Una pandilla apalea hasta la muerte a un joven elegido "al azar" en Logroño
La policía detiene a seis personas, dos menores, por atacar a un repartidor con una "violencia gratuita" que impresiona a los investigadores.
Se llamaba Issam Haddour, tenía 34 años y era repartidor. El pasado 6 de abril se encontraba en el parque del Ebro de Logroño cuando una pandilla de seis chicos y chicas se le acercaron a pedirle un cigarro. Ante su negativa, le dieron una paliza brutal. Mortal. La Policía Nacional, en un sprint de 72 horas, logró atar el caso y proceder a la detención de los agresores, entre los que hay dos menores de edad y que acumulaban 13 antecedentes por robos, lesiones y violencia.
La víctima residía en Oyón (Álava), pero se había trasladado a la ciudad donde lo mataron en bicicleta, para trabajar como repartidor de comida rápida, y fue elegido al azar, según las autoridades policiales. Aunque era de origen marroquí, no hay componentes racistas en el crimen. Sólo la violencia por la violencia con la primera persona que se toparon.
La Operación Plumas que ha desarrollado la Policía Nacional en La Rioja ha permitido detener a estas seis personas, cuatro varones y dos mujeres, de entre 14 y 25 años, una de ellas de nacionalidad colombiana y el resto española.
“Violencia gratuita”
La delegada del Gobierno en La Rioja, María Marrodán; el jefe superior de Policía Nacional en esta comunidad, Jesús Herranz; y el jefe de la Brigada Provincial de la Policía Judicial, Eduardo Esteban, han explicado los detalles de la operación. “Nos ha sorprendido la violencia gratuita” que sufrió la víctima, cuyos agresores se aprovecharon de su indefensión al estar “totalmente inconsciente” y “volvieron a rematarla”, ha afirmado Esteban.
Según la investigación policial, los detenidos no utilizaron ningún objeto contundente y todos participaron en ella, “unos comentiéndola y otros animándola y jaleándola”.
También ha afirmado que no le consta a la Policía que hubiera una motivación racial hacia la víctima, que era de nacionalidad marroquí, sino que fue elegida al azar; “fue este chico de nacionalidad marroquí, pero podía haber sido cualquier otro”, dado que el asesinado no conocía a los agresores.
El suceso ocurrió hacia las 23:15 horas del pasado día 6, cuando la víctima estaba apoyada en el aparcamiento del Revellín, en el Casco Antiguo de Logroño, donde, circunstancialmente, se topó con seis jóvenes -cuatro de entre 19 y 25 años y dos hermanas de 14 y 16 años-, quienes le pidieron un cigarro y, ante la negativa a dárselo, discutieron.
Ello desembocó en “una agresión brutal por parte del grupo de jóvenes hacia la víctima , empleando puñetazos dirigidos hacia su cabeza y patadas a lo largo de todo su cuerpo”, tras lo que la dejaron tirada en el suelo en estado inconsciente, mientras emanaba sangre de su heridas.
Tras abandonar el lugar, volvieron para sustraer a la víctima, que estaba tirada en el suelo, la cazadora, la cartera, el teléfono móvil y la bicicleta, “no sin antes propinarle, de nuevo, sucesivas patadas y puñetazos por todo el cuerpo, dejándola definitivamente abandonada”, según Esteban.
Sin remordimientos
Hacia la 7:30 horas del día siguiente, un vecino que paseaba a su perro descubrió a la víctima tendida en el suelo, inconsciente, con abundante sangre en la cabeza y en las manos, por lo que fue trasladada al Hospital San Pedro de Logroño en estado crítico y luego falleció.
El mismo día 6, la Policía Nacional identificó al grupo de autores en las inmediaciones del lugar poco después de los hechos, pero sin conocer lo que había ocurrido; y uno de ellos, de 22 años, fue detenido como presunto autor por un delito de robo con fuerza en una caseta de obras, media hora después de “haber cometido el brutal asesinato y sin ningún tipo de remordimiento”, ha dicho.
Los jóvenes, todos ellos con antecedentes policiales, fueron detenidos entre los pasados días 9 y 11; el 12, el juez ordenó el ingreso en prisión de los cuatro mayores de edad; y el fiscal de menores, el de las dos menores en un centro de reforma en régimen cerrado.