Una hidratante con SPF no es suficiente y otras cosas que debes saber sobre la protección solar
La dermatóloga Ana Molina da algunas claves en su libro 'Piel sana, piel bonita'.
La protección solar es fundamental todo el año pero todavía más en verano. A pesar de que sabemos que el sol hace daño, es el principal factor de envejecimiento y una exposición prolongada puede terminar en un cáncer de piel, la mayoría no se lo aplica como recomiendan los dermatólogos o no opta por buenos fotoprotectores.
“El 70% del envejecimiento sabemos que es por el sol. Es el factor que más afecta a la piel dentro de lo que llamamos el exposoma, que son todas esas cosas externas que podemos hacer o cambiar para cuidar nuestra piel, que en total son siete, entre las que están la alimentación, la contaminación, la falta de sueño o los cosméticos que usamos”, explica la dermatóloga Ana Molina.
A pesar de que “se sigue buscando cómo estar más moreno porque se identifica con belleza”, la dermatóloga y otros compañeros de profesión han notado gracias al estudio de las búsquedas de Google, que han decrecido las consultas por cabinas de bronceado y prácticas similares. “Sí que empezamos a ser más conscientes de que el sol hace daño”, explica Molina, aunque ella tomaría medidas adicionales para concienciar a la población. “Siempre propongo que igual que en las cajetillas de tabaco pone ‘esto mata’, que en las puertas de los solarium debería poner ’esto mata, esto provoca cáncer de piel”, defiende la dermatóloga.
Molina acaba de publicar su primer libro, Piel sana, piel bonita, en el que intenta convencer al lector de la necesidad de tener una piel saludable. Entre sus páginas, hay decenas de explicaciones sobre la importancia de la fotoprotección, de la que habla en una charla con El HuffPost que puede resumirse en cinco claves para que el sol no pase factura.
El fotoprotector no es negociable en la rutina facial diaria
A pesar de que para algunas personas la rutina de belleza es un momento de relax y autocuidado, para otras es un infierno. “Siempre digo que la mejor rutina es la que podamos cumplir, y eso suele ser una rutina muy minimalista”, explica Molina para asegurarse de que se cumple. Es rutina minimalista incluye cuatro fases —limpieza, hidratación, fotoprotección y transformación— y en ella el protector solar es fundamental. La dermatóloga lo deja claro: “La protección en la cara no es negociable. Hay que ponérsela todo el año y con factor 50+”.
Por qué hay que elegir un factor de protección 50+ en el rostro
Una vez que tenemos claro que hay que ponerse fotoprotección en la cara todo el año, llega el momento de elegir el producto. ¿Es necesario utilizar un factor de protección 50+ o con un 30 basta? Molina lo tiene claro y recomienda utilizar 50+ por una cuestión práctica. “Como todos aplicamos mucho menos de lo recomendable, porque se calcula que aplicamos la mitad de lo recomendado, que son dos miligramos por cm2, es mejor 50+. Al final, si tú te aplicas un fotoprotector de 50 pero te aplicas la mitad de la cantidad recomendada, que es lo que hacemos la mayoría, eso equivale a un 25 o un 30, con lo cual no merece la pena empezar por un 30 porque si no te quedas muy corto”, reflexiona la dermatóloga.
Además, Molina insiste en que “se nos olvida mucho la reaplicación”, que es fundamental para proteger la piel protegida. Por eso recomienda formatos novedosos como las brumas en spray, los polvos o las texturas ultraligeras, que hacen más sencilla la reaplicación.
Es imprescindible usar un fotoprotector 360
Hay que fijarse en el factor de protección, que se refiere a los rayos ultravioleta B, pero también en si esa crema solar protege frente a otro tipo de radiaciones. Es lo que se llama un fotoprotector 360 porque también protege frente a la luz ultravioleta A, infrarrojos y luz visible. Según Molina, es imprescindible apostar por estos protectores solares.
El SPF de las cremas hidratantes o los maquillajes no es suficiente
Cada vez son más habituales las cremas hidratantes con factor SPF de protección ultravioleta, además de bases de maquillaje, bb creams o correctores. Para muchos, es la opción más cómoda ya que en teoría es utilizar varios productos en uno, sin embargo la doctora Molina aclara que ninguno de estos cosméticos sustituye al fotoprotector.
“No es suficiente, hay que echarse fotoprotector. Los maquillajes llevan pigmentos como el óxido ferroso que nos protegen mucho de la luz azul, por ejemplo, pero no te protegen de otras radiaciones. Yo no me fiaría nunca del SPF de las cremas normales, usaría un fotoprotector que esté diseñado para eso”, sentencia la dermatóloga.
Existen fotoprotectores con texturas y propiedades para todos los gustos
Para Molina, ya no hay excusas para no utilizar protección solar gracias a la innovación que ha habido en cuanto texturas, y que demuestra que hay vida más allá de las cremas pastosas que dejan la cara blanca. “Hay texturas ultraligeras que no pican en los ojos para deportistas, brumas, de todo. De hecho en mujeres tenemos los fotoprotectores 360 y 50+, que son completísimos”, defiende de la dermatóloga.
La doctora también cita los fotomaquilajes, “que son fotoprotectores que incorporan color”, y los fotocorrectores, “que son fotoprotectores 360 con o sin color que además te ayudan a ir quitando manchitas”.
Eso sí, Molina hace una advertencia si se va a empezar a utilizar un fotomaquillaje. “Hay que tener cuidado porque están muy bien y son útiles pero ya se ha visto en estudios que cuando usamos un protector con color tendemos a usar menos cantidad de la recomendada. Porque claro, no quieres verte tan maquillada, entonces se recomienda usar un fotoprotector normal y encima usar fotomaquillaje o maquillaje normal”, explica la dermatóloga. Molina también aprovecha para dejar clara otra duda recurrente: el maquillaje siempre por encima de la protección solar, para que quede un buen resultado.