Temor en EEUU a que Trump impida una transición pacífica tras su derrota
Los asesores del presidente quieren darle tiempo para asumirlo, pero dudan de que vaya a hacerles caso.
Cuando pasados 25 minutos del mediodía los medios de comunicación comenzaron a dar como vencedor de las elecciones a Joe Biden, Trump no estaba pegado al televisor. Ni tan siquiera a Twitter.
El presidente de Estados Unidos se había ido a su club de golf en Virginia, quizás consciente de que para esa hora ya se sabría que su rival le había vencido.
Pero él ya tenía preparado un plan: no ceder ni un milímetro. Por si alguno tenía dudas, minutos antes del anuncio oficial Trump tuiteó un mensaje en el que aseguraba, en mayúsculas, haber ganado las elecciones “por mucho”.
Poco después, certificada su derrota, envió un comunicado en el que rechazaba el resultado y aseguraba que daría la batalla legal para que hubiera “un recuento honesto”.
Sin embargo, los medios de comunicación, hasta los que siempre le han acompañado, como la conservadora Fox, insisten en que no logran hallar ni una sola prueba que demuestre que existe el fraude electoral que Trump y su equipo de campaña denuncian.
Por eso la actitud del presidente preocupa y mucho entre los analistas políticos de Estados Unidos. Porque es una tradición que, cuando un candidato pierde, telefonee a su rival para darle la enhorabuena y después pronuncie un discurso concediéndole la victoria.
La duda es qué hará Trump con esta tradición tan asentada, después de que en sus cuatro años de mandato haya acabado con tantas y tantas costumbres de buena política.
Según informa la Fox, que cita fuentes cercanas al presidente, su intención es la de cumplir con una transición pacífica del poder y conceder su derrota. Eso sí, siempre y cuando su equipo legal no encuentren la fórmula para que se revise el resultado electoral. Para ello, ya ha interpuesto una batería de demandas en varios estados.
En todo caso, indica The New York Times, Trump no tiene intención, al menos a corto plazo, de pronunciar ningún discurso aceptando su derrota. Es más, según The Washington Post, entre sus ayudantes crece el temor de que ni tan siquiera llame a Biden para felicitarle.
Otra tradición que parece no se va a cumplir es la de que el presidente saliente reciba al presidente entrante y le muestre la Casa Blanca. Biden, como exvicepresidente, se la conoce perfectamente y esa puede ser la excusa del equipo de Trump para no cumplir con este protocolo.
También hay dudas sobre si querrá asistir a la toma de posesión de Biden, como también marca la tradición.
Ambos rotativos, citando fuentes cercanas al presidente, aseguran que su equipo quiere convencerle de lo contrario, pero los expertos ya han advertido de que incluso podría intentar boicotear la cooperación con el equipo de Biden y evitar así una transición fluida antes del 20 de enero, día en que dejará el cargo.
Los asesores de Trump, indica The New York Times, aseguran que se niega a asumir su derrota, manteniendo las acusaciones infundadas de fraude electoral. Pero no creen que intente impedir que Biden acceda a la Casa Blanca y aseguran que la presión de miembros del Partido Republicano y de sus familiares hará que ceda ante lo inevitable, aceptando finalmente el resultado.
Ahora, indica The New York Times, los asesores de Trump quieren darle espacio para procesar su derrota. “Están agotados después de cuatro años tumultuosos y ansiosos por saber qué va a suceder ahora”, dice el rotativo.