La UE ultima un plan para embargar el petróleo a Rusia y blindarse ante posibles cortes masivos de gas
Los ministros de Energía de los 'Veintisiete' se han reunido de urgencia este lunes.
La Unión Europea ya se ha decidido a abrir el debate más espinoso sobre Rusia, el de su depedencia energética directa. Desde este lunes, los ministros de Energía de los ‘Veintisiete’ debaten qué hacer, cómo y cuándo, para avanzar en el ya anunciado “plan de independencia” rusa que adelantó la Comisión hace dos meses.
Según adelanta El País, el organismo encabezado por Von der Leyen ultima su propuesta para dejar de importar petróleo de Moscú, como gran ‘sanción’ al régimen de Putin, parte de un inmenso programa de restricciones que podría ampliarse en días, según han revelado fuentes comunitarias. De rematarse los últimos flecos, este embargo al crudo podría extenderse hasta el final de 2022.
Hace semanas ya se planteó esto mismo sobre el carbón ruso, el menor de los pilares energéticos del Kremlin. El embargo se incluyó en un quinto paquete de sanciones cuyo ‘daño’ se calculó en 4.000 millones de euros al año para las arcas rusas. Poca cosa en comparació con los más de 800 millones al día que se le paga por el petróleo y el gas.
“Diferentes opciones” y el inconveniente húngaro
La ministra del ramo de Francia, Barbara Pompili, ha reconocido abiertamente que se están estudiando “diferentes opciones”. “Tenemos un plan para diversificar cómo nos calentamos. Para eso contamos con un plan comunitario y las medidas nacionales para invertir en renovables y armarnos con otras opciones”, ha añadido la política francesa, cuyo país ejerce la presidencia de la UE este semestre.
El miedo a que Putin cierre el grifo del gas u otras energías no es infundado. La propia Pompili ha explicado que, tras la decisión sobre Polonia y Bulgaria, ambos miembros de la UE, “cualquiera podría ser el siguiente”. “Nos dedicamos a estar listos por si Rusia decide suspender la oferta de gas unilateralmente”, ha añadido.
Sin embargo, encontrar una solución común no es una tarea fácil. Alemania se ha abierto finalmente a esta posibilidad, pero no así Hungría. El Gobierno de Viktor Orbán (persona cercana al líder ruso) se niega a esta posibilidad. Tampoco es algo nuevo y como tal lo asumía Josep Borrell.
El jefe de la diplomacia de la UE confesó que ve inviable, por el momento, lograr la unanimidad que requiere el corte total, por lo que aboga por una desconexión voluntaria.