Un golpe sin precedentes para el sector turístico
El veto británico a España podría tener efectos muy negativos el sector turístico.
En las últimas semanas hemos sido testigos de una situación inaudita para un sector tan importante para la economía española como es el sector turístico. Y hago alusión a una situación inaudita por el mero hecho de que, si uno se para a analizar la situación que atraviesa el sector, así como las medidas que se han llevado a cabo para tratar de paliar y contener las pérdidas para aquellos integrantes de dicho sector, podemos, rápidamente, darnos cuenta de la escasa atención que, desde el Gobierno, se ha mostrado por un sector que, como decía y valga la redundancia, se presenta como un sector fundamental para nuestra economía.
En estos momentos, el sector turístico, debido a la crisis a la que se enfrenta la economía española, se mostraba como uno de los sectores más afectados por la pandemia. La naturaleza de una crisis sin precedentes, como es la de la crisis actual, ha puesto de manifiesto una situación que, de acuerdo con las cifras que presenta la patronal hostelera en el país, debería preocuparnos, y no poco. Ya que, atendiendo a las previsiones que mencionamos, hablamos de una merma en los ingresos para los empresarios turísticos y hosteleros que, en el peor de los casos, podría llegar a ascender hasta el 90%, dada la caída prevista en la actividad que, teniendo en cuenta el mismo escenario, podría oscilar entre un 80% y un 85%.
Con estos datos en la mano, la patronal hostelera ha sido bastante clara con el Gobierno de España. En este sentido, las previsiones que arroja el organismo cifra en hasta 92.000 millones de euros las pérdidas previstas para este año por la situación que atraviesa el sector. Como vemos, una cifra bastante notoria y que debería preocupar bastante a la economía española, a la vez que pone de manifiesto la importancia de un sector tan destacado para nuestra economía como lo es el sector turístico. En este contexto, un sector que podríamos considerarlo un pilar fundamental, así como estratégico, para nuestra economía.
Si existe un sector en el que España despunta sobre el resto de los países, es el sector turístico. En este sentido, hablamos de que, junto a Francia, España es la principal potencia turística del mundo; situación que ha llevado a la Organización Mundial del Turismo (OMT), incluso, a situar su sede, así como su congreso anual, en la capital española. Y es que, cuando uno analiza los datos, de la misma forma que se sorprendería de la gran capacidad que posee el sector turístico para crear riqueza, empleo, así como otra serie de beneficios asociados para la economía, también puede observar, así como analizar, la gran contribución del sector turístico a una economía como la española; una contribución que, de perderse, dejaría una merma difícilmente suplible para nuestra economía.
En este sentido, atendiendo a unas declaraciones que hacía el profesor, y compañero economista, José María Gay de Liébana, el sector contribuye, teniendo en cuenta su contribución directa, así como la contribución indirecta que se deriva de todos los servicios auxiliares que presenta el sector turístico, con un 25% del producto interior bruto (PIB). Es decir, hablamos de una situación en la que, teniendo en cuenta la contribución directa e indirecta, el turismo soporta cerca de una cuarta parte de la economía española. Una situación que se pone de manifiesto cuando desglosamos la caída pronosticada del PIB español para este año, en donde se muestra que el 57% de la contracción prevista estaría justificada por la caída del sector turístico.
Pero es que no solo hablamos de PIB. Pues, si por algo destaca el sector turístico, también es por su capacidad para crear empleo. Para hacernos una idea de lo que hablamos, debemos ser conscientes, primero, de que el sector turístico, si cogemos y analizamos el empleo creado en todo el planeta desde el año 2010, se puede observar cómo desde el año 2013, el 20% de todo el empleo nuevo generado en el planeta ha sido creado por el sector turístico. Para nuestro país, la contribución que realiza el turismo al empleo es cercana al 14%, una cifra que, de igual forma, pone de manifiesto la importancia del sector para el empleo, así como los efectos que tendría una fuerte destrucción de empleo en el sector. En adición, si a esto le sumamos la gran capacidad de adaptación de un sector que, debido a su temporalidad, se puede adaptar, mejor que otros sectores, a los posibles shocks que vive la economía, pocas razones quedan para seguir ninguneando al turismo, como lo estamos haciendo.
Sin embargo, en los últimos días, la situación ya ha llegado a su punto de inflexión, pues Reino Unido, tras analizar la gestión de los rebrotes en el país, ha impuesto la cuarentena a los ciudadanos que vengan de España, o deseen ir al país a pasar sus vacaciones. Esto, aunque no se quiera ver, tiene efectos muy negativos para el sector turístico. Pues, si contamos que el turismo británico supone el 22% de la llegada de turistas al país, hablamos de una quinta parte del turismo extranjero que, ante el veto, no acometería su gasto en el país. Si a esto le sumamos la posibilidad de que dicho veto también sea aplicado por Francia, con una contribución del 17% de los turistas extranjeros que llegan al país, hablamos de una situación en la que cerca del 40% del turismo extranjero, ante la imposición de esas cuarentenas, no llegaría al país durante este año.
Un turismo extranjero que, además, debemos destacar; máxime cuando la contribución que realiza este a nuestra economía es cercana a los 90.000 millones de euros. Una contribución que, en contraste con la contribución del turismo doméstico (españoles que realizan sus viajes dentro del país), dobla los ingresos que, en este sentido, gastan los españoles en el país.
Por tanto, con los datos en la mano y como decíamos, pocas razones quedan para no luchar por este sector. Un sector que, ante la situación, debería ser una prioridad para el Gobierno de España. El cual, tratando de revertir la situación, debería encontrarse negociando con los países vecinos para revertir unas políticas que, además de injustificadas, son extremadamente dañinas para nuestra economía.