Una oposición responsable… cuando nos dejan
En el Ayuntamiento de Córdoba, este asunto es el talón de Aquiles para el normal funcionamiento democrático...
Como expuse en mi primera entrada en este blog, mi intención es trasladar cómo afectan las tendencias políticas nacionales al ámbito local, a los ayuntamientos, y en particular al de Córdoba. En esta ocasión lo haré sobre la tarea que me ocupa en este momento, liderar la oposición. Una tarea a la que, como me comprometí desde el primer día, se caracterizará por ser útil, leal y constructiva.
Ya se advirtió hace siglos, desde el mismo Maquiavelo, la idea de que todo poder tiende a ser absoluto. Fue Montesquieu quien diseñó claramente el debate de la articulación del poder y propuso que, para corregir el mal del poder absoluto, la única solución era dividirlo y equilibrarlo.
Pero el poder no solo debe estar dividido en un régimen democrático, sino que debe estar vigilado desde dos perspectivas fundamentales: la transparencia en la toma de sus decisiones y el ejercicio de una oposición alternativa. Oposición que no sólo ofrezca un punto de vista alternativo en la gestión de lo público, también que controle y ponga límite a las decisiones del Gobierno para situarlo dentro del cumplimiento de la legalidad y del respeto al resto de opciones.
Decía, transparencia y alternativa, dos términos a mi criterio vinculados muy estrechamente al juego democrático. No se puede ejercer una oposición real, una alternativa, sin contar con la información que, a su vez, tiene que facilitar quien está en el Gobierno, esto es, sin transparencia.
Y por desgracia así ocurre. En el Ayuntamiento de Córdoba, este asunto es el talón de Aquiles para el normal funcionamiento democrático que, además, está tomando un cariz esperpéntico. Ha llegado al extremo que, después de pedir un expediente durante semanas o meses y ante la negativa reiterada del Gobierno a facilitarlo, toda la oposición en bloque ha denunciado esta falta de respeto a nuestro trabajo.
Ahí está la foto, todos los partidos representados en la Comisión de la Promoción de la Ciudad, desde Vox a Podemos, pasando por IU y por supuesto el PSOE, exigiendo lo mismo, información al gobierno de PP y Cs.
Se trataba del expediente sobre la oferta que presenta estos días la ciudad de Córdoba en la Feria Internacional de Turismo (Fitur), que finalmente y después de esta demanda, conocimos sólo horas antes que los medios. A nadie se le escapa el potencial turístico de Córdoba y la relevancia que tiene un escaparate como Fitur, de ahí que fuera oportuno disponer de la programación para sumar, para ir todos juntos con una estrategia de ciudad.
La falta de transparencia es tal que he tenido que apelar al alcalde popular, en varios plenos, a que atiendan las demandas de información del Grupo Municipal Socialista. Hay expedientes que hemos pedido en septiembre y de los que aún no tenemos respuesta. Ante esta situación, no descartamos recurrir a defender nuestro derecho a ser informados, por vía judicial.
Parece esperpéntico que el mismo alcalde haya intervenido este fin de semana en un foro del Partido Popular para presumir de ser un alcalde de la libertad y de la buena gestión. Por cierto, que en esta línea de no contar lo que no interesa, al señor Bellido se le olvidó comentarle a su jefe que no ha conseguido aprobar unos presupuestos para 2020 -aunque se hayan dado varias fechas, todas incumplidas- y que sus ordenanzas fiscales, para beneficiar a unos pocos, han generado bastantes dudas, hasta el punto que el secretario del pleno se ha abstenido de opinar, eso sí, después de “recibir” un escrito desde el equipo de Gobierno para argumentar que no estaba obligado a hacerlo. A eso se le llama miedo y algo más grave, en fin...
Vuelvo al tema que centra este artículo, la labor de oposición sólida que tiene, entre sus funciones, defender otra opción alternativa. Porque la democracia no es el imperio de la mayoría, sino el legítimo consenso de la pluralidad para defender los intereses generales, eso consigue mucho más que la sola mayoría.
Así, pues, en pura teoría política, la oposición tiene como misión: controlar y colaborar con quien gobierna, así como manifestar opiniones alternativas como contrapeso al poder. Por todo ello, una oposición no es sólo necesaria en democracia, sino imprescindible.
Cualquier oposición responsable, como la que lidero desde el PSOE, debe asumir la responsabilidad de disentir, la de colaborar con el Gobierno en aquellas medidas que sean beneficiosas para la ciudadanía y aspirar, legítimamente, a que este trabajo le permita recuperar el Gobierno.
Y eso hemos hecho, incluso hemos tendido la mano en ocasiones para que Córdoba tuviera unos presupuestos en tiempo y, sobre todo, en forma: esto es, con un modelo de futuro y para todos y todas. Por si cabía alguna duda, no ha habido respuesta a este ofrecimiento.
En realidad, no puede haber democracia sin la acción del partido que consigue conformar Gobierno tras las elecciones ni tampoco sin la crítica fundamentada del resto que no ejercen el poder, pero que en futuras ocasiones, pueden alcanzarlo.
Si importante es el respeto que el Gobierno debe mostrar hacia la oposición, tan importante es el ejercicio de una oposición útil, leal, constructiva y de colaboración. Y en ello estoy y seguiré estando por decisión propia.