¿Tiene cabida otra edición de 'OT'?
'OT 2020', la nueva edición del programa 'Operación Triunfo', llega este domingo 12 de enero a TVE tras más de un año de descanso.
Vuelve OT. Tras más de un año de descanso, este domingo se estrena OT 2020, la undécima edición del concurso musical más conocido de la televisión. La gala 0 da la oportunidad a 18 cantantes que sueñan con hacerse un hueco en el mundo de la música.
Solo 16 de ellos entran en la Academia de Operación Triunfo, que, por tercera vez, vuelve a estar dirigida por Noemí Galera. Al final, solo uno de ellos conseguirá llevarse el premio de 100.000 euros y convertirse en el sucesor de Rosa, Ainhoa, Vicente, Sergio, Lorena, Virginia, Mario, Nahuel, Amaia y Famous.
El reto en esta ocasión es recuperar la ilusión que perdió la audiencia tras emitirse las dos últimas ediciones en apenas un año y medio. ¿Logrará atraer a los espectadores como hicieron Aitana, Alfred, Ana Guerra y compañía? ¿Se repetirá el campanazo de OT 1? ¿O es un formato que se ha quemado después de tanto usarlo? Hemos consultado a varios expertos en televisión para saber su opinión.
Esta tercera edición de la nueva era del programa en TVE llega repleta de novedades. El plató, la mecánica del concurso, el jurado y algunos profesores han cambiado. Incluso la Academia ha pasado por el taller. Pequeños movimientos para no quedarse anticuados.
OT se olvida de los míticos lunes. Las galas de la nueva edición se emitirán los domingos, un día de la semana donde la lucha por la audiencia es menor y que está más vinculado a un consumo familiar de televisión. No es la primera vez que se elige esta opción, las diez primeras galas de OT 2006, la edición que ganó Lorena, se emitieron en domingo. Luego llegó Navidad y tuvieron que cambiar de día para evitar los festivos.
Y, lo que no es tan bueno, la fatídica OT 2011 —la octava edición, de la que nadie se acuerda, que presentó Pilar Rubio en Telecinco, ganó Nahuel y acabó cancelada por los pésimos datos de audiencia— emitió sus galas ese día. Una experiencia que TVE confía en no repetir.
“El domingo es un buen día porque la competencia es inferior. Antena 3 también se planteaba estrenar Tu cara me suena en domingo. Aunque luego OT no se mide tanto en audiencia como por el volumen de conversación que genera”, señala Borja Terán, periodista, analista de televisión y colaborador de Julia en la onda (Onda Cero).
Los expertos ven complicado saber si funcionará en audiencia, porque Antena 3 y Telecinco todavía no han destapado sus cartas para ese día. “El entorno competitivo es muy importante para saber cómo funcionará la edición del domingo y, a día de hoy [jueves], no han confirmado oficialmente que programarán. Es muy difícil aventurarse, pero parece que se ha generado cierta expectación”, apunta Julio Alcaine, jefe de operaciones de Barlovento.
También juega un papel fundamental el cambio en el consumo de productos televisivos y la importancia de las plataformas de streaming. “Cuesta saber qué día es un buen día en este panorama donde la gente elige cada vez más dónde quiere ver las cosas, cuándo y cómo”, señala la crítica de televisión y colaboradora de El HuffPost, Mariola Cubells, quien cree que la decisión de los programadores de TVE de mover las galas al domingo está muy meditada y estudiada.
La hora de emisión también cambia: las galas empezarán a las 22:00 horas. Se adelanta media hora al horario habitual, una petición que hacían los espectadores de las ediciones anteriores, ya que terminaban muy tarde y esto hacía que la audiencia decayese durante el transcurso de la emisión.
No hay que ser un genio para saber que OT 2020 no tendrá los 6,9 millones de espectadores de media que tuvo la exitosa primera edición, porque ha cambiado mucho el panorama. El éxito que tuvo la edición de 2017 —con 2,5 millones de espectadores que vieron a Amaia y Alfred— se debió en gran parte a las redes sociales.
“La televisión crece en las diferentes plataformas y en las redes sociales. Si OT 2017 no se hubiera emitido en YouTube, no habría tenido tanta repercusión, ya que nos permitió conocer a los concursantes y ver su evolución”, señala Terán.
Un año después OT 2018 tuvo una caída de audiencia respecto a la edición anterior, un 3,3% menos de cuota de pantalla, según los datos de Barlovento Comunicación. Sin embargo, RTVE renovó el programa gracias a su buen comportamiento en audiencia digital.
El éxito del programa dependerá en gran medida de si los concursantes logran conectar con el público, algo que no logró en la última edición. “Habíamos perdido frescura y creo que esta edición vamos a sorprender con el casting”, señaló Toñi Prieto, directora de entretenimiento de TVE, durante la presentación del jueves.
