Una empresa israelí recrea campos de entrenamiento para turistas en la Cisjordania ocupada
Localizar sospechosos, ejercitar el tiro, autodefensa... Un tour de dos horas en el que participan hasta menores.
Una empresa israelí está enseñando a los turistas a defenderse de ataques terroristas a través de simulacros. Lo hace en un campo de entrenamiento que, como novedad, se encuentra no en suelo de Israel, sino en la Cisjordania ocupada a Palestina. Este centro es similar a los que utiliza el Ejército para adiestrar a sus tropas, pero está diseñado como una atracción turística, como puedes ver en el vídeo que abre esta noticia.
La compañía Caliber 3 -creada por Sharon Gat, coronel de reserva del Ejército israelí, y cuyo logo es directamente una bala- recrea escenarios que simulan lugares de la vida diaria como un mercado de fruta, donde los turistas presencian cómo antiguos miembros de las fuerzas israelíes derriban a un atacante y observan las diversas maneras de impedir un supuesto asalto, como por ejemplo a través del empleo de perros. "En dos horas no puedes convertirte en un profesional, pero damos a los visitantes la conciencia de lo que significa mantener tu vida a salvo, a tu comunidad y a tu familia", defiende Gat.
La entrada a las instalaciones de Caliber 3 en el bloque de asentamientos de Gush Etzion -levantado en una zona declarada como ocupada por sucesivas resoluciones de Naciones Unidas y en las que viven ilegalmente unos 55.000 colonos- cuesta 115 dólares para los adultos y 85 para los niños (100 y 74 euros, respectivamente).
¿ES O NO UN SOSPECHOSO?
Los turistas deben, por ejemplo, tratar de averiguar si una figura de un hombre árabe con un teléfono móvil constituye una amenaza para la seguridad y deben dispararle. También hay un campo de tiro para los adultos.
La mayoría de los visitantes son estadounidenses, pero también hay chinos, japoneses, indios y de países de América del Sur. "Es una atracción que no pueden ver en otra parte", ha declarado Gat, que afirma que esta experiencia es "el punto culminante" del viaje de muchos viajeros.
El campo de entrenamiento abrió sus puertas en 2003 y sirvió para impartir cursos a guardias de seguridad durante la Segunda Intifada, el último gran levantamiento palestino. Cuando la violencia disminuyó, el centro reabrió en 2009, ya como atracción turística.
El rabino Moshe Bryski de Agoura Hills en California lo ha defendido ha explicado que la experiencia sirve para "entender y apreciar a lo que se enfrenta la industria de la seguridad".
(Puedes seguir leyendo tras el vídeo...).
APOYO A LA OCUPACIÓN
"La participación de turistas en entrenamientos en estos campamentos construidos en tierras palestinas ocupadas significa que apoyan la ocupación. Nosotros pedimos que pongan fin a estas prácticas", ha declarado a la Agencia Reuters Yasir Sobí, alcalde de ciudad palestina de Al Jader.
Yotam Yaakoba, portavoz de Peace Now, ONG israelí en contra de los asentamientos, ha criticado la iniciativa por ser una "manera cínica y poco apropiada para ganar dinero con el conflicto israelí-palestino".
Desde el inicio de una nueva oleada de violencia en octubre de 2015, conocida como Intifada de los cuchillos -pese a su impacto notablemente menor que las anteriores intifadas oficiales- y cuyas cifras ascendían en diciembre de 2016 a 220 palestinos muertos y 30 israelíes, las autoridades israelíes han sido acusadas por organizaciones de derechos humanos de hacer un uso excesivo de la fuerza para repeler los ataques o presuntos ataques palestinos.
También hay varios casos en los que se ha denunciado que policías y militares israelíes han colocado cuchillos en manos de palestinos ya muertos para justificar la reacción en defensa propia. La población palestina -así como la inmensa mayoría de comunidad internacional y la ONU- considera los territorios de los asentamientos como propios y reclama la creación de un estado que abarque Cisjordania y la Franja de Gaza, con Jerusalén Este como capital.
Cisjordania -incluida Jerusalén Este-, la Franja de Gaza y los Altos del Golán fueron ocupados militarmente por Israel en la guerra de 1967, por lo que la construcción de asentamientos y la colonización de estos territorios supone un crimen de guerra desde el punto de vista del Derecho Internacional.
Sólo en Cisjordania viven unos 531.000 colonos judíos, según datos de 2012, que suman casi 600.000 si se le añade la ocupación en la zona Oriental de Jerusalén, indica la OCHA (la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios).