El Ministerio de Defensa ruso ha informado este sábado del “redespliegue” de las tropas que estaban hasta ahora en las localidades de Balekleya y de Izium ante lo que desde Kiev aseguran que se trata de un contraataque.
El portavoz oficial del Ministerio, el teniente general Igor Konashenkov, ha explicado que se trata de una iniciativa para reforzar la región de Donetsk, según recoge la agencia de noticias rusa TASS.
“Se ha tomado la decisión de reagrupar a las tropas rusas destinadas en las regiones de Balakleya e Izium para mejorar las acciones en dirección a Donetsk y así lograr los objetivos declarados de la operación militar especial para liberar el Donbás”, ha apuntado Konashenkov, citado por TASS.
Este traslado habría sido realizado durante tres días con el apoyo de acciones de distracción. “Se ha propinado una severa derrota al enemigo utilizando aviación, misiles y artillería para evitar cualquier daño a las tropas rusas”, ha asegurado Konashenkov.
Además, el Ministerio de Defensa ruso ha publicado un vídeo en el que se puede ver un convoy militar con vehículos BTR-82A y artillería D-20. En las imágenes se pueden ver los símbolos ya conocidos en los vehículos con las letras Z y V, así como el nuevo símbolo ruso, un círculo dentro de un triángulo.
Kiev confirma la toma de Kupinask
Este mismo sábado, las Fuerzas Armadas de Ucrania han informado este sábado de la toma de la localidad de Kupiansk, en la región de Járkov, hasta ahora controlada por las fuerzas rusas, a las puertas de Izium. También estarían cerca de Lisichansk.
Kupiansk es un punto clave de la vía de abastecimiento logístico rusa desde territorio ruso hasta la ciudad de Izium, destacan analistas citados por la prensa ucraniana..
Este avance se enmarca en la ofensiva lanzada por las fuerzas ucranianas el pasado 29 de agosto en las regiones de Jersón y Járkov que les ha permitido recuperar 30 localidades de Járkov.
Ucrania, volver al colegio en plena guerra
Anna Skiban, de 12 años, en el lugar donde estaba su asiento en su clase del liceo de Mykhailo-Kotsyubynske, Chernihiv, atacado en marzo. "Estoy muy triste, no puedo creer que esto le haya pasado a mi escuela".
Oleksandr Morhunov, de 13 años, entre los escombros de su aula, atacada en marzo pasado, en Chernihiv. "Cuando estoy en mi clase, pienso en las ganas que tengo de que acabe la guerra".
Mykola Kravchenko, de 12 años, mira su destrozada aula de informática en el liceo Mykhailo-Kotsyubynske. “Cuando estoy en la escuela, pienso en la persona que murió entre los escombros. Lo siento profundament...
Khrystyna Ignatova, de 16 años, mira lo qque queda en pie de su aula, en la escuela Chernihiv. "Lo que pasó es una tragedia. Ya lloré por todo lo que perdí. Extraño a mi escuela, amigos y maestros. Pero habr&aa...
Anastasia Avramenko, de 13 años, en la posición exacta en la que estaba su pupitre en la escuela de Chernihiv. Dice que se quiere graduar en ese centro, porque es donde siente que pertenece.
Ivan Hubenko, de 11 años, camina con su mochila sobre los restos de su escuela bombardeada en Chernihiv. "Me siento ofendido cuando estoy en mi escuela. Un resentimiento porque los rusos la destruyeron".
Oleksii Lytvyn, de 13 años, ante el lugar que ocupaba la pizarra de su clase, en el Mykhailo-Kotsyubynske. “Nunca había visto algo así, no puede ser una realidad”, dice, como si fuera un sueño.
Karina Muzyka tiene 10 años y está retratada en su clase de Chernihiv. "Cuando bombardearon mi escuela, me aterroricé. Vivimos cerca. Nuestras ventanas se dañaron y mi madre pudo morir porque la puerta casi la presion...
Sofia Klyshnia, de 12 años, en el espacio que ocupaba su asiento escolar en el liceo Mykhailo-Kotsyubynske. "Tengo miedo de pisar la clase destrozada que un día ocupé".
Karina Muzyka, caminando sobre las ruinas de su cole.
Un grupo de estudiantes, reunidos en una clase dañada por los bombardeos en el liceo Mykhailo-Kotsyubynske, este 30 de agosto, primer día de clase.
Ventanas rotas por la explosión de 4 de marzo en el liceo Mykhailo-Kotsyubynske de Chernihiv.
Libros ucranianos y rusos, apilados en un colegio.
Estudiantes en una clase aún en pie en el Mykhailo-Kotsyubynske.
Un grupo de niños juega en el patio dañado de la Escuela Chernihiv. Comparten historias de cómo han sobrevivido hasta ahora a la guerra.
Un libro destrozado, con un retrato de Lenin.
Estado de una de las clases del liceo Mykhailo-Kotsyubynske
Estado de una de las clases del liceo Mykhailo-Kotsyubynske
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Sofia Zhyr, de 14 años, sentada en su pupitre en su escuela de Chernihiv, atacaba en marzo. Confiesa que tenía miedo de regresar.
Anna Skiban, de 12 años, en el lugar donde estaba su asiento en su clase del liceo de Mykhailo-Kotsyubynske, Chernihiv, atacado en marzo. "Estoy muy triste, no puedo creer que esto le haya pasado a mi escuela".
Oleksandr Morhunov, de 13 años, entre los escombros de su aula, atacada en marzo pasado, en Chernihiv. "Cuando estoy en mi clase, pienso en las ganas que tengo de que acabe la guerra".
Mykola Kravchenko, de 12 años, mira su destrozada aula de informática en el liceo Mykhailo-Kotsyubynske. “Cuando estoy en la escuela, pienso en la persona que murió entre los escombros. Lo siento profundament...
Anastasia Avramenko, de 13 años, en la posición exacta en la que estaba su pupitre en la escuela de Chernihiv. Dice que se quiere graduar en ese centro, porque es donde siente que pertenece.
Ivan Hubenko, de 11 años, camina con su mochila sobre los restos de su escuela bombardeada en Chernihiv. "Me siento ofendido cuando estoy en mi escuela. Un resentimiento porque los rusos la destruyeron".
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Sofia Klyshnia, de 12 años, en el espacio que ocupaba su asiento escolar en el liceo Mykhailo-Kotsyubynske. "Tengo miedo de pisar la clase destrozada que un día ocupé".