Los expertos no creen que exista un hartazgo sobre OT. “Hay un falso mito de pensar que un talent show pierde el encanto porque se emite cada año. La clave está en que consiga transmitir verdad y que tenga capacidad de evolucionar, que el espectador vea el talento crecer”, apunta Terán.
Lo mismo señala Cubells, quien recalca que no todo es triunfar con grandes cifras de audiencia: “Es un formato sólido, quizás es difícil de tener de nuevo el pelotazo que pegó en su vuelta hace tres años con Amaia, pero no todos los programas tienen siempre la misma vida, el mismo efecto o la misma repercusión. Ayudado por las redes sociales puede ir bien, quizás no el renombre que tuvo ese año, pero sí una buena vida televisiva, un paseo”.
La elección de los nuevos triunfitos resulta, por tanto, fundamental para enganchar a los espectadores y eso cambia en cada edición, de ahí que no sea nada predecible. “El 90% del éxito del programa depende del casting y no se sabe hasta que lo aprueba la audiencia”, señala Cubells.
Por su parte, Terán se basa en la estadística de la cantidad de talents y la proporción de artistas que se pueden generar. “España no es un país tan grande como para que haya tanta gente con talento aunque, como dice Noemí Galera, el buen casting es como un melón que hasta que no lo pruebas en directo no sabes cómo va a funcionar”, afirma.
Los 16 concursantes tienen un papel importante a la hora de generar fenómeno fan. “Lo importante son los chicos y su capacidad de crear gente que les adore, que se hagan fan y los ame. Ese fenómeno en OT funciona mucho, la capacidad de amar al candidato. Creo más en eso que en el jurado que, como mucho, puede despertar alguna filia o alguna fobia”, detalla Cubells.
Operación Triunfo no se parece a otros programas de talentos que se emiten en televisión, ya que funciona como si fuera una serie que los espectadores siguen durante varios capítulos. “OT es un programa que tiene que tener un recorrido, frente a Got Talent, que no hay que seguirlo, o La Voz, que se basa en el golpe de efecto de si giran la silla. Es una rara avis porque bebe del reality show, del talent show y de la teleserie juvenil. Crece si el público empatiza con los concursantes porque ve que son personas normales”, indica Terán. Lo normal es que las primeras galas tengan menos audiencia que la final, la gente quiere conocer a fondo a los concursantes y comprobar su evolución.
El otro valor del programa está en un público heterogéneo que ve la televisión pública y que busca entretenimiento de calidad. “Es un formato que está testado y probado en mil ocasiones y del que disfruta mucho tipo de gente. Es capaz de aglutinar ese tipo de público que persigue una tele pública: masivo, heterogéneo y que nunca busca recibir basura”, señala Cubells.
Si se mira la audiencia de las dos últimas ediciones se puede ver que Operación Triunfo es un programa líder entre los mayores de 65 años. Por ejemplo, OT 2017 consiguió una cuota del 22% entre esta audiencia, según los datos de Barlovento. Algo lógico teniendo en cuenta que los más mayores suelen ver este canal de la televisión pública. Además, es un concurso muy seguido por el público femenino, que representan en torno al 60% de sus espectadores.
Un dato curioso es que OT 2018 ha logrado una cuota de pantalla del 33,2% entre los jóvenes de 13 a 24 años. Esto significa que uno de cada tres espectadores en esa franja de edad veía el programa, superando incluso el dato de la edición anterior (29,4%).
OT suple una falta de oferta de entretenimiento propio en TVE que basa su programación en concursos de la productora Shine Iberia e importados de otros países como Maestros de la costura o MasterChef. “Tiene que estar en la cadena para mantener ese estilo. Igual no es la estrella del universo, pero convive bien con la oferta de entretenimiento de TVE que no es para tirar cohetes”, apunta Cubells.
Los expertos coinciden en que Operación Triunfo no debe ser considerado un programa musical de los que escasean en parrilla, y de los que la televisión pública apuesta por formatos como La Hora Musa, Un país para escucharlo o Cachitos de hierro y cromo.
Una de las principales novedades de esta edición es el jurado, que se renueva completamente. Está conformado por profesionales del mundo de la música, algunos desconocidos para el público. No habrá ningún personaje polémico, como lo fue Risto Mejide, que se convierta en el protagonista. “Tiene un jurado que podrá dar más argumentos para valorar las actuaciones, porque la vida no es un tuit”, señala Terán. Sus miembros serán fijos, es decir, desaparece la figura del cuarto jurado invitado, que rotaba. Estará formado por:
- Nina, cantante y directora de la primera edición de OT.
- Natalia Jiménez, cantante de La Quinta Estación y jurado de la edición mexicana de La Voz.
- Javier Llano, director de Cadena 100, que fue jurado en ediciones de Telecinco.
- Javier Portugués ‘Portu’, músico del grupo Modestia Aparte y director artístico y musical.
