Una solidaridad millonaria llega a La Palma mientras el volcán se estabiliza
Ya son 7 millones de euros en metálico los que han sido enviados para los afectados a través de las cuentas oficiales.
La solidaridad por la catástrofe volcánica de La Palma no ha cesado desde el primer día de la erupción, y ahora, con el volcán en una fase de estabilidad, se ha cuantificado por primera vez: son siete millones de euros en metálico los que han sido enviados para los afectados a través de las cuentas oficiales.
Con más de 600 casas destruidas, 6.000 evacuados y la incertidumbre y el miedo ante una erupción en marcha, estas primeras ayudas de particulares y empresas, que vinieron precedidas por envíos de ropa, alimentos o enseres, suponen una inyección de alegría para la isla y así han celebrado sus instituciones este “aluvión de solidaridad que ha llegado de todos los puntos del mundo”.
Estas ayudas irán destinadas directamente a las personas afectadas por la erupción volcánica y servirán para cubrir necesidades concretas, una vez que ya se han cubierto las necesidades básicas, ha detallado el Cabildo de La Palma.
La erupción volcánica no parece tener prisa, pero el alojamiento de los miles de evacuados y sobre todo de los que han perdido definitivamente sus viviendas, sí es urgente.
Por eso, el Gobierno de Canarias, que está embarcado en la búsqueda y compra de viviendas en la isla, se plantea también levantar casas prefabricadas en los municipios de Los Llanos de Aridane, El Paso y Tazacorte que se podrían tener listas en veinte días.
Los científicos confían en que los daños no vayan a más si de verdad se estabiliza el volcán y el flujo de lava sigue canalizado hacia el mar como está ocurriendo en los últimos días, pero a la vez advierten de que una erupción es “una realidad cambiante” ante la que hay que mantener la máxima prudencia y la guardia alta.
“Llevamos unas cuantas horas en las que el comportamiento mantiene sus variables constantes, eso es bueno para todos. Ojalá que la lava siga el mismo camino y no haga más daño, que bastante ha hecho”, comentó el director técnico del Plan de emergencia volcánica de Canarias (Pevolca) tras la reunión diaria de seguimiento que realizan los científicos.
En ese encuentro se ha constatado que de momento la lava apenas ha aumentado la superficie afectada (hasta 421,93 hectáreas en las últimas mediciones), gracias a que el magma encuentra su camino por la colada primigenia y por un túnel lávico que vierte directamente en el mar.
De esas casi 422 hectáreas ocupadas por la lava, 93,4 son de cultivos, la mayoría plataneras (35,6 hectáreas), pero también viña (32,9) y aguacate (6,7), entre otros.
Para salvar la parte de cultivo que no ha sido afectada ya han llegado al Valle de Aridane dos desaladoras portátiles para el riego.
Y por la costa sigue creciendo La Palma, por ahora en 38 hectáreas, que son las ocupa el delta de lava creado donde desemboca la lava, que se extiende hasta los 500 metros desde la costa y hasta los 250 metros de profundidad.
La sismicidad también parece estabilizarse en las últimas horas, con menos terremotos, de menor intensidad en su conjunto y a una profundidad media aceptable.
La parte negativa es que el volcán sigue emitiendo 5.849 toneladas diarias de dióxido de azufre, un indicio que apunta a que el fin de la erupción aún no está próxima. Además el viento ha girado y sopla desde el sur suroeste, lo que puede trasladar los gases y cenizas hacia el norte y el este de la isla en las próximas horas, con una posible afección a la operatividad del aeropuerto.
Que La Palma no está sola, como se ha proclamado desde el comienzo de la erupción, ha quedado rubricado este miércoles no sólo al contar las donaciones recibidas, sino también por el respaldo unánime del Senado a una moción a favor de mantener y agilizar las ayudas para la reconstrucción de La Palma.