'Una cesárea no es un parto real' y otras falsas preocupaciones que debes ignorar
Para muchos futuros padres, un parto por cesárea no forma parte del plan y, cuando sale a la luz la posibilidad, puede provocarles mucha ansiedad. Al fin y al cabo, no está de más recordar que una cesárea es una operación abdominal importante. Además, todo el mundo conoce a alguien que lo pasó fatal para recuperarse de la intervención, posiblemente tras un largo y duro parto.
En ese sentido, un parto por cesárea es igual que cualquier otro tipo de parto, ya que todo el mundo tiene una historia de miedo que compartir.
Pero la cesárea no tiene por qué dar miedo y sigue siendo un parto. Cuando eres consciente de lo que puede pasar y sabes cómo convertir tu parto por cesárea en una experiencia estupenda, no hay nada de lo que preocuparse.
A continuación puedes leer cinco preocupaciones sin fundamento que oigo de mis pacientes a la hora de hablar de partos por cesárea.
1. ¡Me dijeron que era una cesárea "de urgencia"!
Esta preocupación la oigo mucho entre mis pacientes. Cuentan historias de una amiga/hermana/tía que tuvo que ser sometida a una cesárea de urgencia en la que los implicados corrían peligro, así que tienen miedo de que les ocurra a ellas.
Aunque yo no estuve presente en esos partos y no sé lo que sucedió, "de urgencia" no implica nada diferente en cuanto a la cesárea. Una cesárea de urgencia es solo una cesárea que no estaba programada con antelación. Normalmente, la mujer que va a ser sometida a la cesárea ya se ha puesto de parto, ha roto aguas o su bebé está mostrando indicios de cansancio; sin embargo, denominarla "de urgencia" no conlleva necesariamente ningún peligro. Por lo general, la mujer que va a dar a luz permanece despierta y tiene a una persona a su lado dándole apoyo. Las cesáreas son "emergencias" por el simple hecho de que no se pueden dejar para otro día.
2. No lo voy a sentir como un parto "real"
Un parto por cesárea es un parto, y punto. Además, puedes hacer ciertas cosas para que tu parto por cesárea se parezca más al tipo de parto que esperabas.
Tener contacto piel con piel en el quirófano, pedir que bajen la cortina cuando nazca el bebé para que puedas ver el parto, retrasar cualquier operación al recién nacido hasta después de la primera lactancia, retrasar el pinzamiento del cordón umbilical e incluso solicitar que esté presente alguien más para darte apoyo son detalles que puedes sugerir o pedir al equipo médico.
3. ¿Voy a ver... todo?
Este es un temor muy común entre las parejas. Hay una cortina que se usa para mantener protegido el campo estéril y que también sirve como biombo para que no puedas ver lo que pasa. Además, la incisión se hace en una parte del vientre demasiado baja, así que no puedes ver lo que sucede desde esa perspectiva. Puedes pedirle a los enfermeros que bajen la cortina un poco para ver cómo nace tu bebé, igual que si alguien te dijera que miraras hacia abajo en un parto vaginal.
También es buena idea echar un vistazo rápido alrededor cuando entras al quirófano. Toma nota si hay que andar más allá de la cortina para coger el calentador para bebés, sobre todo si la persona que va a estar contigo dándote apoyo tiene pensado coger al bebé. Mira también al techo. Algunos hospitales tienen aparatos de luz con acabado de espejo en el quirófano, y a veces reflejan más de lo que a la gente le gustaría ver. Si ves un aparato de luz así, no mires hacia arriba durante el parto.
4. Hay demasiada gente
El quirófano no es tan grande como se suele esperar la gente. Cerca de donde va la cabeza de la mujer que da a luz hay sitio para un familiar o la persona que haya venido a dar apoyo, pero también están ahí anestesistas y el resto del equipo médico. Por ese motivo, algunos hospitales no permiten que haya doulas ni una segunda persona de apoyo en el quirófano. Si tu cesárea está programada, puedes comentar este tema por adelantado con el obstetra y con el anestesista a poder ser.
Si te tienen que hacer una cesárea de urgencia, la persona con la que tienes que hablar es el anestesista, porque es el que más tiende a pensar que hay demasiada gente si accede una persona más. Pero no te preocupes, porque tendrás a una persona dándote apoyo sí o sí.
5. ¿Me perderé los primeros instantes de mi bebé?
Lo creas o no, puedes llevar el móvil al quirófano cuando te hagan la cesárea. No estarás mensajeándote con los amigos, pero puedes utlizarlo para ponerte música al oído y, lo que es más importante, para hacer fotos de los primeros instantes de vida del bebé. A la mayoría de los padres les gusta hacer fotos del bebé, especialmente si lo pesan en el mismo quirófano.
Un parto por cesárea no tiene por qué dar miedo. Es simplemente una experiencia de parto distinta. Si estás nerviosa, siempre puedes hablar con tus enfermeros, médicos o cualquier miembro del equipo para que te ayuden y te expliquen lo que necesites. ¡Se trata del nacimiento de tu bebé y es un motivo de celebración!
Este post fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Canadá y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.