Esta apuesta por un jurado profesional también evita estridencias y polémicas como que Mónica Naranjo acabase siendo un meme después de cada gala o, por supuesto, las valoraciones de Risto en Telecinco. Cubells lo tiene claro: “El peso lo tienen los chicos, no va a volver a haber un Risto”.
También, para poner el foco en los candidatos, la nueva edición no limita el número de nominados que, hasta ahora, era de cuatro. OT 2020 quiere volver a ser una Academia sin perder el dinamismo necesario para mantener a los espectadores.
Para intentar repescar a los espectadores perdidos, Gestmusic ha incluido varios guiños a OT 1 como incluir las ‘jaulas’ de los bailarines en el nuevo escenario que ya estaban en la edición de Rosa, Bisbal o Bustamante, mantener ‘la peseta’ (la parte circular central del escenario) y recuperar a Nina, directora de la Academia en la primera edición del programa.
Además del jurado profesional, se apuesta por el protagonismo de los concursantes. Los nuevos profesores no tienen el poder mediático de Los Javis o de Itziar Castro y con un perfil más profesionalizado, con el objetivo de poner el foco en el concepto artístico y no jugar a la competencia con otros talents como puede ser La Voz o los propios realities de Mediaset.
A esto hay que añadiruna serie de novedades con las que el formato quiere sorprender al espectador y evitar que se sepa la dinámica o incluso que se rumoree con que está todo guionizado, como ocurrió en la anterior edición. “El favorito de la semana no se salva de la nominación. Hasta ahora era inmune. Tendrá otros privilegios, como elegir el tema o el concursante con quién hacer el dúo”, explicó Tinet Rubira, director de Gestmusic, en la presentación del programa.
Por supuesto, no se olvidan de que su público más fiel: los jóvenes. Para ellos, cada vez incluyen más novedades en la app, retransmisiones en streaming en YouTube, e incluso interactuaciones a través de un altavoz de Google. “Tampoco todo el panorama audiovisual es el mismo siempre. Ese tipo de formatos juega con un panorama cambiante que cada día presentan nuevas historias y modelos”, detalla Cubells.
Esta edición llega, además, sin el respaldo de la compañía discográfica Universal, que ha decidido desvincularse del programa. Hasta ahora, los triunfitos firmaban un contrato con esta empresa desde que entraban en la Academia. “Nosotros este año no estamos vinculados a ninguna discográfica. Los concursante no están vinculados con ninguna discográfica, solo con OT”, según contó Rubira.
Se fractura así un vínculo histórico, que nació con Vale Music, la discográfica independiente especializada en sacar éxitos del verano (No rompas más, Yo quiero bailar…) y que confió en OT en sus inicios. Se hizo millonaria gracias al triunfo del programa —4 millones de discos recopilatorios vendidos— y las carreras de concursantes como David Bisbal, Chenoa o Bustamante —10 millones de discos vendidos— . Universal la compró en 2006 y ha mantenido a algunos triunfitos en su cartera.
Esta decisión de Universal de no llevar las riendas de las carreras musicales de los concursantes parece lógica después de que ya hayan salido 32 participantes en las últimas dos ediciones —esta discográfica editó singles a los 16 de OT 2017–. Resulta inevitable recordar los tiempos de saturación de triunfitos que vivió el mercado musical hace ahora casi una década y que parece repetirse ahora.
Los discos físicos de las galas se distribuirán a través de Sony Music y los digitales con su filial The Orchard. La discográfica tendrá además otros privilegios: “Ellos van a tener un derecho preferencial para escoger a dos concursantes”. Así ocurrió también cuando el programa se mudó a Telecinco y los discos de las galas se editaron conjuntamente entre Vale Music y Sony BMG. Esta última fue la encargada de publicar los primeros discos de concursantes como Sergio Rivero, Edurne, Lorena y Labuat (Virginia Maestro).
Este cambio de cromos también se ha notado en el jurado con la salida de Manuel Martos, alto cargo de Universal, y su sustitución por Portu, A&R independiente, pero vinculado con Sony.
Otra novedad es que los concursantes podrán publicar sus primeras canciones desde dentro de la Academia, como demandó Alfred durante su estancia, y aprovechar esa gran ventana al público que no tienen al salir. “No queremos que los concursantes tengan que esperar a que termine OT 2020 para que saquen temas que han compuesto. Queremos que utilicen esta plataforma”, explicó Rubira.
Este movimiento también recuerda a los inicios del programa, que ahora se buscan recuperar. Antes de que acabara OT1 Natalia presentó su primera canción Vas a volverme loca, en playback y con muchos errores. Asimimo, cada uno de los concursantes de la segunda edición publicó un sencillo tras ser expulsado y lo presentaba en las galas para comprobar si existía demanda por parte del público y conseguir un disco.
¿Lograrán hacerse un hueco en el complicado mundo de la música?