¿Sin agua, sin leche y sin cerveza? Así amenaza la sequía a España
Los embalses españoles se encuentran al 34,3% de su capacidad. Se mantienen, así, lejos de la media de los últimos diez años para este periodo (51,25%).
Los embalses españoles se encuentran al 34,3% de su capacidad, 1,4 puntos más que hace una semana, con lo que la reserva hídrica del país encadena seis semanas al alza. Estos datos, sin embargo, se mantiene aún lejos de la media de los últimos diez años para este periodo (51,25%), por lo que la sequía sigue siendo un problema en España que ya está teniendo consecuencias.
Actualmente los pantanos almacenan 19.241 hectómetros cúbicos (hm³) de agua, 797 hm³ más que hace una semana, equivalentes al 1,4% de su capacidad, pero 2.758 menos que hace un año, cuando la reserva se situaba en el 39,24%, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica.
Si la comparativa se hace con la media de la última década, los embalses españoles han perdido 9.483 hm³ de agua, el equivalente al 17% de su capacidad total.
Llueve menos de lo normal
Pese al aumento de la reserva tras las últimas lluvias, el nivel de los embalses sigue siendo “muy bajo” y no se prevé que la situación vaya a mejorar porque está lloviendo menos de lo habitual, ha explicado a EFE el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), Rubén del Campo.
Así, según datos de la AEMET, en los dos primeros meses del año hidrólógico (octubre y noviembre) se han registrado 113 metros cuadrados de lluvia acumulados, cuando lo normal habrían sido 145, lo que significa que ha llovido un 22% menos de lo esperable.
Durante el otoño meteorológico (septiembre, octubre y noviembre) se han registrado 149 litros por metro cuadrado, el 25% menos de lo que habría sido lo habitual (200 litros), según Del Campo. Ha recordado, además, que esta situación se produce después de que entre mayo y octubre las lluvias fueran muy escasas.
Aunque se ha recuperado “algo” la reserva de agua, seguimos en situación de sequía meterológica, ha subrayado Del Campo, quien ha recordado que lo normal es que los embalses se carguen en otoño e invierno y empiecen a perder agua a partir de primavera.
“Si sigue así la situación y no llueve, llegaremos a la primavera con muy poca agua en los embalses”, ha advertido el portavoz de AEMET, cuyas previsiones apuntan a que en las dos próximas semanas se registrarán lluvias “generosas”, sobre todo en el suroeste peninsular, por la llegada de borrascas atlánticas y vientos ábregos.
En lo que respecta al invierno, “no se sabe muy bien qué pasará”, según Del Campo, quien ha apuntado que “parece” que las lluvias serán más abundantes de lo normal en el Mediterráneo y Baleares e inferiores a lo habitual en el tercio norte, mientras que para el resto del territorio, los modelos de predicción no arrojan una tendencia clara.
“Si en invierno llueve lo normal seguiremos con sequía, para acabar con ella tendría que ser más lluvioso de lo normal”, ha insistido.
Reutilizar más agua y desalar
“Las lluvias van a ser cada vez más escasas y nos van a servir cada vez menos” para hacer frente a la sequía en España, por lo que para garantizar el suministro habrá que reutilizar más agua y desalar más, ha dicho a EFE el director general de la Asociación Española de Empresas Gestoras de Servicios de Agua Urbana (AGA), Enrique Hernández.
Además de llover algo menos de lo normal, parece que se van a producir episodios de lluvia “muy potentes y muy aislados”, lo que dificulta la captación, almacenamiento y distribución.
“Tenemos un problema con las presas, como no podemos hacer más embalses tenemos que acelerar el proceso de reutilización y de desalación. El 75% de España está en proceso de desertificación”, ha subrayado Hernández.
Esta situación ha obligado a tomar medidas en Andalucía, Galicia, Cataluña, Cantabria y Castilla y León, ha destacado el medio Business Insider. Entre ellas, cortes de suministro por las noches, cierre de duchas en las playas, prohibición de llenado de fuentes o limitaciones en el riego de jardines.
¿Sin agua, sin leche y sin cerveza?
Los cortes de agua, sin embargo, podrían no ser la única consecuencia. Esto es lo que cree Fernando Valladares, profesor de Investigación en el Departamento de Biogeografía y Cambio Global, Museo Nacional de Ciencias Naturales, que, en septiembre, escribió al respecto en The Conversation.
En el texto, el experto asegura que los registros indican que Europa nunca ha estado tan seca como en estas últimas décadas. “Tiene consecuencias directas sobre nuestra vida, entre otras cosas, porque amenaza productos alimentarios básicos como la leche. Recordemos que una vaca necesita más de 100 litros de agua al día para producir leche, y que últimamente se han cerrado granjas incapaces de competir con las macrogranjas por los precios”, señala.
El autor apunta también a España: “Tan disparatada es la situación que países como España se ven obligados a importar leche de Europa. Pero como Europa también atraviesa fuertes sequías, es probable que acabemos importando de EEUU y China”.
El problema, detalla Valladares, “no es solo la sequía, sino también el mercado y la guerra de precios: se nos olvidó lo del autoconsumo y, desde luego, aquello de la sostenibilidad”.
El experto resalta que “otro caso llamativo de la ubicuidad de los impactos de la sequía lo encontramos en la cerveza”. Y explica entonces que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, paralizó “hace poco” la producción de cerveza en los estados del norte, que sufren una grave sequía, afectando especialmente a la ciudad de Monterrey. “Es la segunda más poblada del país y sede de potentes industrias cerveceras”, añade.
“La producción de cerveza requiere grandes cantidades de agua y en el norte de México está poniendo en compromiso el agua para uso doméstico”, argumenta. Diversos estudios, subraya, “indican que el cambio climático está amenazando la industria cervecera en varios lugares del mundo”.