TQILA, un mal trago para la homofobia
La utopía anarcofeminista de Rojava
El territorio sirio de Rojava se encuentra en primera línea de fuego con Dáesh y el Frente Al Nusra. Esta región, conocida como el Kurdistán sirio, se autodeclaró en marzo de 2016 un sistema federal de gobierno —bajo el nombre de Federación Democrática de Siria Septentrional— basado en el "confederalismo democrático", un sistema organizativo laico, horizontal y multicultural fundado sobre el comunalismo, el anarquismo, el ecologismo y una vertiente parafeminista denominada ginelogía.
Para Abdullah Öcalan, ideólogo del proyecto y presidente del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK en kurdo), la construcción de una sociedad igualitaria debe pasar necesariamente por la autoliberación de la mujer. Es por ello que la Carta Magna de Rojava reconoce esta "revolución de las mujeres" y garantiza la presencia en las instituciones de al menos un 40% de mujeres y dos codelegados, uno de cada sexo, además de sus propias instituciones soberanas —Congress Star— y cuerpos militares —Unidades Femeninas de Protección (YPJ)—.
En marzo de 2017 se constituyó el primer batallón anarquista de Rojava, las Fuerzas Guerrilleras Revolucionarias Internacionales del Pueblo (IRPGF por sus siglas en inglés). Inspirada en la lucha indígena y los voluntarios de distintos países que se unieron a la guerra civil española, esta guerrilla surgió con el objetivo de prestar apoyo a la Brigada Internacional de Liberación, las Unidades de Protección Popular (YPG) y las YPJ en la revolución de Rojava.
Los frentes de liberación homosexual
En 1970 Mir Bellgai y Roger de Gaimon —pseudónimos de Francesc Francino y Armand de Fluvià— fundaron en Barcelona la Agrupación Homófila para la Igualdad Sexual (AGHOIS), una organización clandestina dedicada a la defensa de los derechos de la comunidad LGBT de España. Un año después se extendió a otras grandes ciudades, como Madrid y Bilbao, con el nombre de Movimiento Español de Liberación Homosexual (MELH), a semejanza de movimientos similares en el continente americano, como el Frente de Liberación Homosexual en Argentina —fundado en 1967 con el nombre original de Grupo Nuestro Mundo y renombrado en 1971— o el Frente de Liberación Gay en EE. UU., surgido tras las revueltas de Stonewall (1969).
Reorganizado en 1975, tras la muerte de Franco, bajo el nombre de Front d'Alliberament Gai de Catalunya (FAGC —iniciales que recuerdan a fag, 'marica' en inglés—), constituyó una de las organizaciones más combativas de la Transición española, con gran influencia en organizaciones posteriores, e impulsó en 1977 la creación de una Coordinadora de Frentes de Liberación Homosexual del Estado Español (COFLHEE).
Un rasgo común de estos frentes de liberación homosexual occidentales es un alineamiento de base con los postulados y la lucha feministas y su vinculación con movimientos de izquierda y anarquistas. Por ello, no es de extrañar que hace unas horas las IRPGF anunciaran la creación de El Ejército de Insurrección y Liberación Queer (TQILA por sus siglas en inglés), una facción guerrillera dedicada a la lucha contra la LGTBfobia del Dáesh, los "conservadores cristianos" de Occidente y la "izquierda revolucionaria".
"Estos maricones matan fascistas"
Como observó el lingüista Teun Van Dijk en 1990, en el discurso ideológico existe una tensión entre términos como terrorismo y ejército de liberación, ya que en la mayoría de los casos se trata de una mera cuestión de perspectiva. Podríamos vernos tentados de observar en Rojava el primer germen de un verdadero terrorismo feminista y de un homoterrorismo; sin embargo, nos faltaría un elemento esencial en la definición del terrorismo: el terror.
El anarquismo de los grupos organizados rojavos proclama la lucha política a través de medios violentos con el fin de destruir el statu quo, pero no buscan la creación de un clima de terror con el que someter a la población. De hecho, los guerrilleros rojavos han establecido un orden propio basado en la participación democrática, la pluralidad y una interpretación descolonializada del movimiento feminista sin renunciar al derecho y el deber a la autodefensa, es decir, a defender los logros de la revolución y repeler ataques —externos o internos—.
El origen de la lucha queer se remonta a revueltas violentas como Stonewall o las de Barcelona —el travesti Ocaña fue detenido en 1978 por arrojar cócteles molotov a la policía—, pero el estilo de TQILA parece más inspirado en las acciones de grupos anarco-queer de autodefensa como Bash Back! que en los frentes de liberación homosexual. De hecho, el anuncio publicado por IRPGF termina con la proclama "Bash Shoot back! These faggots kill fascists!" —"¡Golpeamos Disparamos de vuelta! ¡Estos maricones matan fascistas!"—, en la que la referencia a Bash Back! es actualizada con el lema popularizado por Milo Yiannopoulos, lo que da lugar a un juego de palabras en inglés —shot puede traducirse como 'disparo' o 'chupito'—.
Esta nueva guerrilla queer parece surgir como respuesta al homonacionalismo de personajes como Yiannopoulos y, en general, el avance de la agenda ultraderechista en Occidente. No obstante, la proclama internacionalista no debe alejarnos de su objetivo local declarado de contribuir a la revolución en Rojava. Aún es pronto para adelantar qué tipo de acciones llevará a cabo; lo que podemos afirmar es que la homofobia tiene un nuevo enemigo y no parece dispuesto a negociar.
El autor forma parte del grupo El Orden Mundial