacos. Un objetivo que llevará meses, de tres a cuatro, ha citado la directora de la Agencia Europea del Medicamento, Emer Cooke.
Según la responsable de la EMA, hay planes previstos para acelerar la adaptación de las vacunas si fuera necesario: “No sabemos todavía si esto se necesitará, pero en todo caso tenemos preparados planes de contingencia. Trabajamos con los reguladores porque esperamos lo mejor, pero estamos preparados para lo peor”, apuntaba esta mañana en línea con las declaraciones de Ursula von der Leyen.
Entre las farmacéuticas no hay una posición clara aún, más allá del constante estudio de sus productos en relación a esta nueva mutación. Moderna prevé una pérdida de efectividad de su antiviral, en palabras de su consejero delegado, Stéphane Bancel: “Tenemos que esperar a los datos. Pero todos los científicos con los que he hablado dicen ‘esto no va a ser bueno’”.
Sin embargo, Pfizer apuesta por acelerar la tercera dosis para aumentar la protección: “El plan sigue siendo el mismo: acelerar la administración de una tercera inyección de refuerzo”, ha reconocido este martes Ugur Sahin, director ejecutivo de BioNTech y creador de la vacuna mayoritaria en España y buena parte del mundo, sin referencias a una posible pérdida de efectividad.
Pero la aparición de la nueva cepa ha reabierto el debate sanitario y geopolítico de la necesidad de vacunar a los países en desarrollo en lugar de apostar por una tercera dosis global, como ha venido solicitando la OMS desde hace meses. África, con una tasa escasísima del 7% de población con la pauta completa, aparece como el caldo de cultivo ideal para la aparición de nuevas mutaciones.
La comparación en porcentajes de población vacunada entre España, la UE, Sudáfrica y todo el continente africano hecha por el medidor internacional Our world in data no deja lugar a dudas: