Santa Mónica se queda a las puertas del milagro
Era la más desconocida y ahora es la líder de la oposición en la Asamblea de Madrid.
Era la más desconocida y ahora es la líder de la oposición en la Asamblea de Madrid. Lucía resplandeciente en la rueda de prensa -casi a las 12 de la noche- pese al éxito de Ayuso y ha pedido a los madrileños que “no desesperen”. Mónica Garcia ha sido la revelación de la campaña y la única noticia positiva para la izquierda en una noche desastrosa. El sorpasso al PSOE - se han hecho con 24 frente a los 20 que tenía en la Asamblea de Madrid-, ha quedado confirmado. Y a estas horas están a un puñado de votos del 25. En el santoral, Santa Mónica es patrona de los hijos descarriados, de las madres y de los matrimonios. Convirtió a su hijo, San Agustín, y soportó a un marido que era un mujeriego.
Lo de Mónica -sus compañeros obvian el apellido- no ha llegado a tanto como lo de su santa patrona, pero ha recuperado a algunos hijos descarriados de la izquierda, sacándoles de la abstención. Ha enfrentado a Rocío Monasterio, la líder ultraderechista de Vox y a Pablo Iglesias, que se incorporó para evitar la desaparición de Unidas Podemos a manos de Más Madrid y PSOE.
El efecto Mónica Garcia que los suyos destacan, ha dado el palo al PSOE y duplican a Podemos, pero no ha logrado el milagro de parar el empujón brutal de la derecha de Ayuso. De la libertad entendida como el poder tomarse unas cañas de cerveza en las terrazas madrileñas. Quizá era demasiado hasta para una madre de tres hijos, anestesista y con imagen de solvente y sensata. Están contentos, pero con pudor, porque aunque son los que han ganado en la izquierda, es una victoria rara. Es de sobra conocida, además, la buena relación de García con Gabilondo.
Ha llamado a Gabilondo -también a Ayuso y a Pablo Iglesias- pero sabe que “el bloque progresista ha obtenido unos resultados malos”. Y se ha auto jaleado un poco, porque en esta campaña “hemos puesto cerebro y corazón” y la han hecho “eficiente y con propuestas frente al ruido” subrayaba.
La semana que viene se cumplen 10 años del 15-M, el origen de Unidas Podemos y de Más Madrid, y la médica que se incorporó en 2012 a la lucha de la Marea Blanca en la sanidad madrileña -otro efecto del 15-M- parece esta noche lo más vivo de la herencia de tantas ilusiones perdidas de aquel 15M, que se revelaba contra la Gran Recesión, pero no ha bastado.
Con todo, la clave de su subida, entre tanto ruido, es lo que ella ha subrayado seguramente, frente a los gritos y voces de más tripas qué razones. Ha logrado colocar algunos de sus mensajes, sus argumentos y parte del programa, enfrentándose a Ayuso -y también a Pablo Iglesias- sin estridencias entre tanto ruido. Pero quizá el momento clave fue cuando reprochó a Rocío Monasterio (Vox) su falta de humanidad. Dentro de ese tono contenido, a las nueve de la noche Rita Maestre, portavoz de Más Madrid, ha comparecido unos minutos. Optimista aún, orgullosos de la campaña que han hecho y esperaban aún “buenos resultados″, incluso felicitando a los madrileños por la alta participación.
Pero luego han alargado la espera, hasta que han confirmado el sorpasso -no ha utilizado la palabra en su comparecencia- a los socialistas cuando llevaban más del 90% de los votos escrutados y el PSOE ha pasado de 25 a 24.
Como diagnóstico, van a ser solo dos años. ¿Mónica García aguantará estos dos años? Sí, ya lo ha hecho antes. ¿Y Pablo iglesias? Se va, deja la política. ¿Y qué va a ser de Iñigo Errejón? El más significativo compañero de viaje de Pablo Iglesias ¿será capaz de trasladar la subida de su compañera al ámbito nacional? Ha preferido no responder, porque su compañera, la ahora líder de la oposición en Madrid, ha dicho que esta noche no tocaba hablar de eso. Pero esta noche, la posibilidad de unas elecciones generales en el 2022 ya no se atreve nadie a negarla. El Gobierno de Coalición tiene mucho que reflexionar.
Está por ver que los herederos directos del 15-M sean capaces de aprender la lección, por más que el lobo venga, esta vez parece que en serio. Madrid no es España, pero el riesgo de contagio puede ser asumido por el resto del país, como se asumieron los inevitables contagios de la pandemia. Y pese a los muertos, los hospitales y los esfuerzos de la izquierda, han logrado convertir una palabra tan grande como libertad en el sinónimo de poder tomar cañas. Así que esa izquierda, donde además de los socialistas están los de Iglesias y Errejón, va a tener que sentarse a pensar, esta vez mucho. Dar la talla, como la dieron los del Régimen del 78, que ellos venían a sustituir. De momento, solo les ha sustituido el PP y la extrema más derecha desde hace 46 años.